Sobre las elecciones autonómicas en Galicia

Escrito por José María López Barquero
Viernes, 08 Marzo 2024 21:03

El PP de Alfonso Rueda ha sido el claro vencedor de las elecciones autonómicas gallegas, celebradas el pasado 18 de febrero. Al renovar la mayoría absoluta que ostentaba en la cámara gallega, continuará gobernando Galicia. Sin pretender minimizar estos resultados, lo más relevante de estas elecciones, en unos momentos donde la ley de amnistía se encuentra en trámite parlamentario, ha sido que el bloque progresista, soberanista y de izquierdas, ha reducido la diferencia de votos que les había sacado el bloque de la derecha y ultraderecha en las autonómicas de noviembre de 2020. Ambos, los progresistas y los conservadores, han mantenido sus resultados globales y, por tanto, no ha habido trasvase de votos del bloque PS-G, BNG, SUMAR y PODEMOS, al bloque PP-VOX. El único trasvase ha sido el de muchos votantes socialistas que, en esta ocasión, han preferido votar al BNG, partido independentista, aliado del gobierno de coalición, defensor a ultranza de la ley de amnistía, que, con sus buenos resultados, ha evidenciado que la amnistía no ha tenido influencia en estas elecciones.

Cuestiones meramente gallegas son las que sí han influido en el resultado. El BNG ha demostrado ser una fuerza política que se ha consolidado en los últimos años, muy pegado al territorio y cercano a la gente y a sus necesidades cotidianas, con una líder sólida y solvente, lo que no ha ocurrido en el caso de SUMAR y PODEMOS, que deberían haber sopesado su participación en las elecciones gallegas, para no demostrar su debilidad, como así ha ocurrido. La debacle del PS de Galicia obedece a problemas de calado que deberán analizar y resolver.

Querer extrapolar estos resultados de Galicia a unas elecciones generales o decir que sus resultados determinan el nuevo ciclo político, como nos quiere vender el PP, nada de eso se corresponde con la realidad. Como tampoco es cierto que, con los que se ha votado en Galicia, la ciudadanía española haya premiado a Núñez Feijóo o castigado a Sánchez y Yolanda Díaz. Repito, han sido elecciones autonómicas gallegas que poco o nada tienen que ver con las elecciones generales a tenor de lo ocurrido en otros comicios, donde la ciudadanía votó de manera diferente en cada una de ellas.

Solo hay que ver los resultados que se dieron en Galicia en las elecciones generales del 10 de noviembre del 2019 y también en las recientes del 28 de Julio de 2023, donde el bloque progresista, soberanista y la izquierda, obtuvo más votos que el bloque ultraconservador que forman PP y VOX. Sin olvidar que más de doce millones de personas votamos a las fuerzas políticas que forman el gobierno de coalición PSOE-SUMAR y a sus aliados parlamentarios, entre ellos, el BNG. Por cierto, un millón de votos más que los reunidos por PP, VOX, UPN y CC.

Sánchez fue capaz de sumar la voluntad de esos doce millones de personas, que, a través de sus representantes parlamentarios, lo eligieron de nuevo presidente, para después formar el gobierno de coalición PSOE-SUMAR. En cambio, a Núñez Feijóo lo dejaron solo junto a la extrema derecha, fracasando en su intento de ser investido presidente del Gobierno, al no conseguir el apoyo de otros grupos parlamentarios a excepción de CC y UPN. Esto también demuestra que un líder gallego como Núñez Feijóo ‘pincha’ en el conjunto de España, como se ha podido ver con mucha claridad en las últimas generales.

No es cierto que el proyecto del gobierno de coalición está agotado, como dice el PP. A pesar del acoso y derribo que está sufriendo por parte de sectores políticos, económicos, judiciales, policiales y mediáticos, Sánchez y Yolanda Díaz continúan implementando medidas sociales, laborales, económicas y políticas para mejorar las condiciones de trabajo y de vida de la clase trabajadora y la ciudadanía en general. En cambio, el proyecto de Núñez Feijóo y el PP consiste en rebajar impuestos a los ricos, mientras recorta derechos sociales y libertades en ayuntamientos y comunidades autónomas, donde gobierna en solitario o con VOX.

Por cierto, quien más sabe de mentiras es J.M. Aznar, y de corrupción, el PP se lleva la palma: Rato, Zaplana, Matas, Bárcenas, Fabra, Blasco, Cartagena, Granados y González, que han pasado por la trena, entre otros muchos. A lo que hay que añadir, las numerosas causas jurídicas abiertas contra el PP por corrupción. A su expresidente, Pablo Casado, le obligaron a dimitir por el mero hecho de atreverse a denunciar la corrupción del hermano de Díaz Ayuso. Y esta persona, Isabel Díaz Ayuso, aun se atreve a llamar al gobierno de coalición cómplice de “Chapote y ETA”, cuando ella tiene la responsabilidad de las muertes de 7.291 personas en las residencias de mayores de Madrid.

Si el PP estuviera convencido de todo lo que dice, deberían atreverse a plantear una moción de censura contra Sánchez. ¿Qué poca confianza tienen en ganarla? ¿Acaso tienen temor a que el PNV cuente todo lo que le ofrecieron? ¿Les preocupa que conozcamos de verdad sus acuerdos con Junts y Puigdemont, sobre indultos, amnistías, etc? Al final todo se sabe, así que el tiempo dirá.

José María López Barquero

 

 

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