La nueva política y (II)

Escrito por Alfredo Rodrigo
Viernes, 28 Junio 2013 00:29

Se pueden exportar puestos de trabajo allí donde son más bajos los costes salarias y fiscales, maximizando con ello los beneficios empresariales. La era informacional nos ha dado la oportunidad de repartir el trabajo por todo el mundo de forma y manera que los capitales se escapan al control de los Estados nacionales. Ésta situación permite castigar a los estados nacionales cuando se muestren contrarios a sus intereses y evadir impuestos, pagándolos allí donde la política les sea más afín.

En este contexto se da fin a lo político, al sistema de roles del uso, de eso que se ha dado de llamar el quehacer «político» y «no-político».  Y entra a escena el neoliberalismo político más depredador, más ambicioso, más «yo soy el centro del universo», ¡Vivan los beneficios, mueran los puestos de trabajo!, nace en los años ochenta en EE.UU., en donde algunos pensadores económicos de Estados Unidos e Inglaterra, apoyados por profesionales de la economía, son contratados por organismos financieros internacionales como el FMI (Fondo monetario internacional) para lograr un nuevo modelo económico que terminaría por extenderse a gran parte del mundo.
El proyecto de la modernidad parece haber fracasado.  Lo que se hace pasar por universalismo occidental de la Ilustración y de los derechos humanos no es otra cosa que la opinión de hombres (blancos, muertos o viejos), que oprimen los derechos de las mayorías imponen de manera absoluta su discurso partidista.  El capitalismo se queda sin trabajo y produce paro.  Con esto se quiebra la alianza histórica entre sociedad de mercado, Estado asistencial y democracia, el neoliberalismo coloniza occidente.

Globalismo: Concepción según la cual el mercado mundial desaloja o sustituye al quehacer político; es decir, la ideología del dominio del mercado mundial o la ideología del liberalismo.  Una tercera cultura o cultura civil global.  Una Democracia cosmopolita.  Una Sociedad mundial capitalista.  Una Sociedad de transito.  Una Sociedad de futuro.  Un Estado transnacional.

Globalidad: es sinónimo de decir, que hace ya bastante tiempo que vivimos en una sociedad mundial, es decir que las distintas formas económicas, culturales y políticas no dejan de entremezclarse, así las sociedades mundiales significan la totalidad de las relaciones sociales que no están integradas en la política del Estado nacional ni están determinadas.  Se puede comprender como «pluralidad sin unidad». Es sociedad mundial, irrevisable. Multidimensional.  Policéntrica. Contingente (incierto).  Política.

Globalización: Procesos en virtud de los cuales los Estados nacionales soberanos se entremezclan e imbrican mediante actores transnacionales y sus respectivas probabilidades de poder.  La Intensificación de espacios.  Lo Global, inclusivo y incluyente.

Entre la primera y segunda modernidad hay un eje diferenciador, la irreversibilidad de la situación.  Ya no podemos volver atrás, la interdependencia es invariable, la pluridimensionalidad de lo ecológico, cultural, político y social debe ser asumido desde un Estado de Gobernanza global nos dirigen hacia una nueva forma de hacer política.

Como conclusión, nos da a entender que la sociedad avanza más rápidamente de lo que nuestro cerebro y nuestro esfuerzo pueden soportar.  Pero hemos llegado a un punto donde todo está estallando, la sociedad empieza a mostrarse indignada por la manipulación a la que estamos expuestos.

Uno de los factores de crisis de la vida social y política está en que los vasos en donde se contenía la vida social, los grandes recipientes en donde nos hemos entendido y cobijado colectivamente durante la modernidad se han desbordado. La modernidad trajo la tensión dialéctica entre individuos y colectivos como una triangulación entre el Estado, el mercado y una comunidad o sociedad civil (donde los partidos políticos y sindicatos eran actores principales).  Hoy todo ese triángulo, cuya tensión construyó los derechos de ciudadanía, está en movimiento, principalmente por la desestructuración social creada por el ingreso del capitalismo en la globalización neoliberal y la crisis final del nuevo acuerdo económico que sustituyó al keynesianismo.

El Estado nacional, en su formulación como Estado social y democrático de derecho, sufrió embates de la globalización neoliberal y de la hegemonía privatizadora y flexibilizadora, lo económico ha colonizado lo político.
Con la nueva política, está en duda, la soberanía del Estado – Nació, la representación política, la propia democracia.  Existen estamentos supranacionales no elegidos por los ciudadanos que se autoproclaman poder de representación, existen entidades privadas que emiten informes coercitivos para los Gobierno representativos en donde indican por donde tienen que desarrollarse las políticas económicas y por ende las políticas sociales; los representantes elegidos por la soberanía nacional ya no representan a los intereses generales, se dejan manipular por otros no representativos que están situados en el pedestal financiero.

La política sobre parecer muy progresista (en nuestro sistema) empieza a dejar de ser transparente.  Los políticos piden a la gente mucha participación un día cada cuatro años, se le da las gracias y hasta las siguientes elecciones, por eso, son muchos los expertos y la sociedad en general (más o menos indignada) la que comienza a advertirles que no están entendiendo el mensaje.  Ahora bien, son tan diversas las voces que se escuchan en la calle, que resulta complicado discernir cuál es la demanda real y mayoritaria de los indignados.

La crisis de la política afirman muchos expertos, es el resultado de unas dinámicas partidistas atrofiadas, endogámicas y poco ejemplarizantes, lo que demuestra que la política no va al mismo ritmo que la modernización de la sociedad, pero debemos avanzar en nuestras aptitudes para conocer desde una perspectiva global, que las sociedades del planeta se están haciendo cada vez más interconectadas, que muchos de los problemas sociales son más graves más allá de las fronteras de las ciudades europeas y podemos reconocer como viven los demás, lo que nos ayuda a comprendernos mejor a nosotros mismos.
 
Alfredo Rodrigo Haro es politólogo.

 

 

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