Ya se ha cumplido un año del añorado cambio

Escrito por Ángel Olmos
Jueves, 20 Diciembre 2012 01:03

Muchos ciudadanos de buena fe, por juventud unos y por haber perdido la memoria histórica otros, añoraban un cambio político en nuestro país y, por ese motivo, votaron al Partido Popular en las ultimas elecciones, otorgándole la mayoría absoluta. Estoy convencido que muchos de ellos, se están arrepintiendo de ese añorado cambio, debido a los duros recortes que están/estamos sufriendo en nuestra calidad de vida y que no figuraban en el programa electoral con el que se presentaron los conservadores a las elecciones. Los españoles que aún conservamos memoria, sabemos que la derecha siempre ha sabido ejercitar el poder y aprovecharse de él en beneficio propio y para ello no escatima esfuerzos que permite el enriquecimiento de unos pocos, de por sí ya ricos, aunque para ello, destruyan el estado de bienestar social que con mucho sudor, lágrimas y sangre hemos conquistado en muchos años. Nos están empobreciendo llevándonos a la década de los años ochenta. Tanto es así, que una parte muy significativa de la sociedad civil se esta rebelando ante tanto desacato contra los derechos ciudadanos. El ambiente social de protesta y contestación ciudadana es evidente y va en aumento.

 Las Huelgas Generales de Marzo y de Noviembre en este año 2012, la lucha de las plataformas sociales contra los desahucios y las movilizaciones de los trabajadores de la Sanidad Publica, Enseñanza, Discapacitados, Jueces, Fiscales, Abogados etc. son una muestra más de esa contestación que estoy convencido como decía anteriormente, que ira en aumento y a la que se sumarán otros colectivos. Evidente si tantos estamentos se movilizan es que algo importante está ocurriendo  en la sociedad civil,  y en mi opinión anuncian sociológicamente algo nuevo.  
 
 Los derechos sociales que la derecha pretende arrebatarnos son  importantes. Bajo el pretexto de la crisis esta llevando a la práctica el programa más duro de los poderes económicos y políticos, agravando el sufrimiento de millones de personas que se sitúan por debajo del umbral de la pobreza en España. La tasa de pobreza y exclusión social ha crecido rápidamente en los últimos años; en estos momentos algo más  de un 27% de la población se encuentra en riesgos de pobreza. Muchas personas tienen que recurrir al Auxilio Social —aunque  ahora tenga otro nombre— que conocimos mi generación en la posguerra civil española. Hay familias que subsisten a través de las pensiones de sus familiares, padres, abuelos. A las pensiones además de la carga familiar, se les acumulan el copago farmacéutico, agravándose aún más si cabe, la situación al no efectuar la revalorización (1,9% de pérdida de poder de compra) en su pensión recogida en la Ley General de la Seguridad Social para mantener el poder adquisitivo. El Gobierno de PP se ensaña y es muy valiente con los débiles: recortándole derechos e ingresos económicos, y sumiso con los poderosos, defraudadores y corruptos, regalándoles económicamente lo que no está en los escritos. Estamos asistiendo a la perversión política de un grave e injusto desequilibrio económico de ingresos, por parte de la hacienda pública, agravado por las reformas fiscales y donde la participación  de la remuneración de los asalariados —que estamos controladísimos— sobre el Producto Interior Bruto se ha reducido considerablemente en los últimos años, con el pago de las rentas más altas así como de muchas grandes empresas, multinacionales y entidades financieras. Sirva como ejemplo que  declararon en los últimos años más de 110.00 millones de euros de beneficio, de los que se aportaron como impuesto de sociedades en torno a 18.000 millones.

Como he manifestado en otros escritos, seguimos siendo un pueblo bastante inmaduro políticamente hablando, y continuamos soportando pasivamente una injusta Ley Electoral en distribución de diputados proporcionalmente con los votos obtenidos. Hay que ser consecuentes que cada cuatro años votamos el poder legislativo del Parlamento Español que rige la sociedad española. En este mismo lugar lógicamente se hacen las leyes que ejecutan los gobiernos y se nos aplican a la ciudadanía como: Reformas laborales, reformas Fiscales, reformas financieras, reformas educativas, reformas sanitarias tasas judiciales etc. son la misma cara de la misma moneda y todas van en la misma dirección: Recortes en el gasto público y desmantelamiento del Estado del Bienestar para convertirlo en un negocio para los amigos. Como decían los eslóganes de las últimas Huelgas Generales: «quieren acabar con todos los derechos laborales y sociales, nos dejan sin futuro».
Considero imprescindible reflexionar y  tomar conciencia hacia que modelo de sociedad nos están dirigiendo, deteriorando los servicios públicos, recortando derechos  sociales y ciudadanos; en definitiva nos conducen a una involución democrática.

La ciudadanía no podemos permitir que el desempleo, la rebaja salarial generalizada, el empobrecimiento masivo, la exclusión social o la eliminación de servicios públicos sea la única política posible frente a la crisis. Por tanto, es necesario seguir recuperando la conciencia individual y colectiva de que es posible cambiar este estado de cosas: Las movilizaciones suelen dar sus frutos. Comparto la opinión de los sindicatos de clase y de otras organizaciones sociales que componen la Cumbre Social cuando manifiestan que en las elecciones generales de 2011, nadie pudo pronunciarse sobre el abaratamiento del despido, la individualización de las relaciones laborales y el deterioro de la negociación colectiva, el camino de modelo educativo, el repago sanitario, la reducción de prestaciones sanitarias, el desmantelamiento de los servicios sociales, la subida de impuestos, la reducción de salario o perdida de empleo en las administraciones y empresas públicas; ni sobre las reducciones de las prestaciones por desempleo o la no revalorización de las pensiones, por no hablar de los procesos de corrupción en los que están envueltos. El Gobierno del PP debería rectificar y tiene la oportunidad de hacerlo escuchando el sentir y la voz de la calle, de lo contrario estoy convencido que la indignación activa de los ciudadanos aumentará.
 
Ángel Olmos Gauses
 

 

 

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