Necesaria regeneración democrática

Escrito por Ángel Olmos Gauses
Viernes, 08 Febrero 2013 02:40

A los ciudadanos nos han tomado la medida tal es así que, durante un tiempo demasiado largo, muchos políticos con sus verborreas y demagogias  nos tienen metidos en la fábula de la gallinita ciega, nos tapan los ojos, nos dan tres vueltas, nos marean girando a la izquierda o la derecha, con el resultado de sobra conocido: Empobrecimiento general de la población con una reducción del poder adquisitivo de los salarios y las pensiones, seis millones de parados y con una sensación que seguro tienen las generaciones mas jóvenes, de que el futuro puede ser peor que el presente y quizás que el pasado.

Los españoles/as tenemos un drama que tendremos que resolver de forma democrática, si pretendemos regenerar la caótica situación de crisis social y pérdida de valores que padecemos. El individualismo, la insolidaridad, el egoísmo: En definitiva el sálvese el que pueda, se ha instado en nuestra sociedad. Nos distanciamos de los problemas como si no fueran con nosotros  y no adquirimos compromisos. Comparto lo señalado por un analista político que al hablar de corrupción política decía hace unos días: No podemos obviar el modelo social y económico dominante en nuestro país. Una sociedad donde el reconocimiento social ha estado y esta vinculado al éxito económico y donde el dinero y la riqueza han tenido todo el reconocimiento social. En mi opinión no hay sociedad democrática que se precie, que pueda continuar así, sin resentirse profundamente en sus cimientos y valores. Necesariamente hay que pasar de la sumisión a la acción. Todo tiene solución menos la muerte. Hay que exigir a los partidos políticos el inicio de un debate sobre la necesaria regeneración política, reforzando el papel de las instituciones democráticas, fomentando el debate y la participación ciudadana así como una mayor conexión entre la representación y la sociedad, democratizando al máximo la toma de decisiones incluyendo en ese debate la conveniencia o no de votar listas abiertas directamente a diputados, senadores, concejales, etc., para poder pedirles así responsabilidades al representante votado y no a unas siglas que por honestas que sean, nunca rinden cuentas de sus incumplimientos de programas a sus militantes y aun menos a sus respectivos electorados.

Estamos retrocediendo vertiginosamente en derechos sociales y en calidad de vida democrática que, tanto sacrificio costó restaurar desde una dura dictadura de cuarenta años. Es más, se esta poniendo en duda los propios valores y principios de nuestro sistema democrático, cuestionándose el papel y la legitimidad de instituciones básicas del sistema y de aquellas herramientas que son el cauce para la acción política y social, partidos, sindicatos etc. Lo repetiré hasta la saciedad: No todo vale en política ni todos son/somos  iguales. La generalización penaliza de forma injusta a las muchas personas que de manera voluntaria y honesta se dedican a la política y/o al quehacer público.
¿Que podemos hacer para erradicar el ascenso de los delitos de   corrupción, fraudes, evasión de impuestos y capitales, con la grave perdida de valores en España y que esta corrompiendo nuestra calidad democrática? No hay formulas milagrosas pero lo peor que podríamos hacer es resignarnos y  distanciarnos de la política, con lo colectivo. La sociedad civil no puede seguir girando la cara dejando pasar los días lamentándonos del retroceso social que estamos sufriendo como si de una fatalidad inevitable se tratara; tenemos que reaccionar y por ello tenemos la responsabilidad cívica de pasar a la acción libre y democrática. Basta ya de lamentos.
 Es necesario que un amplio movimiento ciudadano a través de recogidas de firmas en Internet, en centros sociales, AA. VV., vestíbulos de hospitales, sindicatos, representación sindical en las empresas, plazas públicas de cada pueblo, ciudad, con el objetivo de exigir al Parlamento Español la regeneración política y de la vida democrática y al mismo tiempo una nueva ley electoral justa y representativa con participación ciudadana ¿Quien se va a oponer a ella públicamente?

 A través de estos u otros medios democráticos hay que acabar con la impunidad en la corrupción y de fraude en donde cargos representativos, en el supuesto que hayan metido la mano nunca devuelven el dinero robado a las distintas instituciones públicas o privadas. Hasta el presente, los partidos e instituciones públicas, son un coto cerrado, no ejercitan ningún medio que les obligue al control y a la rendición de cuentas a través de la realización de auditorías fiables externas e independientes donde se especifiquen de dónde proceden los ingresos y gastos para su posterior exposición pública. En cambiar este estado de cosas nos va nuestra salud democrática. Además del descrédito moral y ético, de los distintos partidos políticos.
 
Ángel Olmos Gauses

 

 

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