Las características socioeconómicas y culturales del alumnado y sus familias aumentan su incidencia en los resultados, perjudicando a los estudiantes con peores condiciones sociales, según el informe internacional PISA.
Los resultados del Informe PISA hechos públicos ayer nos muestran una ligera mejoría en las puntuaciones en las tres áreas de conocimiento evaluadas, lo que sirve para acercar un poco más los resultados españoles a la media de la OCDE, de la que seguimos distanciados entre 10 (en el caso de Matemáticas) y 5 (Ciencias) puntos.
Mientras que en las puntuaciones medias se produce un pequeño aumento dentro de un cierto estancamiento, en la distribución de esas puntuaciones los resultados PISA en España -que siempre han mostrado una equidad por encima de la media europea- indican una importante pérdida de equidad. Dicho de otra manera: las características socioeconómicas y culturales de los alumnos y sus familias tienen, en 2012, una mayor incidencia en los resultados, perjudicando a los alumnos de peores condiciones sociales.
Esta pérdida de equidad está claramente vinculada a la política de recortes en educación impulsada por el Gobierno del PP y los Gobiernos conservadores de las comunidades autónomas en las que tienen mayoría. Los recortes han afectado especialmente a los programas y medidas dedicadas a la atención a la diversidad: profesorado de Compensatoria, de Aulas de Enlace o Acogida; recursos para alumnos con necesidades educativas especiales y para alumnos de compensación educativa, para desdobles y refuerzos en materias instrumentales; programas como PROA, orientado a la ayuda de alumnado con más necesidades de apoyo; becas (de libros comedor…), destinadas a estos mismos alumnos… Las consecuencias empiezan a afectar también a la diferencia en los resultados entre chicos y chicas, aumentando la brecha.
La falta de equidad en el acceso a la educación es especialmente grave en una situación de crisis económica en la que el ejercicio del derecho a la educación es un recurso fundamental para aumentar la formación e inserción laboral y, sobre todo, para mejorar el desarrollo personal y la capacidad de afrontar los problemas sociales vinculados a la crisis.
Llama la atención el que el Ministerio de Educación vincule los mejores resultados de otros países a programas de formación del profesorado y relacione la gestión de los centros y una auténtica rendición de cuentas, basada en la participación de la comunidad educativa, cuando la LOMCE, recientemente aprobada, suprime, justamente, la participación de la comunidad educativa y convierte la rendición de cuentas en unas clasificaciones hueras y nada significativas del desarrollo educativo alcanzado por alumnos y centros. Las afirmaciones del Ministerio son asimismo contradictorias con la práctica total supresión de la red de formación del profesorado y la disminución de las actividades de perfeccionamiento.
Las diferencias por comunidades autónomas también están relacionadas con el desarrollo socioeconómico y cultural (y el nivel educativo de la población adulta) de estas. Los mismos que se escandalizan de las diferencias territoriales reducen los fondos de compensación interterritorial o animan políticas recentralizadoras que, en su momento, producían aún mayores diferencias por regiones. Los mismos que suprimen las medidas de atención a la diversidad obligan a abusar de la repetición como única medida para quienes no logran superar los objetivos; repetición que ya supone un coste de 2.600 millones de euros y produce, las más de las veces, peores resultados –de los repetidores- en PISA y abandono a medio plazo.
Por todo ello creo que los resultados del Informe PISA 2012 implican una crítica directa a la LOMCE como la ley que consolida los recortes educativos, suprime las medidas de atención a la diversidad y reduce la autonomía y participación en los centros.
Ximo Estal
Secretario General de Enseñanza de CCOO del Camp de Morvedre
