Suma y sigue el despilfarro

Escrito por Ramón García Ortín
Viernes, 27 Octubre 2017 17:08

El pasado 2 de octubre en el marco de la programación de los «100 años de siderurgia» la AC Nautilus presentó «El Nacimiento de un Pueblo» con la proyección de los cortos «Puerto Sagunto» y «Patrimoni Industrial. Patrimoni de Futur», presentación que corrió a cargo de Julio Bodí y Antonio Ortiz, al hilo del debate posterior salió a colación la recurrente discusión de qué hacer con lo que queda de nuestro patrimonio industrial, y junto a las tradicionales voces de “se podría hacer”, “ se podría utilizar para...” aparecieron otras de que ya está bien de marear la perdiz, hay que concretar, y se apuntaron algunas: el Horno Alto y el Museo Industrial se pueden abrir ya con solo voluntad de hacerlo y aportando los recursos económicos, que no son excesivos. Y hubo quien propuso trasladar el Ayuntamiento al edificio de las Oficinas Generales ya rehabilitadas también.
 
Ambas propuestas son perfectamente coherentes y lógicas, pero podemos añadir más, la rehabilitación del Casino Recreativo y Cultural para su utilización de forma digna, la rehabilitación del edificio de la Cooperativa que permita la creación del Conservatorio de Música, la urbanización y dotación de servicios de los jardines del recinto de la Gerencia, como paso previo a su completa recuperación y reutilización, porque se trata sobretodo de eso, de volver a dar un uso racional al patrimonio para mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía, para facilitar su acceso a los servicios, para que pueda disfrutar de una ciudad agradable.
 
Y todo ello es factible, es lógico, está al alcance de los recursos económicos municipales, todo depende de la voluntad política de hacerlo y quedó demostrado que es así cuando después de años reivindicando una Gerencia Pública y dándole vueltas y elucubrando a quien correspondía esa competencia, Iniciativa Porteña en el año que estuvo en el gobierno municipal, hay que decirlo, vió que se podía adquirir para el pueblo y lo hizo, vio que se debía rehabilitar el edificio de Oficinas Generales y lo hizo, y no le dio para más en ese escaso periodo de tiempo. Y a partir de entonces de nuevo todo parado y no solo parado, sino buscando desde el propio gobierno municipal desnaturalizar lo realizado hasta la fecha.
 
Y seguirá así mientras lo prioritario para el actual alcalde y su grupo municipal sea llenar de cemento y asfalto el espacio comprendido entre las vías de RENFE en Sagunto y El Puerto, con el descabellado objetivo de que las dos ciudades parezcan una, aunque sigan siendo dos, con el consiguiente quebranto económico y social que esto supone.
 
No es de recibo que las mayores avenidas del municipio estén situadas en el entorno del estrambótico proyecto urbanístico Fusión o en sus proximidades, que van de ninguna parte a ningún sitio, y recorren la nada.
 
No es de recibo que estén los centros educativos donde no hay estudiantes y se tenga que acudir a ellos en vehículos particulares o públicos, mientras el Ayuntamiento dispone de solares dotacionales educativos en el lugar de residencia de esos mismos estudiantes que se tienen que desplazar en autobús o en automóvil a los centros del extrarradio. Y otro tanto podríamos decir de las instalaciones deportivas.
 
No es de recibo que en una ciudad de poco más de 40.000 habitantes, como El Puerto, se tenga que necesitar el coche para acceder a multitud de servicios porque se han situado fuera de la población.
 
No es de recibo que se acondicionen dotaciones como el que en su día llamaron pomposamente el Bosc dels Xiquets, junto al polígono SEPES, en el cual, desde el día de su inauguración hace casi una década, no ha pasado nadie por allí, mientras el bosque de la Gerencia está en el más absoluto abandono.
 
El despilfarro económico y medioambiental de esta obsesiva política gubernamental municipal impide que se acometan las iniciativas al comienzo reseñadas y otras. Pero es que además continúa, lo último el proyecto de construcción de un nuevo estadio para el Atlético Saguntino, entre el Fusión y el polideportivo por valor de unos 8 o 10 millones de euros, cuando con ese dinero se podría adecentar el actual campo del Saguntino y darle mayor funcionalidad que la proyectada, adelantar el comienzo de la construcción del necesario instituto nº 5, la rehabilitación del Casino y del edificio de la Cooperativa, la dotación de servicios del recinto de la Gerencia, la recuperación de su zona ajardinada y la apertura ya del Horno Alto y del Museo Industrial.
 
Lo relatado demuestra lo erróneo del argumento según el cual perderían económicamente ambas poblaciones tanto Sagunto como El Puerto si ambas tuvieran su propio Ayuntamiento, cuando en la actualidad el grueso de las actuaciones para equipamientos dotacionales se realizan fuera de ambas sin beneficiar a ninguna, al contrario causando molestias a los ciudadanos de las dos.
 
Está fuera de toda duda que desde la cabeza del Ayuntamiento actual se está pretendiendo construir una única ciudad que solo se le puede calificar de mamarrachada y al coste que sea, tanto social, como medioambiental, como económicamente y que habrá que poner el freno a esa locura antes de que la situación llegue a ser irreversible por lo desastrosa y desestructurada, y eso pasa organizativamente porque ambas ciudades Sagunto y El Puerto tengan su propio Ayuntamiento y mientras eso ocurre el Ayuntamiento en El Puerto en el edificio de las Oficinas Generales que ya está en condiciones para ello.
 
Ramón García Ortín

 

 

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