La Verónica en nuestra procesión de Viernes Santo

Escrito por Fernando Cos-Gayón Dominguez
Jueves, 17 Abril 2014 00:00

Cada año las distintas hermandades y cofradías de Semana Santa, asesoradas por sus respectivos consiliarios, se esfuerzan por incorporar nuevos actos, mejorar sus tronos y las imágenes que salen en procesión, aumentar el número de hermanos y cofrades, así como, sobre todo, solemnizar y profundizar en las celebraciones litúrgicas celebradas en los templos parroquiales o en el exterior de las iglesias. Momentos de recogimiento en los que los feligreses viven la Pasión de Cristo y su esperada y reconfortante Resurrección.

Desde que en 2009 se formalizaran de nuevo las hermandades de Jesús Nazareno y Santo Sepulcro, así como la cofradía de la Virgen Dolorosa Madre del Resucitado, uniéndose para formar la Junta de Cofradías y Hermandades de Puerto de Sagunto, se han venido sumando estos actos a los que aludía anteriormente. Así, por ejemplo, en la parroquia de  San José, todos los cuartos jueves de mes, en acto organizado por la Hermandad de Jesús Nazareno, se rezan Vísperas con exposición final del Santísimo; en la parroquia de Virgen del Carmen, diez o quince días antes de la Semana Santa, hay siete días de meditación sobre «Los Siete Dolores de la Virgen»; en el acto de presentación del Cartel y Programa de Semana Santa, se ha incorporado el cante de saetas, devoción y pasión del pueblo en un cante desgarrado que también podemos escuchar en nuestras procesiones de Semana Santa, que cada vez cuentan con más apoyo popular; se han programado conferencias sobre temas tan interesantes como «Las Cruzadas y la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén», «La Sábana Santa a la luz de la Ciencia»«Temática sobre la Semana Santa», «Pasión» y este año «Historia del Santo Grial».

Si en la primera tamborrada anunciando la Semana Santa del año 2010, se contó con la banda «Pasión Cofrade» de Puerto Sagunto, hace dos años que ya tenemos otra banda en El Puerto: la de «Tambores y bombos Virgen del Carmen»; y en la tamborrada de este año han actuado, además, 12 bandas invitadas, con un total de cerca de 300 tambores reunidos en la Plaza del Sol. El Domingo de Ramos, en la Misa de San José, desde hace tres años, los chavales del Movimiento Junior representan la Pasión Según San Mateo.

A los actos litúrgicos de Jueves Santo, Viernes Santo y Vigilia Pascual se les ha sumado la Oración del Silencio, programada para el Sábado Santo por la Hermandad del Santo Sepulcro; y al Vía crucis del Viernes Santo también se le ha sumado el del Domingo de Ramos.

Asimismo, a la procesión tradicional de Viernes Santo, pronto se le unió la del «Silencio» con la participación de cofrades y hermanos  de todas las hermandades portando el Cristo de la Fe, de la Hermandad del Santo Sepulcro, que es seguida con devoción por numeroso público. Los pasos de las distintas cofradías han sido mejorados con nuevos faroles, revestimiento de tronos, sepulcro para el Cristo Yacente, etc.

Y este año tenemos la novedad de que sale en procesión el pañuelo o velo de La Verónica, pintado por una religiosa Trinitaria y que será portado, delante del paso de Jesús Nazareno, por la jovencita Aroa Lindes Tomás, de la citada Hermandad. Con esta incorporación la Hermandad de Jesús Nazareno ha querido dar crédito a la tradición de que, en el camino del Calvario, una mujer se abrió paso entre los soldados que escoltaban a Jesús y enjugó con un velo el sudor y la sangre del rostro del Señor. Aquel rostro quedó impreso en el velo; un reflejo fiel, un «verdadero icono» con el que el Redentor del mundo dio a aquella mujer, conocida como «La Verónica», una imagen auténtica de su rostro. El velo o pañuelo de cabeza, sobre el que queda impreso el rostro de Cristo, es un mensaje para nosotros. En cierto modo nos dice: He aquí cómo todo acto bueno, todo gesto de verdadero amor hacia el prójimo, aumenta en quien lo realiza la semejanza con el Redentor del mundo. Y es que los actos de amor no pasan desapercibidos. Cualquier gesto de bondad, de comprensión y de servicio deja en el corazón del hombre una señal indeleble, que lo asemeja un poco más a Aquél que «se despojó de sí mismo tomando condición de siervo».

Y esa humildad, ese amor, esa ternura reflejada en el encuentro de Cristo con la Verónica, volveremos también a verlo este año en la representación del encuentro que Jesús tuvo con otra mujer: su Madre, camino del Calvario. Un año más en la Plaza de España de nuestra población se producirá el encuentro del paso de Jesús Nazareno y el de la Virgen Dolorosa. Allí, multitud de porteños se reunirán para vivir le emoción del momento, expresada en coplas disparadas a modo de flechazos contra el empedernido corazón de los fieles, más conocidas como  saetas, así como la audición de poemas dedicados al sufrimiento de Cristo y su Madre. Emoción que a lo largo del año recordaremos en la procesión  particular que cada uno vamos recorriendo en nuestra vida, en la que no faltan cruces  que vamos arrastrando, pero que sin duda son necesarias para que, siguiendo los pasos de Cristo Crucificado, resucitemos también y con Él, podamos alcanzar la Gloria. Es el único camino y verdadera procesión que, como ya he dicho en alguna otra ocasión, debemos recorrer con el corazón, en el que siempre debe tener un sitio el Nazareno y su Madre la Virgen Dolorosa.
 
Fernando Cos-Gayón Dominguez
 

 

 

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