Tras el pasado pleno extraordinario a uno le queda la sensación de que el conflicto con Lafarge que se ha empeñado en abrir el Sr. Fernández con la complicidad de su grupo Compromís y sus socios de gobierno, EU, Podemos y PSOE, no se ha resuelto.

El conflicto sigue latente aún más agravado debido a esos modos tan arraigados en el actual cuatripartito de equivocarse en todos los asuntos que toca, tanto en el tiempo como en la forma. Y este de Lafarge no iba a ser la excepción.

Tras dos años, han mostrado sus verdaderas intenciones, saltándose el contenido de un convenio, en lo que parece ser la forma de actuar del cuatripartito, poniendo así coto peligrosamente a la actividad de una empresa decana de nuestra ciudad y a los puestos de trabajo que genera.

Uno espera de un gobierno, más responsabilidad que actuar por puro sectarismo político, sin tener en cuenta sus consecuencias, y cuando, además, se saltan todo lo acordado en un convenio entre ayuntamiento y empresa, aprobado por la amplia mayoría del pleno en pasadas legislaturas, el asunto preocupa.

Este convenio establecía prorrogar la ocupación de la actual explotación minera, y trasladar sus derechos mineros de la franja de ampliación colindante a la actual cantera, a la zona del piñal, como forma de garantizar la continuidad de la empresa. Y a cambio, se procedería a proteger Romeu con la figura del paraje y la empresa se obligaba a su mantenimiento.

Para quien a estas alturas todavía lo ignore, el cuatripartito presentó en el pasado pleno, 3 propuestas en lo referente a Lafarge. Una primera, que pretende iniciar los trámites de declarar toda la zona de Romeu paraje natural pese a que la empresa continúa teniendo en la zona todos sus derechos mineros vigentes. Otra para prohibir a la empresa ser concesionaria de esos mismos derechos y, un tercero, que informaba desfavorablemente el pliego para prorrogar su actual ocupación.

Es cierto que habrá que llevar el paraje adelante, nadie duda de su incontestable valor, pero sin resolver la actual ocupación y con los derechos que la empresa tiene en la zona, supone ignorar el contenido de los acuerdos alcanzados en el convenio ya que existen intereses contrapuestos que pueden derivar en la solicitud de responsabilidades económicas millonarias que debería asumir el Ayuntamiento.

La decisión de Compromís, EU, Podemos y PSOE de aprobar este trámite, lejos de resolver el problema, genera más lío. Y sorprende el cambio radical del PSOE en este asunto donde, en menos de una semana, ha pasado de coincidir que no era el momento apropiado para adoptar este acuerdo, en aceptarlo sin rechistar.

La capacidad de sorprender de este equipo de gobierno, no tiene límite. Dicen una cosa, y hacen la contraria. Se les llena la boca y dicen que quieren que la empresa siga, pero ponen todos los medios para impedir su continuidad.

Desde el principio de esta legislatura, tras casi dos años, demuestran acto tras acto, no haber elegido la vía del consenso y conciliación que les ofrece el convenio y sí haber cogido la vía de la confrontación y del sectarismo aplicado a los procedimientos.

Si no, ¿cómo uno puede entender que se lleve el trámite de paraje, incluyendo espacios que el convenio excluía y que automáticamente hace incompatible la extracción minera; informar desfavorablemente la actual ocupación y negar la posibilidad abrir la zona de piñal? Se busca imposibilitar que sean concesionarios de una cantera, y sin cantera no hay empleo, y todo esto tiene consecuencias.

Se ha cambiado de vía. De conciliar intereses a través de un convenio, en la pasada legislatura, fruto de negociar y hacer participar de la misma a técnicos, políticos, empresas, trabajadores y vecinos a lo que Compromís, EU, Podemos y PSOE han hecho en este asunto a través de su particular “convenio unilateral y del por encima de mi cadáver”.

Esta actitud y esta capacidad de generar líos ha sido criticada abiertamente, no solo por los grupos de la oposición, sino que los agentes empresariales y sindicales lo han tachado de actitud intolerable, cacicada, o simplemente de que no existe causa para poner en peligro la empresa y los puestos de trabajo.

Todo esto ha generado incertidumbre, a los trabajadores, a las empresas, a los inversores. Pero esto es un modus operandi habitual en el proceder del Sr. Fernández y Compromís. Su sectarismo no le ha impedido actuar ignorando el daño a la imagen de la ciudad y al tejido empresarial que está produciendo.

El cuatripartito del Sr. Fernández ni ha querido, ni ha sabido, resolver este asunto. Quieren hacer pensar que ha acabado al pasarlo a la administración autonómica,

Por eso les digo que todo esto, no ha acabado, todavía. Que tenga que venir el Consell de Oltra y Puig a resolver este desaguisado, es una muestra del fracaso y falta de ideas de este cuatripartito. Ahora tiene otra oportunidad, y

esperemos que actúen con la responsabilidad que se le exige a un Alcalde y haga por su continuidad y no por lo que ha hecho hasta la fecha.

La responsabilidad de un gobierno es resolver problemas y no generar líos. Este problemón lo han generado Compromís, EU, Podemos y PSOE. Su sectarismo y posicionamiento político les ha pesado más que realmente querer resolverlo, que es lo que necesita nuestra ciudad ya que con ello ponen en riesgo una importante parte de nuestra actividad industrial y económica.