Hoy queridos lectores nos hemos puesto con uno de los problemas que tiene nuestra ciudad, con los mercados. No, no vamos a hablar del grafiti de la puerta que por otra parte habrá a quien le gustará y a quien no, pero a mi modo de entender la cultura nunca debe de ser agredida por quien no la entiende o la malinterpreta.

En esta ocasión quiero dar visibilidad a un problema flagrante que a día de hoy parece no estar resuelto y que trae de cabeza a los propietarios de las paradas, así como a los vecinos que año tras año vemos como nuestro mercado de siempre se va quedando sin paradas y sin una solución adecuada a sus necesidades. Tengo entendido que los dos mercados llegaron a un acuerdo y aprobaron un reglamento y están funcionando bien. En el mercado municipal de Sagunto se gestionaron muchos requisitos con el fin de llegar al sello de calidad del mercado, una gestión importante, pues nuestro mercado carecía de lo imprescindible para la concesión del sello de calidad como era calefacción o climatización, una vez resuelto el problema el mercado recibió con satisfacción dicha calificación.

En estos momentos, y a día de hoy, multitud de paradas están vacías y el mercado con sus productos frescos de toda la vida se bate en una guerra por la supervivencia imposible de entender si hacemos referencia a mercados europeos. La lentitud de los trámites para conseguir una parada, la ineficacia de quien ha gestionado hasta ahora y la burocracia para el trámite, así como el tema de la subasta hacen la espera de quienes quieren poner un puesto de venta en el mercado para montar su negocio una odisea y no es precisamente la de Homero si no, una cuestión farragosa que aún no se ha resuelto y que de alguna forma pasa por simplificar más los trámites y dar unas opciones mas cómodas y rápidas.

La adjudicación de puestos es cansina, farragosa y lenta con lo cual los que quieren acceder a un puesto acaban desistiendo y marchándose. Las soluciones pasan por una gestión mas ágil con proyectos adjuntos como restauración o la del mercado de La Boquería en Barcelona y en estas cuestiones las paradas tienen muchas ideas y creo que es hora de escuchar su voz y no solo escuchar, si no trabajar con ellos y con un presupuesto adecuado o incluir las partidas necesarias para resolver esa transformación de los mercados generando un espacio de venta y convivencia que consiga la supervivencia del mercado tradicional en esa lucha contra las grades superficies.

Estos años atrás hemos visto como algunas ideas como la de poner los sábados un mercadillo y música en directo era factible y se llenaba de gente la terraza de los porches creándose un espacio joven que entiende y hace suyo el mercado, cuestión que se dejó perder y nadie sabe por qué razones.

En conclusión: el tema de los puestos y su adjudicación debe de ser más ágil, acabar con esa gestión obsoleta que reclama plazos inasumibles y mamotreto de documentos que debe de haber alguna forma de simplificar y agilizar su trámite. El grito de auxilio está candente y se reclama seriedad incluso con esta parte del patrimonio que es de todos y podría ser un gran espacio que reclama nuestra sociedad más funcional, agradable, cercano y con servicios que ahora no existen.

Ricardo Ruiz García
Expresidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Sagunto