Utopías posibles

Escrito por Fernando López-Egea
Miércoles, 10 Abril 2013 02:30

Galileo Galilei descubrió que la tierra no estaba en el centro del universo, que se movía y que era el sol el que lo ocupaba. Por ello se enfrentó al vaticano y a la iglesia, padeciendo juicio. Susan George defendió la Tasa Tobin, fue ignorada, ninguneada, incluso tratada de poco cuerda, hoy su propuesta es más necesaria que nunca, como bien reconocen algunos de sus detractores. Karlos Marx planteó que la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases. Hace no pocos años se cuestionaba esta realidad, —como si viviéramos en el mejor de los mundos posibles y se hubieran acabado las diferencias sociales incluso el fin de las ideologías pregonaban algunos— hasta que apareció el multimillonario Warren Buffett planteando que existe la luchas de la clases y que su clase,  la está ganando. Julio Anguita manifestó que Maastrich lejos de representar la Europa social y de los pueblos, representaba los intereses del capital y las multinacionales, hoy podemos comprobar las extremas diferencias, paro y pobreza que estamos padeciendo con la concentración del poder y la riqueza de unos pocos.  Anguita fue tratado de iluminado, situándolo en la órbita de los extraterrestres.  La historia está repleta de ideas, planteamiento, movimientos colectivos perseguidos por el pensamiento predominante por que pueden subvertir el orden establecido. Pero las experiencias y las luchas nos enseñan que es posible.

A la PAH se le dice que cumplir el artículo 47 de la constitución que habla del derecho a la vivienda o la dación en pago es imposible porque quebrarían los bancos. Esos mismos políticos que hacen esas declaraciones son los que rescatan a los bancos con dinero público después de haber utilizado el dinero de todos en el negocio del ladrillo, en la industria armamentística.... Las reivindicaciones de la PAH no solamente son justas si no que su acción están suponiendo un quebradero de cabeza al sistema.

Dolors Carrasquilla, vecina de Sagunto ha mantenido una huelga de hambre por reivindicar dos objetivos. El primero colectivo como es la eliminación del copago farmacéutico para los dependientes y el segundo individual ya que después de ser operada 32 veces —8 en el último año— le han bajado la prestación en 380 euros. Dolors no se explica la diferencias de criterio entre diferentes comunidades autónomas a la hora de conceder las ayudas a los dependientes. Dolors no es el único caso. He podido conocer el caso de una persona tetrapléjica, totalmente dependiente a la que el Gobierno del PP le ha reducido la ayuda de 350 euros a 20 vergonzosos y miserables euros. Mientras tanto el Gobierno del PP contrata a una empresa por 250.000 euros para que realice encuesta de intención de voto de manera periódica de aquí a las elecciones.

Esta Semana Santa me desplace a Marinaleda donde todos los años celebran «la semana de la paz». Este pueblo sevillano de 2.700 habitantes es conocido por la lucha que mantienen los jornaleros desde hace años por su supervivencia. En los años 80 ocuparon tierras entre las cuales, se encuentra,  un cortijo llamado el Humoso que pertenecía a los señoritos terratenientes que concentran la propiedad de la tierra en Andalucía. Desde entonces hasta hoy han conseguido consolidar el lema de «la tierra para quien la trabaja» y conseguir unas condiciones de vida dignas que hasta entonces era impensable. Siguen ocupando tierras y mantienen como bien nos decían una lucha permanente con manifestaciones ante la Junta de Andalucía, ocupaciones de tierra, paralización del AVE…  Los medios afines a los señoritos y defensores de la propiedad privada demonizaron a los jornaleros — especialmente a Sánchez Gordillo—  hoy la realidad es tan evidente que la lucha mantenida ha tenido su recompensa. También destacan en Marinaleda por la política de vivienda. El Ayuntamiento entrega el suelo a personas sin vivienda. El Consistorio pone el arquitecto, el jefe de obra y el fontanero, además de adquirir los materiales para la construcción de la vivienda que ronda entre los 42.000 y 50.000 euros. Los vecinos/as se autoconstruyen las viviendas y una vez construidas del coste total de los materiales se les descuenta el trabajo realizado en la construcción, lo que queda se le va pagando al Ayuntamiento mensualmente. Actualmente pagan 15 euros al mes, demostrándose que se pueden hacer las cosas de otra manera y que la vivienda es un derecho frente a las políticas basadas en la especulación del suelo tal y como establece la economía de mercado. Y lo que más me llamo la atención, al ser preguntada Esperanza –concejala del Ayuntamiento- por sus posiciones ideológicas contesto que «somos de izquierdas, queremos construir el socialismo pero ante todo nos mueve la extrema necesidad». Quizás esa sea la frase. La extrema necesidad mueve montañas, mueve voluntades y mueve colectivos. Desde pueblos enteros que se organizan frente al cierre de las urgencias de un centro de salud por que según Cospedal hay que ahorrar y no tiene más remedio de dar marcha atrás por la presión social, hasta la presión que muchos políticos reciben entorno a lo se llama ESCRACHE y que tanto les molesta, cuando se están suicidando personas por perder su vivienda. Pero es que el pensamiento neoliberal parte como bien manifestó el ex-alto cargo de defensa de UCD-PP y PSOE, Eduardo Serra en el programa de Jordi Evole, de otros planteamientos. Según Serra es más importante disponer de un buen ejército que de sanidad y la educación.

 Hace 23 años me desplacé a la Mancomunidad de Montejurra en Navarra para ver como trataban la basura. La experiencia es que después de la aplicación de la Reducción, Reciclado y Reutilización, el resto iba a una planta de tratamiento y compostaje con un rechazo de un 20 %. Hoy nos encontramos con que estas reivindicaciones parecen estratosféricas. La nefasta gestión de residuos de la Generalitat convirtiendo la basura en un negocio para unas pocas empresas ha potenciado la incineración en las cementeras, obviando los efectos nocivos para la salud de los ciudadanos/as.

La incineración es el ejemplo a no seguir, ya que genera sustancias toxicas y peligrosas para la salud como son los metales pesados como el mercurio, dioxinas y furanos… potencialmente cancerígenos. Bien Lafarge incinera con el consentimiento del PP y el Ayuntamiento firma un convenio con ellos sin cuestionarle dicha práctica. Las esperanzas son muchas porque la gente se organiza y lucha con mucha tenacidad y tal como ocurriera en el pasado, deben servir para reconquistas sociales arrebatadas. Quizás la extrema necesidad y las ideas y proyectos que quieren construir un mundo mejor, sirvan para recuperar las sensaciones, que nos permitan humanizar bajo el grito: Otro Mundo es posible y podemos construirlo.
Fernando Lópe-Egea es portavoz de  EU del Ayuntamiento de Sagunto.

 

 

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