Dicen que siempre es complejo determinar las causas de cada conflicto. Pero la realidad es que detrás de las nubes de mentiras de tipo social o político, que sirven para difuminar la verdad de cara a la opinión pública, siempre el fundamento la causa y los motivos de los enfrentamientos, las enemistades y las luchas, “son económicos”.

La finalidad del conflicto que Marruecos ha provocado, con las más de 10.000 personas que han invadido nuestro país estos días pasados, es solo el deseo que tiene nuestro vecino de apoderarse de un territorio para acceder a sus recursos. Ya le salió bien al padre del actual rey metiendo a 350.000 personas, sobre todo mujeres y niños, en el entonces Sahara Español, fue la llamada “Marcha Verde” y se hizo con un territorio que no le correspondía. Como dictaminó el Tribunal Internacional de Justicia de la Haya.

Marruecos no obstante de allí no se ha movido. Más de 800 pesqueros españoles pescaban en el banco Sahariano, tuvieron que irse, y al que no se fue lo ametrallaron y hundieron (de estos crímenes nadie se quiere acordar), y se quedaron con la pesca para ellos solos, y España y Europa “Cayó y Asumió” también tuvo que pagar para frenar la inmigración. Aquí empezó una historia incompleta, con un Marrueco culpable y con una España responsable.

Ha tenido que ser un ciudadano español, a raíz de esta invasión el que ha denunciado al rey de Marruecos, al primer ministro, y al ministro de asuntos exteriores por “Crímenes de Lesa” que son los crímenes más atroces y de carácter inhumano que se dan contra la población civil. Porque esto además se da en una dictadura corrupta, que demuestra el más absoluto desprecio por sus propios ciudadanos, manteniéndolos en la miseria y en permanentes conflictos sociales que hacen que peligren sus vidas. Marruecos se ha convertido en la multinacional de la inmigración, como el dinero le cae como maná no le importa que muchas personas pierdan su vida.

El rey dictador con una de las fortunas más grandes del mundo quiere más, y persigue afianzar el Sahara Occidental, y quedarse en cuanto se den las circunstancias con las aguas y después con islas Canarias. Esta invasión que hemos tenido ha sido para tantear el terreno y ver cómo reaccionaba su nuevo aliado “Estados Unidos”.

Aunque no se ha sacado a la opinión pública, los canarios conocen muy bien la pugna entre España y Marruecos por la tutela de las aguas próximas a Canarias. El fondo marino que se reclama ante Naciones Unidas esconde un tesoro de nombre “Tropic”, un monte submarino con un ecosistema único, y con una riqueza en minerales clave para la revolución energética verde.

Con el telurio que hay en esta mina submarina, se podrían fabricar los paneles solares suficientes para satisfacer la mitad de la demanda eléctrica de una gran nación, y aunque este es el mineral más importante hay otros como el vanadio, el níquel, y el cobalto, de este ultimo hay lo suficiente, según los cálculos de la expedición británica española publicados en el 2.016 como para fabricar las baterías de más de 275 millones de coches eléctricos. Siempre claro que se tenga una tecnología que dicen que aún está en pañales para picar y extraer.

Tropic está a una 250 millas del archipiélago, por lo que se queda fuera de las aguas bajo soberanía española que es de 200 millas, pero si se demuestra que el lecho marino es continuación natural de la superficie terrestre, (según las leyes) las islas extenderían su dominio marítimo hasta las 350 millas.

Pero la cosa es más compleja, porque Tropic está dentro del espacio marítimo que le correspondería al Sahara Occidental, cuyo territorio ocupa Marruecos de forma ilegitima. Por esto Rabat está moviendo fichas, al mismo tiempo que ha delimitado unilateralmente sus aguas considerando como suyas también las del Sahara, y no permite que nadie dude de ello, aunque sea el más ligero movimiento de un saharaui enfermo terminal y con documentación falsa. Y es que esto ha estado precedido por reuniones entre la cúpula del PSOE riojano y delegados del frente Polisario.

Quizás la fecha clave para entender esta situación fue el 10 de diciembre del año pasado, cuando Donald Trump reconocía la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental, y Rabat aceptaba reconocer diplomáticamente a Israel. Unos días después la cumbre de España - Marruecos que llevaba sin celebrarse desde el 2015, era aplazada una vez más, y el primer ministro marroquí aireaba públicamente la soberanía de Ceuta y Melilla, y España respondía -no hay tema son españolas-. La asfixia comercial ha ido aumentando a ambos lados de la frontera, y ningún país ha hecho nada. El conflicto se reaviva porque el frente Polisario asegura tener capacidad para golpear dentro de Marruecos, después de dar muerte a tres soldados de una pequeña guarnición. Más que un asunto político, un asunto económico, cuando el Tribunal de Justicia de la Unión Europea está pensando anular los acuerdos de pesca por el recurso presentado por el Frente Polisario.

Cuando se trata con una cultura árabe los gestos son muy importantes, Marruecos quizás sin razón pero se ha sentido herido en su orgullo al ver cómo actúa España, y ahora tenemos un enemigo a las puertas de nuestro país, un acierto más de este gobierno de ineptos que tenemos.

Un abrazo de Paco.

Francisco Gómez Caja