Sr. presidente, salga del plasma

Escrito por José Luis Chover Lara
Viernes, 27 Febrero 2015 13:15

Creo que en el debate del estado de la nación, Pedro Sanchez estuvo bien, y no es una apreciación subjetiva. La mayoría de las crónicas coinciden en que hizo un discurso magnífico, “tanto y de tal forma que sacó lo peor del presidente” del Gobierno, al que dejó en evidencia con críticas contundentes y certeras.

Rajoy era totalmente previsible. Siguiendo su estrategia, acabará la legislatura refiriéndose a la herencia recibida, aunque después de tres años y medio de gobierno, parece evidente que hoy ya es heredero de su propia gestión y de sus cifras con las que presumió en su intervención. Como bien señala Manuel Jabois en El Pais, su discurso “resultó ser un largo homenaje a sí mismo”. Rajoy no habló de la realidad cotidiana de millones de españoles, ni siquiera de las promesas electorales incumplidas, se centró en una particular batalla con los números para justificar, o mejor “para decir lo que él diría si España hubiese sido el país que esperaba” y que evidentemente no es.

A estas alturas de la legislatura, su autocomplacencia está injustificada y más parece una pose electoral porque, a falta de méritos propios decide apropiarse de los ajenos. En la mejora de la macroeconomía tiene mucho que ver el esfuerzo de los españoles que han sufrido los recortes, la bajada del petróleo,  la depreciación del euro y un BCE comprometido ya con el crecimiento. Aunque lejos de ese reconocimiento, la autocomplacencia parece algo intrínsecamente pegado a los políticos del PP. Todo lo hacen bien y si algo no, es por culpa de otros.

Autocomplacencia y sentido de la propiedad, el país y la administración son suyos y a cuenta de eso mandan. Fíjense que hasta Rajoy, después de regalar a Sanchez el calificativo de patético, empleando un tono irascible, le dijo que no volviera por allí.

Pero este debate lo ganó Pedro Sanchez, por la claridad y por la contundencia de sus argumentos y lo perdió Rajoy porque, por mucho que machacó los números, las cuentas para esa España idílica que dibuja no le salen y sus promesas, tres años después, están en la casilla de los incumplimientos. Ejemplos no faltan: prometió  acabar con el problema del paro con foto a las puertas de una oficina del INEM y crear 3 millones de puestos de trabajo y hoy tenemos 548.000 empleos y 144.000 empresas menos; prometió acabar con el endeudamiento público y hoy asciende a más de un billón de euros, superando el 100% del PIB; prometió no recortar la sanidad, la educación y las pensiones y ha introducido copagos, recortado las becas y bajado la cuantía de las pensiones; prometió que España nunca tendría que pedir un rescate y la UE ha tenido que intervenir con 50.000 millones de euros para hacer frente al agujero de Bankia, (rescue en inglés es rescate); prometió no subir los impuestos, recogió firmas contra el IVA, y en solo tres años ha subido 50 veces los tributos, y tres puntos el IVA; prometió transparencia y regeneración y hemos visto sus mensajes a un delincuente en prisión pidiéndole que no hable.

Como señaló Pedro Sanchez en su intervención, Rajoy pasará a la historia por la precariedad, la subida de impuestos y Bárcenas, y “su regeneración democrática pasa por aprobar un Código Penal en solitario, por imponer un Estatuto en Castilla-La Mancha hecho a medida de su interés electoral, por nombrar al frente de RTVE a quien fue presidente de Telemadrid, por despedir en diferido o por romper a martillazos el ordenador de Bárcenas”.  Y también, añadimos, por promover algo que une a españoles de todas las generaciones: cobrar menos de 900 euros. Y es que este gobierno ha convertido el mileurismo, que fue una pesadilla hace años, en un sueño inalcanzable para millones de españoles. La reforma laboral no solo ha destruido empleo, también ha cercenado los derechos laborales de los trabajadores.

Que saliera del plasma y que pise la calle  fue otra exigencia al Presidente ante su frase acuñada de que “la crisis ya es historia”. Su paso quedará marcado por lo que ha deshecho.

Desde las políticas de igualdad, la igualdad de oportunidades, la universalidad del sistema de salud, la dependencia, o la industria cultural, además de ese recorte de libertades, que añade a la reforma del derecho al aborto, la ley mordaza que supone la ley de seguridad ciudadana y  los recortes en la justicia universal.

Pedro Sánchez anunció “una agenda para la recuperación justa”, que su grupo parlamentario ha presentado en forma de resoluciones en este debate. Derogar la reforma laboral para acabar con la precariedad laboral y la devaluación salarial, aprobar un nuevo estatuto de los trabajadores, y subir el SMI. Defender la inversión en educación y formación para generar valor añadido frente a la precarización del mercado laboral. Reindustrializar e internacionalizar nuestra economía para hacer frente al endeudamiento y una reforma fiscal progresista que sea justa e implacable contra el fraude.  

Desmontar a Rajoy y  sus políticas permitirá construir.

José Luis Chover Lara
Portavoz del PSPV-PSOE en el Ayuntamiento de Sagunto

 

 

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