Cuentos de Maria Castañas

Domingo, 12 Febrero 2017 23:43

 
Mis raíces obreras, mis convicciones de que la sociedad debe ser socialista y libre; mi total rechazo a la xenofobia, al racismo y al sectarismo me imposibilita ser nacionalista. Rechazo la religión si ha de servir para doblegar a los infieles a su dogma, y la respeto si su actividad es para hacer el bien, y su proselitismo no es de carácter obligatorio y si privado. Allá cada cual con sus infiernos y cielos. Pero, no puedo entender el despreciado y pernicioso “Nazionalismo” de izquierdas.
 
Algunos partidos no tienen empacho ni vergüenza en titularse como nacionalistas. Mi sorpresa es tremenda, ver a partidos de izquierdas nacionalistas, comunistas nacionalistas, socialistas nacionalistas, progresistas nacionalistas, ecologistas nacionalistas. Esto no encaja en mi concepto de izquierda, socialista, comunista... El nacionalismo es, o era, salsa y alma de la derecha. Yo no les creo y les coloco mi etiqueta: “Nazi-onalista”. Le he dado muchas vueltas a esta metamorfosis, hacia el mal, de la izquierda moderna y he llegado a la conclusión de que la actual izquierda ya no es la redentora del obrero, no es obrera.
 
Esta izquierda “Nazi” surge desde la universidad, el funcionariado, los intelectuales, los artistas del cine y los vividores (antes llamados vagos). Es más que obvio que la clase obrera (que Marx define) ya no existe, lo que existe, hoy, es una sola clase “La Clase Capitalista”. Todos somos clase capitalista, unos con más capital que otros, unos excesivamente capitalistas y otros excesivamente escasos de capital, pero inmersos en el capitalismo, esperando a que les toque la lotería o la primitiva. Hoy abundan los trepas que se arropan con los tópicos de la lengua, el izquierdismo, la ecología o lo que les de votos para medrar a la sombra del poder, ser conseller o alcalde, aunque no tengan no pajolera idea como se ejerce ese digno oficio.
 
Lástima que los “Nazi-onalistas” se apoderen de forma irracional de ideologías que siempre le fueron ajenas. Y peor es que los que fueron anti-nacionalistas, internacionalistas y proletarios… hoy se alíen con estas ideologías perniciosas y se posicionen contra los intereses de los obreros, en nuestro pueblo se posicionan contra los trabajadores de Lafarge, se posicionan a favor de que cierren su puesto de trabajo, su forma de ganarse la vida. Y su razón más ininteligible… es que lo que quieren es “joder al capitalista” a la multinacional Lafarge. Que te den una hostia a ti, para castigar a tu vecino. ¿Gilipollas o gente mala, gente egoísta?
 
Definitivamente debo ser un nostálgico desfasado, pero confieso que no entiendo para nada el nacionalismo y mucho menos el que se autodenomina de izquierdas. Hablando en nombre del "interés público", del “ecologismo” y principalmente del nacionalismo más rancio que el de Mussolini, Hitler y Franco juntos… esta izquierda rara multicolor y nacionalista, consigue llegar al gobierno de muchos ayuntamientos con promesas de la gloria social del “Todo Gratis”, inversiones estatales, nacionalizaciones y aplicando supuestas políticas sociales que ahora debería cumplir. Pero no puede cumplir por la simple razón de que, en un estado de economía capitalista, es el capital quien crea trabajo real, economía real, impuestos reales, inversiones reales y sueldos para los trabajadores reales. Y estos traían cuentos de María Castaña.

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Modificado por última vez en Lunes, 13 Febrero 2017 00:26

 

 

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