Estos días, la publicación por parte del periódico “El Económico” de los datos, una vez más clarificadores y evidentes, de la subida del recibo del agua en un 66,10 % entre 2008 y 2016, mientras el IPC subía un 7,90 %, ha servido para que el cabreo generalizado tome cuerpo una vez más, ante la gestión que se está haciendo de este recurso natural limitado e imprescindible para la vida.

 

En 2015 publique un artículo en este mismo periódico cuya redacción empezaba: “Decíamos en el año 2006 que la privatización del ciclo integral del agua conllevaría en el tiempo un aumento desproporcionado de las tarifas. Aquella afirmación no era fruto de la improvisación o la brujería, sino de la realidad que otros municipios y ciudades habían experimentado como consecuencia de la fiebre privatizadora. Han pasado 6 años desde que la empresa Aigües de Sagunt, con una parte importante del accionariado y el capital privado empezó andar. Las consecuencias son evidentes, más de un 54 % de subida en el precio del agua entre 2009 y 2015, sin olvidar los muchos problemas que se están generando entorno a cortes de agua, retirada de contador – alguien nos debería explicar dónde están nuestros contadores- ...”.

 

El tiempo da y quita razones, pero en aquellos años mantuvimos una posición los que dirigíamos el PCPV y EUPV no solo ideológica, sino razonada y con argumentos, producto de las consecuencias que las privatizaciones del ciclo integral del agua estaba generando en muchas ciudades y pueblos, a raíz de la fiebre privatizadora que azuzaba en aquellos años sobre políticas y fuerzas políticas y por unos pliegos de condiciones, Estatutos... que marcaban claramente las intenciones y consecuencias futuras.

 

En el artículo manifestaba “Plantear la remunicipalización del agua, teniendo en cuenta las condiciones firmadas antaño con el respaldo de fuerzas políticas como el PP-PSPV y Bloc-Compromís, aun no siendo tarea fácil, yo diría que ardua y así hay que constatarlo, merece el esfuerzo, el análisis, el estudio y la astucia para su posible recuperación”.

 

Claro, para ello no podemos hacer estudios de la mano ni del privatizador ni de empresas que pudieran estar vinculadas al socio capitalista. Se requieres desde esa desvinculación, autonomía e independencia, contar con profesionales que puedan realizar un diagnóstico objetivo de cómo esta Aigues de Sagunt a día de hoy, del coste que supondría la recuperación del ciclo integral del agua y de los pasos a seguir para culminar dicho objetivo.

 

En este marco sería importante, y es algo que estamos estudiando desde el PCPV, realizar unas jornadas con representantes y técnicos de Ayuntamientos, donde los procesos de remunicipalización o recuperación desde lo público del agua hayan sido una realidad.

 

Muchas son las experiencias nacionales e internacionales de recuperación desde lo público de un recurso como el agua. En el Estado Español la remunicipalización es una realidad en Ermua (Vizcaya), Cazorla (Jaén), Lucena (Córdoba), Prat de Llobregat, Montornés del Valles, Arenys de Munt, Medina Sidonia (Cádiz), Arteixo (Coruña) Torrelavega (Cantabria), Aguas de Huesca que reúne a 22 pueblos de la provincia de Sevilla con 300.000 habitantes en su conjunto…

 

Fuera de España más de 100 ciudades han remunicipalizado el servicio desde 2000 a 2014, entre ellas París cuyo recibo bajo un 8% el primer año obteniendo además beneficios, Berlín, Nápoles, Budapest, Atlanta, Indianápolis, Johannesburgo, Buenos Aires y una larga lista de pueblos y ciudades que han dicho basta ya al saqueo permanente a consta de un recurso vital como el agua.

 

Otros muchos países han dado la espalda a procesos de privatización del agua mediante referéndum como Italia, Uruguay. En Holanda para que nos hagamos una idea está prohibido por ley privatizar este servicio. Y es que la batalla por el agua sigue abierta dado que se ha convertido en un gran negocio para muchas empresas al igual que la gestión de los servicios sociales como la educación o la sanidad. El agua podemos afirmar se ha convertido en la tercera gran economía global después del petróleo y la electricidad.

 

En aquel artículo manifestaba que el PCPV se posicionaba en la línea de la resolución 64/292 de la Asamblea General de Naciones Unidas del 28 de Julio de 2010, que reconoce el agua potable y el saneamiento como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida, siendo imprescindible que todos los ciudadanos/as tengan acceso al agua y a su saneamiento y que el abastecimiento y su gestión no se rijan por las normas del mercado.

 

Hoy el debate en torno a la gestión del agua sigue presente. Las AAVV están dando pasos en cuanto a la creación de conciencia colectiva, denunciando lo que está pasando. A los vecinos/as les toca la fibra de forma especial este tema al igual que el tema del catastrazo y el pago del IBI.

 

Próximamente seguiremos hablando del agua, no tengan ninguna duda, porque cuando lo injusto es tan evidente, las reacciones tarde o temprano se convierten en realidad.