Estás en tu casa viendo una peli con tu familia. De repente, varios agentes uniformados tocan a la puerta. Nada más abrir entran en tromba en casa y se llevan a uno o varios miembros de tu familia. La rapidez de la acción provoca que no llegues a distinguir de qué cuerpo de seguridad son, ni a qué santo han venido con esas intenciones. Algo te dice que ya no vas a ver a tu mujer, o a tu marido, o algún hijo o hija que se han llevado...

 

España es el segundo estado del planeta con el mayor número de personas desaparecidas después de Camboya. Y aparecerán los de siempre, que dicen que no hay que remover el pasado, abrir viejas heridas. Habrá que ponerse a pensar por qué varios territorios del estado español quieres independizarse, por qué un gran porcentaje de la población no confía en sus gobernantes, por qué no se sienten identificados con la rojigualda.

 

Actualmente se está llevando a cabo una exhumación de una persona asesinada por la dictadura franquista, Timoteo Mendieta, miembro de UGT fusilado en 1939. Y no ha sido decisión del gobierno de este estado que vivió una “modélica transición” hace ya cuarenta años. Ha tenido que ser una jueza desde Argentina, María Servini de Cubría, que desde 2010 lleva a cabo una investigación penal “acerca de las violaciones de derechos humanos de la dictadura franquista” la que exhorte a España a realizar esta excavación. Absolutamente vergonzoso.

 

Quieren que estemos orgullosos de ser españoles, y siguen manteniendo en el olvido a cientos de miles de personas que defendieron la libertad, la justicia y la democracia. El sentimiento antipatrio no nace de la nada, se hace fuerte a base de sufrir una infrafinanciación presupuestos tras presupuestos; de multar a personas por dirigirse a la autoridad en su idioma en su territorio; por no permitir que el pueblo se pronuncie y decida su propio futuro.

 

Recientemente hemos asistido al bochornoso juicio de una joven que se le ocurrió hacer un chiste sobre un ministro de una dictadura militar. Desde luego hoy día Tip y Coll estarían en prisión. Y luego anda Gallardón por el entierro de su suegro, Utrero Molina, ex ministro franquista, entre los portadores del féretro mientras una decena de integrantes de Falange Española entonan el himno al acabar la ceremonia religiosa. Y aquí no pasa nada.

 

La estrategia del terror llevada a cabo por la dictadura desde el minuto uno después del golpe de estado consiguió sembrar el miedo en la población.

 

Sembrar el miedo es la estrategia que mejor resultado ofrece a los gobernantes sin escrúpulos, la mejor estrategia para mantener el poder pase lo que pase . Los “preocupados” buscan fuera de nuestro país el ejemplo que les borre sus vergüenzas. Cada vez que un caso de corrupción salta, al día siguiente aparece Venezuela en los medios. Por cada cuenta descubierta en un paraíso fiscal aparece un ataque contra las políticas de ayudas financieras a los más desfavorecidos. Si los apoyas con tu voto eres cómplice. Tu eres el antipatriota.

 

La estrategia del terror llevada a cabo por la dictadura desde el minuto uno después del golpe de estado consiguió sembrar el miedo en la población.

 

Los más mayores bien lo saben. Ahora ignoran, silencian, y vuelven a enterrar y vienen con lo de cerrar heridas... ¿O eran bocas?