Autistas: marginados del sistema público educativo

Escrito por Héctor Javier Férriz
Jueves, 17 Octubre 2013 16:14

El día que nos comunicaron a su madre y a mí, que nuestro hijo tenía el llamado "trastorno generalizado del desarrollo del espectro autista" comprendimos inmediatamente que nuestra vida iba a cambiar por completo, que nuestra vida debido a la enfermedad de nuestro hijo iba a ser mucho mas dura.
 
Lo que nunca nos podiamos imaginar es, que las dificultades que nos ibamos a ir encontrando en este duro camino, no iban a venir de los sintomas propios de la enfermedad del espectro autista, sino de la dejadez de nuestras instituciones públicas, de la falta de recursos de los colegios ante estos problemas, de la falta de empatia de la sociedad en general, estos y otros muchos problemas que por decirlo claramente expulsan a nuestro hijo del sistema normal educativo, expulsan a nuestro hijo de la sociedad, y así me siento, como un niño malformado en la vieja Esparta lanzado desde la Roca de Tarpeya al abismo por no ser útil para la batalla, como un judio en la Alemania de 1942 ejecutado por ser diferente, como un minusvalido sometido al programa AKTION T4 gaseado porque su vida era demasiado cara para el regimen nazi, o como un minusvalido en pleno año 2013 al que le han quitado la ley de dependencia y su familia necesita trabajar y no va a poder cuidarle, por ser demasiado caro para el sistema, os parece una comparativa excesiva, no, yo lo veo como una comparativa en el tiempo que nos a tocado vivir, afortunadamente el ser humano es cada vez menos violento pero sigue siendo terriblemente injusto con lo que es diferente, a parte, a quién le piquen las comparaciones pués que se rasque.
 
Empezando a contar nuestra historia desde el principio, decir, que a los 18 meses Javier empieza a acudir al centro de estimulación temprana que le corresponde por zona, donde se parten la cara por los niños, mientras la consellería de Valencia les debe cerca de 5 nóminas a las trabajadoras del centro, aún así nunca dejan de velar por los pequeños, bravo, mil gracias. Eso sí Valencia sigue teniendo dinero para pagar la carrera de formula 1, muy bien, MINUSVALIDOS 0 FORMULA 1, van ganando el partido.
 
Cuando Javier termina su ciclo de escuela infantil empiezan a aparecer los problemas, a través de la psicóloga municipal nos indican que no hay un solo cologio en todo nuestro pueblo donde Javier tenga los apoyos necesarios, es decir la figura del educador, debido a los recortes en educación que sufre nuestro país.
 
Aconsejados por las psicologas del centro de estimulación que nos piden que luchemos por que Javi entre en un colegío ordinario, para la enfermedad de Javier es muy recomendable que tenga posibilidades de imitación con otros niños sin problemas, decidimos acudir a otros pueblos de la zona, donde por fin conseguimos matricular a Javier, después de un verdadero calvario. Después de un primer año muy positivo, nos volvemos a encontrar con la misma piedra en el camino, la falta de recursos vuelve a aparecer.
 
En estos momentos la situación es la siguiente, sino se produce un cambio absoluto en las políticas educativas de este país, Javier en las proximas semanas ingresara en un colegío de educación especial, ya que es la ultima opción de la que disponemos, la otra opción son las llamadas aulas CYL, donde hay ni más ni menos que unos dos años de espera, debido a la falta de este tipo de aulas en nuestro querido sistema educativo.
 
Para terminar quiero agradecer de todo corazon a los profesionales que nos han ayudado en este peregrinaje absurdo e injusto, a los profesores y profesoras del colegio donde Javier esta actualmente matriculado, a las psicologas y resto de profesionales del centro de estimulación temprana, también al centro de estimulación donde actualmente asiste Javier, gracias de corazón.
A quien no voy a saludar es a los políticos responsables de esta situación, ellos ya saben quien son, solo decirles que vuelvan a leer las comparaciones que he escrito y que se vuelvan a rascar un poco mas.
 
Héctor Javier Férriz Lara, padre de un niño maravilloso.

 

 

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