Las ocurrencias educativas del PP

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Lunes, 13 Febrero 2012 01:00

Como no podía ser de otra manera, el Gobierno valenciano no ha perdido tiempo en posicionarse junto a su ministro de Educación que acaba de plantear, a escasos días de la apertura de la nueva legislatura, unas reformas en el sector educativo que no han dejado indiferente a nadie. En un alarde de «... y yo más, y yo más», el ministro Wert suma sus propuestas al sinfín de ocurrencias e incongruencias que se han venido vertiendo a lo largo de este mes por parte del equipo de gobierno central y autonómico.

Se propone un bachillerato de tres años a costa de la supresión de un año en la educación secundaria obligatoria, una apuesta por el plurilingüismo y una reforma en la formación profesional en la que la preparación práctica en la empresa se equipare a la que se da en el aula. Esto, por si sólo ya sugiera una gran discusión social y política en la que intervengan todos los colectivos implicados. Pues bien, parece que el gobierno popular quiere implantar estas medidas sin consenso previo ya que, según ha trascendido a través de los medios de comunicación, está estableciéndose un calendario para su implantación.

El problema es que en con estas circunstancias educativas como telón de fondo y la crisis autonómica que se nos ha venido encima, el Consell nos anuncia un tijeretazo que afectará no sólo a las nóminas del profesorado sino a los recursos de los centros educativos valencianos, a los cuales todavía se les adeuda parte de los pagos del último cuatrimestre del 2011, no parece demasiado lógico plantearse estos cambios que anuncian ser profundos y afectan a todo el entramado educativo. Dada la situación financiera que atraviesa nuestra comunidad, no parece compatible quitar de un lado para gastar por otro, pues no olvidemos que los recortes vienen marcados por una política de austeridad pública que dista mucho de lo que supondría gastar con esta reforma.

La cuestión es compleja y requiere un análisis de intenciones y disposiciones. ¿De cuánto dinero estamos hablando para llevar a cabo tan ardua empresa?¿ Están las arcas públicas preparadas para garantizar económicamente tan complejo plan? Es la cuestión preliminar que deberían haberse planteado aquellos a quienes se les ha ocurrido en esta tesitura económica tan desfavorable acometer este desafío tan ocurrente.

Y puestos a exponer ocurrencias, se vuelve a poner de nuevo sobre la mesa la tan traída y llevada por las autoridades educativas ―y no menos por nuestro exconseller Font de Mora―, Educación para la ciudadanía, esa materia proselitista y adoctrinadora sin paliativos que es fuente de tantos males y se constituye como una conspiración judea masónica cuando no como un discurso marxista para promover la revolución del pueblo. Podían también eliminar, puestos a extirpar tanta malignidad, materias como la Etica, la Filosofía y, porque no, la Historia; a lo mejor incluso la Biología o la Física contienen algunas teorías que resultan ser contraproducentes para las buenas costumbres. Puede que se esté gestando una tutela de la administración sobre el colectivo docente, cosa que no se ha vivido en España desde hace mucho tiempo. El mayor control económico que se pretende ejercer en los centros educativos sugiere un intento de control ideológico que hasta ahora, y ya en democracia, nunca se había ejercido.

Maria Eugenia Sánchez Rambla
Profesora lES Jorge Juan

Modificado por última vez en Lunes, 13 Febrero 2012 01:00

 

 

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