Los incendios y el negocio de la madera quemada como combustible alternativo y barato

Escrito por Ricardo Ruiz García
Viernes, 21 Octubre 2022 21:01

Tiempo atrás las campañas de prevención ponían de manifiesto la necesidad de cuidar el monte. Recordemos en la dictadura aquella que decía que cuando un monte se quema algo suyo se quema. En aquel entonces era común cuando un monte estaba ardiendo el volteo de campanas en las iglesias de los pueblos en llamada de ayuda a los vecinos que salían con herramientas a ayudar para apagar el incendio y que no se extendiera más. No todos colaboraban, pero era otro cantar, y la preocupación era tal que habían menos incendios. Recuerdo que existía el ICONA y que las personas que estaban en paro iban a limpiar la montaña haciendo cortafuegos y podando los pinos. Se organizaban en collas de poda y collas de limpieza con lo que el monte estaba limpio y gracias a eso hemos tenido menos incendios.

Hoy teniendo las competencias las Consellerias ya no ocurre esto, pues empresas privadas son las que se encargan con medios mecánicos de la limpieza, si es que la hacen. Si nos hicieran a nosotros urbanitas empedernidos la siguiente pregunta seguro que no sabríamos contestar en su mayoría: ¿Es rentable el monte en la actualidad? Pues sí señor, es rentable y lo es más cuando se quema. Y se preguntarán por qué unos troncos quemados valen dinero; pues sí los vale porque, aunque la madera esté quemada, por dentro está bien, y es la parte de la corteza la que se chamusca o se quema.

¿Qué pasa con todo esto? Pues que se somete a subasta la madera quemada y es muy preciada hoy en día como fuente de energía alternativa por lo económica que resulta y el volumen de negocio que conlleva. El pellet, que tras pasar un proceso de transformación en fábrica, se convierte en uno de los combustibles a los que se están cambiando los sistemas comunales de calefacción con lo que se ha disparado la fabricación de las calderas de pellet y el consumo de él mismo. Un saco de pellet vale 6 euros y calderas se fabrican de muchos tamaños y se instalan teniendo en cuenta que el edificio o apartamento tiene que tener una chimenea para evacuación del humo.

Pero, ¿qué pasa con el negocio de la madera quemada? Los países europeos consumen 27 millones de toneladas de pellets de madera al año, 16,6 millones de toneladas sin contar con los datos del Reino Unido. Según el informe WRI, la biomasa juega un papel importante en materia de energía renovable y su consumo aumentará entre un 30% y un 40%, de 8 a 10 millones de toneladas, hasta 2025. Es un negocio para los fabricantes de pellet, ayuntamientos y comercializadores de calderas o aparatos de calor por combustión de este material y la cuenta se la reparten así. No lo digo yo, lo han dicho ellos públicamente. Y se la reparten de esta forma: el 30% para repoblar las zonas quemadas y un 70% el ayuntamiento con la venta de la madera.

Claro está que tantas hectáreas quemadas tienen que ser cortadas en poco tiempo porque si no, las lluvias, pudren la madera y no sirve para hacer pellet, esto se llama millones de euros que salen de la madera quemada y lo peor que nadie lo quiere es que nos perdemos, durante sesenta años, poder respirar y disfrutar de un medio que es de todos y que está mal gestionado por lo poco que se invierte en su conservación. Las brigadas forestales son un acicate pero solo trabajan medio año en vez de tenerlas todo el año; si no apagan incendios pueden repoblar o limpiar el monte, pero no es así.

Se preguntarán después de lo que ha pasado este verano, ahora que llega el invierno y el cambio climático es un hecho, si es razonable que después de tanto incendio que todo se olvide como si los incendios y su devastación no afectaran a nadie; pues, sí. Se darán cuenta que nos falta el agua cada vez más y nadie piensa en su día a día que la masa forestal quemada este año en España es de 388 incendios y la superficie quemada es de 286.418 hectáreas. Imagínense cuanto volumen de negocio y el desastre ecológico que se ha generado. Está claro que algunos incendios son fortuitos, sin menoscabo del mal estado y falta de conservación de la montaña, y una mayoría son provocados sin más: algunos inconscientemente y otros está demostrado que aposta.

¿Cuánto dinero han puesto los gobiernos autonómicos y el estatal para la limpieza y adecuación de montes en estos años?, ¿por qué no se estudian medidas para el mantenimiento con especies como el caballo y las cabras para que se regenere de una forma natural?, ¿se va a quedar un año más en el olvido el problema para por el cual seguiremos teniendo incendios año tras año? El monte para regenerarse, según el suelo, necesita de cinco a seis años. Tenemos que ser conscientes de que se nos va el bienestar si se sigue quemando la montaña y estamos obligados por el futuro de nuestros hijos a protegerla y dejarles una herencia patrimonial que es de todos.

Este año en nuestra comunidad han ardido 13.116 hectáreas en La Vall d’Ebo y en el de Bejís 13.451, un total de 35 hectáreas arrasadas. ¿Es para olvidarnos o se le pondrán medidas correctoras y soluciones que nos lleven a afrontar los incendios con garantías y responsabilidad para que, a ser posible, no se destruya el bosque con tanta virulencia?

Ricardo Ruiz García
Expresidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Sagunto

 

 

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