Según se desprende de los datos suministrados por los técnicos de la Autoridad Portuaria de Valencia, en la reunión que celebraron el pasado lunes con los representantes municipales del Ayuntamiento de Sagunto, las luces y las sombras están bien patentes a lo largo del documento. Así, por ejemplo, en la composición del tráfico la mercancía general sin contenerizar representa para el puerto de Sagunto un 47%, casi la mitad de lo que movió en 2013, mientras que en la media del sistema portuario español alcanza el 22%.
Gracias al tráfico de los metaneros de Saggas y al amoniaco de la planta de fertilizantes Fertiberia, los graneles líquidos equivalen al 31% del total del tráfico de 2013, mientras que en el sistema portuario español este tipo de mercancía se sitúa en el 26%. En este aspecto conviene tener presente que el gas y el amoniaco disparan las cifras anuales de movimiento de mercancías en el puerto de Sagunto, pero, sin embargo, generan muy poco empleo.
Los graneles sólidos, en el sistema portuario español, suponen un 30% y la mercancía general en contenedor el 21%. En estos dos últimos tipos de tráficos, el puerto de Sagunto está muy por debajo con respecto a la media del sistema portuario nacional. Por lo que se refiere al granel sólido, apenas alcanza el 18% y en cuanto a la mercancía por contenedor solo cifró en 2013 un 5% del total de todos los tráficos. Es evidente que el puerto marítimo de Sagunto tiene una asignatura pendiente con la mercancía por contenedor. Otro dato revelador es que en 2006 el Puerto de Sagunto exportaba el 11% de las mercancías e importaba el 89%. Estas cifras, fruto de la crisis económica, han variado significativamente en 2013, donde la exportación alcanza el 38% y la importación el 62%.
Según las mismas fuentes, el puerto de Sagunto, en cuanto a mercancía general sin contenedorizar, ocupó en 2012 el puesto número 8 en el ranking de puertos españoles, por detrás de Barcelona, Baleares, Valencia, Bahía de Algeciras, Las Palmas, Bilbao y Santa Cruz de Tenerife. No obstante, existen algunas sombras muy pronunciadas, como, por ejemplo, la caída de un 48% del tráfico siderúrgico entre el año 2006 y el pasado 2013. Esto significa que, en ese periodo, el puerto de Sagunto ha perdido, en números redondos, la mitad del movimiento de mercancía de producto siderúrgico.
Por lo que se refiere al tráfico de automóviles, las unidades de vehículos en régimen de mercancías también han descendido, al pasar de los 146.369 de 2012 a los 103.661 de 2013, o sea, que de un año a otro se han perdido 42.708 unidades. Pese a esta merma, que se ha producido por el cierre de la principal operadora, el puerto de Sagunto se mantiene en el puesto número 8 en esta clase de tráficos, por detrás de Barcelona, Vigo, Valencia, Santander, Pasajes, Bahía de Algeciras y Baleares.
Dentro del capítulo de los graneles líquidos, el gas natural merece especial mención por la merma que ha registrado este tráfico en el puerto de Sagunto entre 2008, que fue cuando alcanzó la cota más elevada, y 2012, año en que descendió a los índices más bajos de sus breves históricos. Entre 2008 y 2012 la caída ha sido progresiva, sumando al final del periodo una merma del 55%. En 2013 se rompió esta tendencia, situándose el volumen total por encima de los 2,7 millones de toneladas, volviendo a niveles similares al año 2006, que fue cuando se inició esta actividad. En el propio documento de la APV se indica que la producción de Saggas representó el 16% del total nacional en 2009, aunque deja claro que la demanda de gas con destino al sector eléctrico retrocede un 55% en el periodo 2008 – 2012.
Por lo que al empleo que generan las instalaciones portuarias de Sagunto, señalar que según datos de la Autoridad Portuaria de Valencia entre 1999 y 2007 se produce un crecimiento constante del empleo, que ha disminuido sensiblemente entre 2007 y 2014. De acuerdo con estas cifras, en el año 1989 eran 167 los empleados del puerto, mientras que en 2013 el total de operarios alcanzó los 480. Sin embargo, no figura información respecto al número de jornales, dato este de particular importancia, pues hace meses que los obreros portuarios han visto reducido sus jornadas de trabajo hasta niveles desconocidos.
