El cíclope herido

Escrito por José Manuel Pedrós García
Viernes, 27 Octubre 2017 17:08

Esta semana no tenía intención de hablar otra vez de Cataluña, pero las circunstancias y los acontecimientos son los que son, por lo que voy a hablar de nuevo, aunque sea de una forma metafórica, que quizá no necesite explicación.
 
Odiseo (Ulises) llegó a la isla de los cíclopes y se adentró en una cueva enorme junto con sus hombres, sin saber que en aquella cueva vivía Polifemo. Entraron en ella y se dieron un gran banquete con la comida que allí había, pero cuando llegó Polifemo se encontró con los intrusos, los encerró allí y empezó a devorarlos uno a uno; pero Odiseo urdió un astuto plan para salir.
 
Para hacer que el cíclope se confiase, le dio un barril de vino. Polifemo le preguntó cómo se llamaba, y Odiseo respondió: «Nadie».
 
El gigante se emborrachó y cayó dormido. Odiseo y sus hombres cogieron una lanza y se la clavaron en el único ojo de Polifemo. Éste empezó a gritar, diciendo a los otros cíclopes que «Nadie» lo había herido, pero pensaron que se había vuelto loco y no hicieron nada por ayudarle.
 
Por la mañana, Odiseo y sus hombres se sujetaron al vientre de las ovejas del cíclope, y cuando éste las llevó a pastar, palpó sus lomos para asegurarse de que los hombres no iban encima, pues al quedarse ciego no podía verlos, pero no palpó sus vientres, y así huyeron todos.
 
Cuando las ovejas, junto con los hombres, ya estaban fuera, Polifemo se dio cuenta de que habían desaparecido de la cueva, y al alejarse navegando, Odiseo le gritó: «¡Polifemo, no te hirió “Nadie”, fue Odiseo!». Polifemo, que era hijo de Poseidón (el dios del mar), los maldijo y les lanzó una gran roca, que cayó tras el barco, haciendo que se tambaleara y estuviese a punto de naufragar; pero Poseidón también quiso vengar a su hijo, y provocó en Odiseo y en sus hombres una serie de calamidades durante el viaje de vuelta a su país.
 
Puigdemont ha herido al cíclope Rajoy en su único ojo (por lo que éste último sólo ve una nación), que ha lanzado contra Odiseo (Puigdemont) una maldición y una gran roca (el 155) que hace que su embarcación se tambalee; pero, además, Polifemo (Rajoy) cree que sólo tiene ovejas en su cueva (España), cuando en la cueva del cíclope hay ovejas y lobos, y es difícil que éstos no devoren a las ovejas. Polifemo (Rajoy) es hijo —comulgan con los mismos sentimientos nacionales— de Poseidón (Felipe VI), y éste no va a dejar en la estacada a su hijo, que gobierna el estado (sin desmembrar) del que él es rey. Su discurso sólo va encaminado a proteger la hacienda de la cueva de Polifemo, por eso, su único interés es velar por su hijo para protegerse él. Para ello, no escatima en lanzar contra Odiseo y sus hombres sus palabras más afiladas, para que se olviden de sus pretensiones, reconduzcan su ideología y no se marchen de la cueva, donde están a buen recaudo de Polifemo, que los seguirá devorando uno a uno.
 
Lo que vendrá después es saber si Odiseo consigue burlar todos los escollos de Polifemo y Poseidón, seguir vivo en Ítaca —su isla tranquila e independiente (Cataluña)— y olvidarse de todos los problemas que él y sus hombres han sufrido a lo largo del viaje.
 
José Manuel Pedrós García

 

 

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