El Saguntino cayó a domicilio ante el Levante B (1-0) en la segunda jornada de liga en el grupo VI de tercera división. Acompañado por un buen puñado de aficionados rojillos y con media docena de bajas, el equipo de Dani Ponz volvió a mostrarse competitivo ante uno de los rivales poderosos de la categoría, aunque su juego fue esta vez insuficiente para sacar un resultado positivo.
El encuentro comenzó con dominio alterno, ya que los dos conjuntos querían estudiar al contrincante antes de buscar la mejor estrategia para ganar. En una primera mitad con juego trabado e igualado, tanto azulgranas como rojillos dispusieron de un par de acercamientos con cierto peligro que se saldaron sin consecuencias para el marcador.
El paso por los vestuarios sirvió para que los visitantes hicieran una apuesta más ofensiva, restando a su centro del campo presencia física para darle algo más de toque. Esta intención, sin embargo, no se plasmó en el juego, ya que los levantinistas fueron capaces de atacar con peligro por la banda derecha saguntinista.
Cuando el encuentro enfilaba su recta final, un córner lanzado por los locales fue cabeceado en el primer palo a la red, un tanto que, lejos de aturdir a los saguntinistas, les sirvió para espabilarse y quitarse los nervios.
De esta forma, los últimos 20 minutos del choque fueron los mejores de los visitantes, que llegaron a la portería azulgrana con más fluidez, aprovechándose también de un bajón físico del rival. Raul Sáez, el debutante Gabi y Pifarré tuvieron muy buenas oportunidades para empatar, pero la falta de acierto condenó a los rojillos a la derrota.
El encuentro comenzó con dominio alterno, ya que los dos conjuntos querían estudiar al contrincante antes de buscar la mejor estrategia para ganar. En una primera mitad con juego trabado e igualado, tanto azulgranas como rojillos dispusieron de un par de acercamientos con cierto peligro que se saldaron sin consecuencias para el marcador.
El paso por los vestuarios sirvió para que los visitantes hicieran una apuesta más ofensiva, restando a su centro del campo presencia física para darle algo más de toque. Esta intención, sin embargo, no se plasmó en el juego, ya que los levantinistas fueron capaces de atacar con peligro por la banda derecha saguntinista.
Cuando el encuentro enfilaba su recta final, un córner lanzado por los locales fue cabeceado en el primer palo a la red, un tanto que, lejos de aturdir a los saguntinistas, les sirvió para espabilarse y quitarse los nervios.
De esta forma, los últimos 20 minutos del choque fueron los mejores de los visitantes, que llegaron a la portería azulgrana con más fluidez, aprovechándose también de un bajón físico del rival. Raul Sáez, el debutante Gabi y Pifarré tuvieron muy buenas oportunidades para empatar, pero la falta de acierto condenó a los rojillos a la derrota.
