Marco dialoga con Adrián Campos
Marco Barba vivió un complicado fin de semana en el circuito checo de Brno, donde se disputó la tercera prueba de la temporada en Auto GP. El piloto acudía con la intención de rodar en los tiempos de cabeza, pero el monoplaza del Campos Racing ofreció serios problemas de competitividad, centrados en el subviraje, que le impidieron ser tan rápido como esperaba.
Su equipo trabajó «sin descanso» para mejorar las prestaciones del monoplaza, pero Marco reconoce que «no terminamos de dar con un problema que el coche tiene y que impide que estemos a la altura de los mejores».
Tras ser decimotercero en la tanda de calificación, el saguntino no se libró de los múltiples accidentes en la primera carrera, un percance que en su caso le empotró contra el muro de pit lane poniendo el punto final a su participación cuando no se había completado el primer giro.
A partir de ahí y hasta el inicio de la segunda manga, ingenieros y mecánicos dispusieron de 3 horas para trabajar en los arreglos necesarios, que permitieron al menor de los Barba tomar la salida, suerte que no tuvo su compañero de equipo, quien se quedó en boxes ante la imposibilidad de recuperar su monoplaza.
Marco acabó décimo esa prueba y reconocía tras bajar del choque sentirse «bastante preocupado, porque estamos a una carrera del ecuador del campeonato —que se alcanzará dentro de un mes en Donington—y no estamos en la parte alta de la clasificación».
