El Alser retomó el pasado lunes los entrenamientos con la vista puesta en el próximo 4 de febrero, cuando Asobal arrancará la segunda vuelta ante el Ciudad Encantada de Cuenca en casa en el caso de los rojiblancos.
Antes de este encuentro, que volverá a ser vital por la delicada situación clasificatoria de los porteños, el equipo de Goran Dzokic disputará un par de amistosos ante el Huesca y el Torrevieja, que deben una visita después de que el Alser disputará en estos feudos sendos encuentros de pretemporada.
El choque contra los alicantinos todavía tiene pendiente de concretar la fecha, mientras que los oscenses vendrán a Valencia el miércoles 25 de enero.
Por lo que respecta a los entrenamientos, los rojiblancos tienen por delante 10 días más de una intensa carga de trabajo físico, que tiene el objetivo de dar a la plantilla el fondo necesaria para afrontar la segunda mitad del campeonato.
Dzokic reconoce de sus jugadores que "han vuelto con gran ilusión y ganas de trabajar, después de haberse cuidado como profesionales durante el parón". Como ya ocurrió a lo largo de la primera vuelta, la principal incógnita de los porteños se centra en el estado físico de sus jugadores.
Mientras Marko Dzokic está cumpliendo los plazos de recuperación de su operación de rodilla y pronto está previsto que empiece a correr, Bojan Stefanovic ha superado sus problemas musculares y está a la entera disposición de su entrenador.
Otro que ha vuelto mejor es Ángel Fernández, quien finalmente no se operó del codo, pero ha aprovechado el parón para reposar y que desaparezcan las molestias. Las peores noticias llegan en el caso de Iago Muiña, quien tampoco pasó por el quirófano y sigue con los mismos problemas de rodilla.
