La hipocresía del imperio (EE.UU) y sus títeres de la UE

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Viernes, 18 Febrero 2011 01:00

Occidente capitaneado por Estados Unidos lleva más de 40 años protegiendo las dictaduras de los paises árabes para que estos regímenes despóticos y tiranos ahogaran cualquier atisbo de libertad en sus respectivas naciones.
 Respondiendo a este siniestro plan elaborado por los yanquis y con la colaboración de sus vasallos de Europa Occidental, les facilitaron a los mandatarios de los citados paises los métodos y las estrategias adecuadas con el objeto de que el perverso plan fuera plenamente eficaz. Esta vergonzosa y horrenda trama preparada por EE.UU. en concomitancia con los títeres gobernantes europeos que actuaron de fieles escuderos del Imperio, causa estupor.
 Los protagonistas de este ambicioso y deleznable proyecto (EE.UU y de las tres naciones más importantes de la UE) consistió en levantar una especie de telón de acero a lo largo de la costa mediterránea africana, es decir, desde Tánger hasta el norte del litoral de Siria, para mantener indemnes las autarquías que tanto apoyaron y mimaron los referidos Estados Occidentales. Y claro está, acaudillados siempre por el Imperio, cuyas farisaicas decisiones nadie se atreve poner en tela de juicio. La obediencia es total. 

Ahora parece que el telón de acero ha sido perforado, abriendo dos boquetes de gran dimensión por donde sale una enorme masa de gente que vivía subyugada, pidiendo libertad y justicia.
 Ante este fenómeno avasallador que promovieron los pueblos de Túnez y Egipto demandando democracia y respeto a los derechos humanos, los cínicos y abyectos políticos de Occidente, con Washington de timonel, se quedaron anonadados al ver que las dictaduras opresoras y corruptas, que tanto apoyaron y defendieron, se derrumbaban.
 La dictadura de Mubárak ha protegido con ahínco los intereses de Estados Unidos y también de Israel (acción abominable) a lo largo de treinta años. Por eso este movimiento de liberación de los pueblos, vejados y oprimidos, hizo temblar a EE.UU. y a sus marionetas de Europa Occidental.
 Desolados y preocupados los gendarmes de Occidente ( EE.UU y UE ), y sin vislumbrar posibilidades de restituirlos en el poder a los tiranos de Túnez y Egipto, con la más refinada hipocresía, ahora piden prudencia , o sea , que se dirigen al pueblo que sale de las cavernas que actúe con moderación para efectuar una transición pacífica. ¡Qué cinismo! Cuando no pueden contener el vendaval, se sienten incapaces de sostener a unos paises por más tiempo sojuzgados y servidores de sus ignominiosos intereses. De ahí que exigen ponderación y sosiego y también resignación para ver que se conforman con unos limitados cambios que estos gerifaltes occidentales desean.

 Sin disponer de un átomo de dignidad, ¿pueden estos «caballeretes» de Occidente enarbolar la bandera de los derechos humanos, cuando están defendiendo a capa y espada regímenes autoritarios por no decir totalitarios?
La estratagema de estos plutócratas que ostentan el poder absoluto, siempre fabrican a su capricho un Parlamento fantoche y unas instituciones a su medida. Partiendo de estas premisas, ejecutan impunemente toda clase de tropelías y ultrajes. Con esta ominosa táctica, enmascaran la legitimidad de sus sucesivos mandatos para perpetuarse en el poder. En este contexto  se desenvuelve la mayoría de los Estados árabes.

 Dentro de lo que significa la retórica, las democracias occidentales se decantan fervorosamente como defensoras del régimen de libertades, pero la realidad nos demuestra que sus aseveraciones son una falacia.  
La realidad es muy tozuda. No se puede instrumentalizar una tendencia política, cuando los hechos fehacientemente nos están demostrando que estos dirigentes políticos se inclinan preferentemente por las dictaduras antes que por las democracias. Las democracias europeas, por ejemplo, rezuman todavía morbosidad neocolonialista. En cuanto al Imperio, todos sabemos que su misión a escala mundial fue crear dictaduras.

 El engaño en este momento no admite evasivas. Un ejemplo palmario lo ofrecen los acontecimientos convulsivos que estos días se han producido en el mundo árabe, cuyas repercusiones estoy seguro que traumatizaron singularmente a los mandatarios norteamericanos, con la consiguiente incidencia en las endebles potencias de Europa Occidental que, dicho sea de paso, disciplinadamente siguen las pautas que les marca el Tío Sam.

 Occidente y fundamentalmente Washington contaban con unos prebostes políticos felices por tener atadas y bien atadas las dictaduras árabes. Por tanto, las apuntalaban y siguen fortaleciéndolas sin ruborizarse.  A Estados Unidos no le importa el signo y el color de los sistemas políticos, siempre y cuando permanezcan sumisos, o sea, a las órdenes de Washington. Actualmente, pese a ser una dictadura como los restantes Estados hermanos, declararon los yanquis símbolo del mal a Siria. Precisamente adoptaron esta tesitura porque se rebeló contra el poder de Norteamérica. En el mundo árabe todavía el Imperio tiene un omnímodo poder. Moralmente Occidente no puede presumir y ensalzar sus principios democráticos, y menos preconizarlos. Repiten constantemente que las señas de identidad de las democracias son las urnas. Pues bien, miren ustedes a donde llega el descaro y la desfachatez de estos falsos demócratas. Recordemos  que las urnas dieron la victoria a Hamás en Palestina. Y haciendo gala de sus pamplinas y de la farsa que exhibieron estos impostores, no solo reconocieron el triunfo claro y contundente de los vencedores, sino que declararon terrorista a Hamás. Asimismo, cuando los islamistas iban a acudir a las urnas con un 80% de ventaja sobre sus opositores, según las encuestas, Occidente rápidamente instó a Argelia  que tomara medidas. En efecto, sin pérdida de tiempo, movilizaron el Ejercito y suprimieron las elecciones. Debido a esta actitud antidemocrática y dictatorial, tuvieron lugar los consiguientes enfrentamientos que se convirtieron en una conflagración bélica que produjo más de 120 mil muertos. Pero esta terrible masacre, no inmutó  a las impávidas democracias occidentales. Hete aquí la democracia que defienden estos hipócritas.

 El repudio a la voluntad del pueblo y la hostilidad hacia la democracia, todavía sigue siendo obligación política del Imperio. En Honduras, la CIA preparó un golpe de estado que derribó al presidente de la República elegido en las urnas. En resumen, Estados Unidos y Europa Occidental pisotearon las urnas y condenaron, de manera miserable e indigna, al pueblo que obtuvo la victoria.
 En definitiva, estos políticos carentes de honor y decencia que rigen los destinos de Occidente, únicamente admiten  una democracia, cuyas características tengan un perfil admitido dentro de los esquemas que establecen ellos.

Todos sabemos que Franco fue conducido al poder por Hitler y Musolini. Desde su puesto de mando, el sádico Caudillo perpetró la barbarie y las más espantosas atrocidades. Es decir, destruyó la República y fusiló y torturó a cientos de miles de inocentes. Semejante genocidio no tiene precedentes. ¡Asómbrense ustedes!. Al calor de las democracias occidentales el asesino permaneció muy tranquilo en su puesto de mando. Sucumbieron Hitler y Musolini, pero Franco fue respaldado por EE.UU., Francia y Gran Bretaña para que siguiera con su terrorífica represalia contra los demócratas durante 40 años.

 Yo desprecio con repugnancia estas vomitivas democracias occidentales; y sobre todo a los políticos, cuyas monstruosidades salpicaron al mundo entero.
 Si pasamos revista a las salvajadas que abarcan todo el globo, comenzando por América Latina que durante el siglo XX estuvo bajo la bota de las dictaduras impuestas por Washington con estremecedoras torturas y cerca de un millón de muertos. Pasemos por Indonesia (con dos millones de asesinados). Vietnam, una de las páginas más terribles, guerra que ocasionó 6 millones de víctimas; casi un 60% fueron civiles. El criminal uso del nápalm, fue devastador por sus efectos. Citaremos Hiroshima y Nagasaki (hecatombe sobrecogedora). Citaremos a Irán con la liquidación de Mussadeg por parte de EE.UU y Gran Bretaña y volvieron a poner en el trono al Sha, emperador tiránico. Hay que recordar. No podemos olvidar la bestialidad de Irak y la incalificable guerra de Afganistán.
 ¿Con quién se pueden comparar los presidentes Norteamericanos desde el año 1945 hasta hoy?. Seguro que a ustedes se les vendrá a la mente el paralelismo con...
Armando Álvarez Álvarez
Modificado por última vez en Viernes, 18 Febrero 2011 01:00

 

 

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