No es cómo se empieza, es cómo se acaba

Escrito por David Navas Pires
Viernes, 05 Junio 2015 11:55

Miro los periódicos y no salgo de mi asombro ante la capacidad que tienen los partidos para contar votos. Sólo hay números, los de sus votantes. Es como una empresa que vacila de cuántos trabajadores tiene aunque no sepa sus apellidos. Una manera de alardear inconsecuente con la realidad, que no es otra que la de la representación para un fin, y no la de ovejas a las que contar. Pero todos los partidos exponen sus logros, olvidándose, que desde el momento del escrutinio, su dedicación no va a ir dirigida exclusivamente a sus votantes, sino a toda la ciudadanía, a sus vecino.

“¡Yo tengo no se cuantos mil votos!”, “¡y yo otros no se cuantos mil!”. Como niños peleándose por ver quien tiene las zapatillas “que más corren”. Lo peor de todo, no es el hecho de que el orgullo les ciegue, sino que esa ceguera ensombrecerá la verdadera misión del destino de esos votos, “El Pueblo”.

Ahora vienen los acuerdos, las charlas, las propuestas, pero llega también el ego, las doctrinas y el nosotros antes que el todos.

Todos queremos un cambio. Las cosas han ido mal independientemente del color o las siglas. Las ideologías contrastan con la realidad y todos creemos ostentar la verdad absoluta, la única y legítima verdad, que no es otra cosa que una manera de no hacer nada. Los partidos políticos creen tener ideología, pero tarde o temprano se golpean de morros contra la realidad, que es, la que guía la política, la del “esto tenemos, y esto es lo que podemos hacer”. Ahora están todos los partidos con los acuerdos y con los pactos. Con un montón de trabajo por hacer, e intentando llevar a la alcaldía un gobierno justo, pues, lo parezca o no, soy de los que creen que hay más buenas personas que malas, y aquellos que gobiernen, o estén en la oposición, serán buenas personas, y eso es mejor que creer que todos los políticos son iguales, perder la confianza y asomarnos al mundo del caos.

Bajo mi criterio, a pesar de la crítica que expongo y expondré, considero que aquellas personas que estén en el gobierno o en la oposición, serán buenas y seguirán al pie de la letra los compromisos éticos que parte de los partidos han realizado. Creo, fuertemente, que todos ellos irán con buenas intenciones. No obstante, permítanme recordarles, que una vez han sido elegidos, ya no representan a sus votantes por mucho número que publiquen, sino que nos representan a todos, a todos en su conjunto, sea de una ideología u otra, no pueden faltar el respeto a la soberanía soberbiamente legítima de las urnas. Así, antes de que se dejen llevar por el ego, por los acuerdos forzados, por “mi partido”, piensen que todos, somos muchos y que no gobiernan o presionan para unos pocos, sino para la población que entre todos, los han puesto donde están ahora.

He de recordar también, que los políticos, a escala nacional, no tienen la obligación legal de seguir con sus programas. No hay ley que les obligue a ello y así lo hacen. Prometen no subir impuestos, y luego los suben. Prometen no cerrar empresas y luego las cierran. Prometen dar trabajo y luego lo quitan. En este caso, he de dudar de ello porque a nivel nacional la política es muy complicada de comprender, sobre todo cuando parte de los medios están a favor ideológicamente de un partido al cual defienden. Encima, estamos lastrados por un partido que lleva innumerables casos de corrupción que nublan los problemas de otra índole como los desahucios, el empleo, la precariedad y la deuda. Aun así, dirigiéndome de nuevo a nuestro municipio, los partidos están mucho más presionados al ser vecinos y recibir críticas directas de todos sus rincones. Tener a la prensa mucho más cerca y ser los propios viandantes los que los conocen. Por eso mismo, nosotros, ciudadanos, debemos ser conscientes de la dificultad que conlleva un cambio tan radical en nuestro Pleno. Hemos pasado de gobiernos con mayorías absolutas y pocos partidos, a menos concejales y más partidos, y aunque es cierto que indica mayor pluralidad, debemos ser cautos y procurar no adelantarnos en prejuicios ante los posibles acuerdos y pactos. Al igual, que todos los partidos no deben olvidar, e insisto, que no representan exclusivamente a sus electores, sino a todos.

A pesar pues, de las buenas intenciones de los programas electorales, no es justo pensar que un partido va a llegar y lo va a cambiar todo de la noche a la mañana. Las políticas públicas son lentas, engorrosas y deben estar bien gestionadas. Hay un montón de cosas a tener en cuenta en cada decisión, sin olvidar, que al ser democracia y haber plenos, y más ahora con más partidos, la gobernanza promete ser más complicada. Al haber más partidos, se pueden tumbar propuestas y no siempre saldrá lo que uno desea, y eso es en lo que consiste la riqueza democrática, en hacer propuestas, teniendo como base los programas, que nos hagan a todos la vida más sencilla.

Por eso mismo, aquel gobernante que tenga el honor de gobernar esta localidad, junto con todos los concejales, les pido que dejen de lado el ego y luchen por todos, solo así el pueblo confiará en los políticos, en la nueva generación que ha llegado, y en el fruto de la lucha contra la corrupción. Dicho esto, aunque comencemos con el orgullo de haber recibido la confianza del electorado, recordemos que no es como se empieza el camino hacia el ayuntamiento, sino, si vuelven a confiar en ustedes.

David Navas Pires
Miembro de la candidatura de ADN Morvedre

 

 

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