El chelista que ha sido becado por el conservatorio de Manchester tras su excelente expediente, cursará sus estudios superiores en el extranjero durante los próximos cuatro años

Un joven músico de Sagunto accede a la Royal Northen College of Music de Manchester

Viernes, 10 Julio 2015 16:58

chelistadEl músico y chelista local Javier Escrihuela Gandía

El cellista Javier Escrihuela Gandía es una joven promesa todavía por descubrir. Nacido en Puerto de Sagunto en 1997, quienes le conocen confiesan que destaca por «su carácter jovial, afable y sincero». Javier siempre ha estado vinculado al mundo de la música; puede que fuera el interés de sus padres, y el constante estímulo de sus oídos a través de sonido, lo que han hecho de este joven una gran promesa. Ya desde bien pequeño mostraba buenas cualidades rítmicas y cognitivas para la música. Por ello, a los seis años se inició con sus primeras lecciones de la mano del profesor Manuel Hernández, quien asegura que quedó «gratamente sorprendido» por su rápido e inusual entendimiento y rendimiento en esta disciplina,  dada su temprana edad.

Primero se dejó llevar por las teclas del piano, para luego hacerlo con la flauta de pico soprano. Finalmente, contactó por primera vez, en la Escuela de Música de Canet d'en Berenguer, con el que sería su gran aliado, el violonchelo. Javier cuenta que, desde su primera clase con este instrumento de madera y cuerda frotada, supo que quería ser chelista. Seguro de que las casualidades no existen en la vida, pues Escrihuela no se había decantado por ningún instrumento, asegura que «sólo deseaba interpretar música, y fue el chelo el que se lo permitió». Actualmente toca con un violonchelo François Le Jeune manufacturado en Paris en 1760, y con un arco de la Escuela Simón de 1870.

Dotado de magníficas cualidades para la música y la interpretación, e influido por  músicos de la talla de Gautier Capuçon, Truls Mørk o Yo Yo Ma, Javier Escrihuela ha conseguido hacerse un hueco en el complicado mundo de la música clásica, realizando conciertos en importantes salas de Oberstdorf y Mülhldorf en Alemania, Loubieng en Francia, Cartagena, Murcia, Hondarribia y Gerona. Actualmente es miembro de la Orquesta Filarmónica Martín i Soler de Valencia dirigida por Carmen Más Arocas, con quien ha grabado en diversas ocasiones. Con su formación como solista, ha actuado en el Teatro de Miranda de Ebro (Burgos), interpretando el famoso concierto de F. J. Haydn en Do Mayor, y en el XXXV Festival de Música de Banyeres de Mariola.

Pero esto no es todo, pues a pesar de su corta edad, tan sólo tiene 18 años, Escrihuela ha recorrido numerosos escenarios acompañado de su François Le Jeune. Ha interpretado en lugares tan emblemáticos como el Palau de la Música de Valencia y la Sala Mozart de Zaragoza, considerada, según Javier, «una de las mejores salas de conciertos de toda Europa». Debutó en 2005, y recuerda su primer concierto con especial emoción, pues con tal solo dos meses de aprendizaje con el violonchelo, se lanzo al escenario «dejando los miedos a un lado». Desde entonces, sin dejar de lado su formación, acude a diferentes cursos de perfeccionamiento por todo España y en otros países europeos. Sucesivamente, ha recibido lecciones de profesores como Manuel Santapau, Ad Van Dongen, Jose Enrique Bouché, Marçal Cervera, Lluís Claret, Stephan Fork, Iñaki Etxepare, David Apellaniz y Jens Petter Maintz.

En 2008 obtuvo la máxima calificación de todas las especialidades en sus pruebas de ingreso al Conservatorio José Iturbi de Valencia. Fue finalista en el Concurso Internacional de Jóvenes Interpretes Ciutat de Llíria 2011 y, al año siguiente, consiguió un  tercer premio en la categoría B del Concurso Nacional de Jóvenes Promesas del Violonchelo “Jaime Dobato Benavente” en Alcañiz (Teruel) y mención de honor de la categoría A en el 2014. En este mismo año, culminó con éxito sus estudios en el Conservatorio José Iturbo, siendo galardonado con el Premio Extraordinario de Fin de Grado Profesional en Música, además del Premio Profesional de Música de la Comunitat Valenciana, de los que afirma «sentirse muy orgulloso». En enero de 2013 editó su primer CD donde interpreta la Suite III BWV 1009 de J. S. Bach (1685-1750) y la Suite para violoncello de Gaspar Cassadó (1897-1966).

Tras su magnifica carta de presentación, se esconde un joven que, quienes lo han visto actuar, aseguran que Javier sabe extraer la sonoridad más armónica, y ejecutar los acordes más perfectos, a través de su instrumento de cuerda frotada. «En sus interpretaciones, el chelista parece bailar abrazo a su instrumento», confiesa el público.

Javier debe compaginar sus estudios de Bachillerato con grabaciones, ensayos, conciertos y recitales, a nivel nacional e internacional, y clases de perfeccionamiento. Resulta imposible sacar adelante con éxito todas estas actividades, en cambio, Escrihuela «lo ha superado con creces». Además, este año, se ha preparado las pruebas de acceso a dos conservatorios de renombre internacional: la Hochschule für Musik Hanns Eisler de Berlin y el Royal Northern College of Music de Manchester. «No es fácil, pero si te organizas puedes llevarlo todo», revela el chelista.

Tras realizar la prueba de acceso, y como recompensa por sus «excelentes resultados», Javier Escrihuela ha sido becado por el conservatorio de Manchester, y accederá, durante los próximos cuatro años, a realizar sus estudios de enseñanzas superiores en el centro. Su estancia en Manchester, le aguarda una nueva etapa de su joven vida, de la que el chelista «espera poder mejorar notablemente su formación, a través de nuevas e intensas experiencias musicales», de la mano de profesores de primera talla internacional para sus conciertos, orquestas, recitales y clases.

Pero, para lo que algunos es una forma de entretenimiento, para otros se convierte en su estilo de vida al que dedican gran parte de su tiempo. Es el caso de Javier Escrihuela, quien entiende la música como «un arte por el cual se puede expresar, transmitir lo más íntimo, y así compartirlo y disfrutarlo con el resto».

Muy seguro de lo que hace, Javier apuesta «al cien por cien» por sus estudios como músico, todo un reto en momentos de crisis para la música clásica. A pesar de ello, no esconde que las ayudas oficiales para los músicos profesionales escasean y que, aunque «el que quiere, puede», el nivel musical de élite en el que él se mueve es «un trabajo muy duro» que se complica cada vez más «al no se potencia la música como cultura en nuestro país». Advierte que, para ello, se ha de estar «muy preparado física y mentalmente» y que, esta disciplina, requiere de empeño, seriedad y objetividad como principales aliados para todo aquel que se sienta músico por vocación.

Aún así, el chelista no desiste en su intento de vivir y disfrutar de lo que le gusta, así como conseguir que «la música clásica sea más reconocida». Sabe que ha emprendido, desde hace años, una carrera de fondo. Agradece a todos quienes le alientan y le han ayudado a no desfallecer en el intento, especialmente a sus padres, «por ser su máximo apoyo en estos momentos»; siente que su actual éxito debe compartirlo principalmente con ellos.  Pues esta joven promesa ha alcanzado sus metas en el mundo de la música; gracias a su «profunda, sólida y dura labor» y el trabajo de sus profesores, a día de hoy puede celebrar el éxito internacional con proyección futura y, confiesa, volver a Puerto de Sagunto una vez finalizada la beca en Manchester, trayendo, como tributo a su público «nuevas técnicas. además de una gran madurez interpretativa».


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Modificado por última vez en Viernes, 17 Julio 2015 22:30

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