Deseos imposibles

Escrito por Luis Ballester Moreno
Miércoles, 03 Marzo 2021 17:48

- Maestro, ¿puedo tener otra oportunidad?

- ¿Para qué y por qué quieres tener una segunda oportunidad?

- Porque me quedé sin decirle muchas cosas.

- Pues has tenido mucho tiempo para hacerlo.

-Sí pero ya sabe, después de los primeros años en que los amores van desbocados, una segunda oportunidad en que hay que repartirlo entre deberes, obligaciones, trabajo y responsabilidades, ese amor aunque sigue vivo y estando, su fuerza disminuye un tanto porque se transforma en otros amores variados y repartidos. Pero sobretodo, y es a lo que yo voy, es a esa tercera parte en que lo desbocado, lo repartido y tantas otras vicisitudes, dejan paso a un tiempo en que todo lo vivido, se asienta, se serena y diríamos que se dulcifica, y sientes casi lo mismo que sentías al principio de tus años jóvenes pero de una forma no bulliciosa, sino más profunda y cariñosa. Pues bien, ahí estoy.

Sin embargo, a pesar de sentirte bien y a gusto, la rutina de la vida diaria te enfría y no te das cuenta de que has dejado de hacer y decir cosas que a pesar de que todo marcha bien, deberías seguir haciendo y diciendo. Por ejemplo: Si digo “¿Quieres que vayamos al teatro?” creo que debería decir “Arréglate que vamos al teatro”. No como imposición, sino porque en este caso, conociendo a la persona sabía que la respuesta hubiera sido: “Anda déjalo, que aquí estamos muy bien”. Quiero decir que tanto las acciones como las palabras, son tanto o más necesarias en la última fase de nuestra vida que en cualquiera de las anteriores.

Es por eso por lo que me hubiera gustado tener una segunda oportunidad, porque dejé de hacer y decir tantas cosas, y que ahora me salen a borbotones por todos mis poros, que siento una impotencia contra mí mismo porque sabiendo que tenía que hacerlo, no lo hice, no al menos tantas como yo quisiera. Aun así, reinó la felicidad. Conozco la exigencia personal, pero también que eso no es motivo de excusa.

Me hubiera gustado decirle más veces TE QUIERO, darle más abrazos, apretarla contra mí, quedarme con ella cuando por las noches estaba viendo una película en la TV que terminaba tarde y si yo me acostaba dejaba de verla para venirse conmigo, y ya en la cama estando muy juntitos, tranquila mi amor yo cuido de TI.

Era guapa, muy guapa, y fuerte, muy fuerte, pero un viento maligno se la llevó en dos días. No hay derecho, así no son las cosas. Nadie ni nada me avisó de que eso podría pasar. Y lo peor de todo es que no puedo hacer nada, que solo me queda el dolor, la rabia, la pena, y una profunda sensación de que en algo he fallado.

Luis Ballester Moreno

Modificado por última vez en Miércoles, 03 Marzo 2021 17:49

 

 

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