En mi opinión, cualquier avance en derechos, por pequeño que sea, es positivo siempre que no se renuncie a seguir defendiendo las justas y legítimas reivindicaciones de la clase trabajadora en particular y de la ciudadanía en general. Lo digo, a tenor del rechazo de Podemos al decreto de reforma del subsidio de desempleo, que, finalmente, no fue aprobado.
Me parece una grave torpeza política. La propia coordinadora de Podemos en Navarra, Begoña Alfaro, ha manifestado su desacuerdo con la posición de Podemos, diciendo que era «un error», dado que dicho decreto «contenía un paquete de medidas muy beneficiosas para los parados y paradas de nuestro país» y que, si bien es cierto que incluía un recorte en lo relativo al subsidio para mayores de 52 años, es una cuestión que podría haberse modificado en la tramitación parlamentaria.
Habría que añadir, que esas medidas muy beneficiosas para los parados/as, podrían haber entrado en vigor mientras se hubiera producido la tramitación parlamentaria. Asimismo, es importante señalar que los parados/as que ya tuvieran concedido el subsidio para mayores de 52 años, con anterioridad al 1 de junio de 2024, seguirán manteniendo las mismas condiciones que tienen actualmente.
Mientras nos centramos en el desencuentro entre Sumar y Podemos, el PP y Vox se van de rositas, a pesar de haber votado en contra de la subida de las pensiones, del IMV, de los desahucios o de la reforma del subsidio por desempleo. También se han opuesto a la subida del salario mínimo, igual que hicieron con la reforma laboral que tan buenos resultados está dando en empleo, con cerca de 21 millones de afiliados/as a la Seguridad Social o la reducción de la temporalidad.
Hay que alejarse del ruido mediático para poner en valor los nuevos avances en derechos sociales, laborales y económicos, que está llevando a cabo con firmeza el gobierno de coalición PSOE-Sumar. En ese sentido, por la importancia que tienen para millones de españoles/as, quisiera resaltar el incremento del 3,8% de las pensiones con carácter general y del 6,9%-14% en ciertos supuestos, aumento del 6,8% en el IMV, ayudas al transporte público, reducción del IVA en determinados alimentos básicos o de la luz, así como la protección de los desahucios a los más vulnerables, entre otras muchas medidas. A lo que hay que añadir el incremento del 5% del Salario Mínimo acordada por el Ministerio de Trabajo con CCOO-UGT. Es evidente que la participación de Sumar y Yolanda Díaz, ha sido decisiva para impulsar y aprobar este conjunto de mejoras y avances, como lo fue Unidas Podemos en el anterior gobierno de coalición.
Lo ocurrido el pasado 10 de enero en el Congreso de los diputados/as, es una seria advertencia al gobierno de coalición, que deberá tomar buena nota como le han demandado sus aliados parlamentarios ERC, BILDU, BNG y también el PNV, que, aunque votaron a favor de todas las medidas, reclamaron «negociaciones constantes» como el único camino para llegar a acuerdos y avanzar en esta legislatura. En esa línea, considero que Podemos no debería quedarse fuera de ese grupo de aliados y, por tanto, hay que tenerlos también en consideración. Tiene 5 diputados/as en el Congreso y son una fuerza necesaria. Ahora bien, negociar y acordar tiene que ser en las dos direcciones. Sobre Junts, mejor en otro artículo.
Como decía más arriba, hay que alejarse del ruido. En ese sentido me parece injusto y un disparate señalar a Podemos, diciendo que su voto con la extrema derecha los retrata. Como es injusto y otro disparate, señalar a Sumar como la izquierda «cómoda» o «sumisa». Otra cuestión es que Sumar tenga que ceder en ocasiones, como le ocurrió a Podemos en el anterior gobierno de coalición. Lo define muy bien Juan Carlos Monedero cuando dice que Podemos, cuando estuvo en el gobierno «se tragó sus sapos» para hacer política, y no pocos.
La gente progresista y de izquierdas no debemos permanecer callados. Hay que decirles alto y claro a Podemos y a Sumar, a Sumar y a Podemos, que no pueden seguir actuando como lo hacen, porque nos afecta y tiene consecuencias para la clase trabajadora y para los sectores más vulnerables. Para ello, hace falta altura de miras, generosidad y mucha inteligencia, de las que, en mi opinión, no van sobrados. Y, además, en un año, con elecciones gallegas, vascas y europeas y probablemente en Cataluña con el adelanto de las previstas en el 2025.
Los progresistas y de izquierdas no podemos confundirnos de trinchera. El PP y Vox, tanta monta, monta tanto, con sus políticas antisociales, sí son nuestros enemigos políticos. No conviene olvidarlo.
José María López Barquero
