La reciente sentencia del Tribunal Supremo de 02/01/2013, declarando la improcedencia del recurso de casación presentado por el Ayuntamiento de Sagunto contra la sentencia del TSJ de la Comunidad Valenciana que declaraba nulos, por no ajustarse a derecho, los artículos del Reglamento Orgánico Municipal (ROM) que permitían la celebración de plenos en el Puerto, ha puesto al descubierto que las cosas no se hicieron bien. Que SP y PP, cuando gobernaban juntos, aprobaron una norma que vulneraba la Constitución y las Disposiciones Legales Vigentes en materia de régimen local. La pretensión fue legítima (acercar la institución municipal a los ciudadanos del Puerto y favorecer su participación en los asuntos públicos) pero ilegal, y se ha perdido tiempo y dinero públicos.

Si fue un desacierto esperado que el Bloc  —por mediación de dos de sus miembros— presentará un recurso contra el ROM y que la Delegación de Gobierno en Valencia (entonces con el PSOE en el Gobierno de España) presentara sendos recursos contra acuerdos adoptados en plenos celebrados en el Puerto, no menor desatino fue la aprobación, por acuerdo pactado SP-PP, de un ROM que contravenía la Constitución y las leyes. Y que suponía la generación de «inseguridad jurídica» frente a cualquier acuerdo adoptado en el Puerto y no ratificado en sede consistorial, que podía ser recurrido en vía administrativa y declarado «nulo de pleno derecho» por las instancias superiores, al dictarse «prescindiendo total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido o de las normas que contienen las reglas esenciales para la formación de la voluntad de los órganos colegiados» (art. 62 de la Ley 30/1992); como así ha ocurrido.
Una vez conocida la sentencia del TS, tanto SP como el PP han puesto «el grito en el cielo» contra ella y contra quien impulsó el recurso contra el Acuerdo del Pleno de fecha 23 de enero de 2009 que aprobaba el ROM y permitía los plenos en el Puerto, olvidando que adoptaron un acuerdo contraviniendo el ordenamiento jurídico.

Y ahora nos sale el alcalde diciendo que hará todo lo posible por «acercar los Plenos a los ciudadanos del Puerto», por acercar a estos la política municipal. Pues ya está tardando en proponerle al grupo popular mayoritario absoluto en las Cortes generales —su partido— la modificación de las leyes que corresponda para –como dice él-  «una norma del siglo XIX –no- siga dominando la realidad del siglo XXI».

Por parte de SP, han interpretado como una conquista, un «derecho» de los ciudadanos porteños, lo que no ha sido sino un acto de arrogancia del equipo de Gobierno, otorgado contraviniendo las leyes y, por lo tanto, a sabiendas de que podía ser recurrido, como así fue. ¿Ingenuidad o arrogancia? Una concesión del PP a su entonces socio de gobierno en el Ayuntamiento de Sagunto. Como se suele decir vulgarmente: «pan para hoy y hambre para mañana». Al compás de ese acuerdo de gobierno, si la convicción del PP era firme, debió emprender inmediatamente acciones políticas con los suyos para conseguir la modificación de leyes obsoletas que impiden el acercamiento de la administración a los ciudadanos. No se trata ahora de «ignorar o desoir la sentencia del TS» sino de hacer bien las cosas, para no dar opción a los que quieran torpedear la celebración de plenos en el Puerto o para evitar posibles recursos contra acuerdos que allí se adopten.

Y si se pretende que el Puerto vaya alcanzando su «plena municipalidad», con segregación o sin ella, muchas iniciativas se pueden tomar. En «acercar la política municipal a los ciudadanos» está una de las claves; acercar los servicios públicos y no solo los plenos. El edificio de las antiguas oficinas de AHV puede ser, por su grandeza y centralidad, la sede neurálgica de los servicios que necesitan los ciudadanos; que no tengamos que trasladarnos a Sagunto para resolver determinados trámites administrativos (registro civil, agencia tributaria, etc.) o para entrevistarnos con el alcalde; y otros servicios se centralicen allí (registro de la propiedad, Prop, etc.). De paso diseñaremos para Sagunto y el Puerto un modelo de ciudad más sostenible que el actual.