Tal y como era previsible, en la sesión de investidura de esta mañana, ha sido elegido alcalde de Sagunto el popular Alfredo Castellón Sáez. Al final, cada grupo político, excepto Izquierda Unida, que no ha presentando candidatura y ha optado por la abstención, ha votado a su candidato: los 5 ediles socialistas a José Luís Chover, los 4 del Bloc a Francesc Fernández y los 4 de SP a Manuel González. Ya comenté hace unos días que no veía a los segregacionistas votando al PSOE y, efectivamente, hoy se ha visto claramente que no lo han hecho. Si las matemáticas no fallan, entre estos tres partidos reunían votos suficientes para aupar a la Alcaldía al candidato socialista y, por tanto, mandar a la oposición al señor Castelló, esto es bastante obvio. Sin embargo, el señor González ha responsabilizado a los tres concejales de Izquierda Unida, que ni tan siquiera eran decisivos, de que el PP siga ocupando la presidencia consistorial de Sagunto en esta nueva legislatura que ahora echa a andar.
O sea, que los que realmente tenían los votos para decidir, no son los responsables de lo que ha pasado, y los tres concejales de izquierdas, que ni pinchan, ni cortan, ni la navaja es suya, son los culpables de que Castelló siga al frente de la Alcaldía. Menuda desfachatez. La verdad es que si Segregación Porteña hubiese querido, realmente, que Sagunto cambiara de alcalde, tenía que haber votado a Chover, y a partir de ahí, ya hubiésemos visto el comportamiento del Bloc.
Lo ocurrido esta mañana, demuestra claramente que el ofrecimiento de SP no era sincero, que en Segregación Porteña no tenían ninguna intención de que Alfredo Castelló dejara de ser alcalde. Si realmente hubiesen querido que, como castigo ejemplar, el PP desapareciera de la Alcaldía en esta nueva legislatura, habrían votado a Chover, creando así, de forma efectiva, una posibilidad real de cambio, pero eso no es lo que buscaba SP. Segregación Porteña ha escenificado un cabreo con el PP para hacerle un guiño a los votantes de izquierdas y, de paso, responsabilizar a Izquierda Unida de que siga el PP ocupando la Alcaldía, a ver si, con un poco de suerte, recuperan parte de ese voto de izquierdas que el 22 de mayo no apoyó a los segregacionistas, al volver a su lugar natural, es decir, Izquierda Unida.
No tardará mucho el Grupo Municipal de SP en sacarle las castañas del fuego al señor Castelló, como ya hizo en la pasada legislatura, ya lo verán. No es que me parezca mal, claro que no. Es lógico y natural que dos opciones de derechas se entiendan. Lo que no me parece aceptable es tanta hipocresía.
O sea, que los que realmente tenían los votos para decidir, no son los responsables de lo que ha pasado, y los tres concejales de izquierdas, que ni pinchan, ni cortan, ni la navaja es suya, son los culpables de que Castelló siga al frente de la Alcaldía. Menuda desfachatez. La verdad es que si Segregación Porteña hubiese querido, realmente, que Sagunto cambiara de alcalde, tenía que haber votado a Chover, y a partir de ahí, ya hubiésemos visto el comportamiento del Bloc.
Lo ocurrido esta mañana, demuestra claramente que el ofrecimiento de SP no era sincero, que en Segregación Porteña no tenían ninguna intención de que Alfredo Castelló dejara de ser alcalde. Si realmente hubiesen querido que, como castigo ejemplar, el PP desapareciera de la Alcaldía en esta nueva legislatura, habrían votado a Chover, creando así, de forma efectiva, una posibilidad real de cambio, pero eso no es lo que buscaba SP. Segregación Porteña ha escenificado un cabreo con el PP para hacerle un guiño a los votantes de izquierdas y, de paso, responsabilizar a Izquierda Unida de que siga el PP ocupando la Alcaldía, a ver si, con un poco de suerte, recuperan parte de ese voto de izquierdas que el 22 de mayo no apoyó a los segregacionistas, al volver a su lugar natural, es decir, Izquierda Unida.
No tardará mucho el Grupo Municipal de SP en sacarle las castañas del fuego al señor Castelló, como ya hizo en la pasada legislatura, ya lo verán. No es que me parezca mal, claro que no. Es lógico y natural que dos opciones de derechas se entiendan. Lo que no me parece aceptable es tanta hipocresía.
Ignacio Belzunces Muñoz
