En este inicio de año me vino a la mente de nuevo las competencias que poseen los ayuntamientos como último escalón en la jerarquía administrativa. Todo indica que el gobierno central es el que más competencias tiene, seguido de las comunidades autónomas y, como digo, en último lugar las entidades locales.

Es cierto que se debe mantener cierto orden y muchas veces esto provoca quebraderos de cabeza, sobre todo, en alcaldes que desean realizar ciertas acciones pero que se encuentran con que no tienen la competencia por lo que se quedan como estaban.

Por ejemplo, entre las competencias propias de un ayuntamiento se encuentra urbanismo, promoción del deporte y la cultura, medioambiente urbano o policía local pero hay muchas más. Digamos que son departamentos para gestionar el día a día del municipio, dejando para otras administraciones lo que se nombra como asuntos de calado, los más importantes, o mejor dicho, los que más vistosidad tienen para la población.

Como ya es conocido, desde Iniciativa Porteña continuamos luchando para la llegada del tren de cercanías hasta El Puerto, algo que nos corresponde simplemente por justicia social, al ser el único municipio mayor de 20.000 habitantes en la provincia de Valencia sin acceso a la red de cercanías o a la red de metro. Por supuesto, también nos encontramos peleando por conseguir la red de metro por el nefasto servicio de autobuses que tenemos en la actualidad y por el incremento poblacional que vamos a sufrir en los próximos años, pero eso ya es otra historia.

Con todo esto, me gustaría presentaros el caso de Albal, un municipio que pertenece a l’Horta Sud y que sin tener la competencia ha conseguido la llegada del tren de cercanías hasta el municipio, pero… ¿Cómo es posible si los alcaldes nos dicen que no tienen la competencia en cuanto a infraestructuras?

Es verdad que los municipios no tienen la competencia, por ejemplo en los trenes de cercanías, pero el municipio puede asumir las competencias que no le son propias y, como se dice coloquialmente, tirar del carro y sacar adelante un proyecto que, en principio, no le corresponde, como es Albal.

Este pueblo del sur de Valencia consiguió las competencias en cercanías y negoció la financiación junto al gobierno central y Diputación de Valencia, y con un proyecto mucho más caro que el que se realizaría en El Puerto esperan abrir su estación en el primer semestre de 2024, además Renfe ya está realizando las verificaciones técnicas por lo que presumiblemente la estación ya estará operativa en pocos meses, ver para creer.

Como he comentado, la competencia existe y pone frenos al poder de un ayuntamiento pero no se puede utilizar como excusa para no hacer nada, o simplemente para mantener reuniones vacías de contenido para figurar. Si Albal ha podido ¿por qué El Puerto no? Igual simplemente es necesaria una persona que crea de verdad en el proyecto, estudie todas las posibilidades y, como he dicho con anterioridad, tire del carro.

Eduardo Márquez Fuertes
Presidente de Iniciativa Porteña