El Ayuntamiento de Sagunto ultima el proyecto del Sendero Azul para exponerlo en el vecindario. A lo largo del próximo mes el consistorio realizará las jornadas de participación para acabar de relanzar el proyecto que cuenta con el apoyo financiero del convenio firmado con Red Eléctrica Española (REE).
El proyecto de la Senda Azul se presentará previsiblemente en el mes de noviembre, indican fuentes municipales, las cuales nos recuerdan que este proyecto se ha tenido que rehacer completamente, porque el que se presentó en la legislatura pasada era «muy deficiente» y a pesar de pasar el filtro de la Confederación, en el ámbito del Dominio Público Hidráulico, «el río, no superó el visto bueno de Costas en el ámbito marítimo-terrestre». La administración estatal, en este caso, consideró el proyecto «como muy deficiente, y la documentación absolutamente insuficiente para poder emitir ningún dictamen favorable».
La ex concejala y diputada autonómica Teresa García comenta al respecto: «Trabajar con proyectos heredados del PP es contraproducente para la gestión. Nos ha ocurrido con el pabellón de balonmano, con la calle Valencia y el solar de Quevedo. Todos los proyectos que hemos heredado del PP han tenido que replantearse para poder gestionarlos, no tenían la documentación adecuada, no contaban con la financiación correspondiente, estaban mal licitados, etc, etc. Todo esto, ha producido un retraso de gestión, que hemos intentado reducir la máximo».
Prosigue García subrayando que el caso de la Senda Azul, «no se escapa a estas deficiencias». Se trata de un área multidominio, el marítimo, el fluvial, y el municipal, lo cual supone un ejercicio de coordinación entre administraciones importante, pero «si añadimos que contamos con un handicap más que es el proyecto de partida, tenemos que asumir retrasos y ser responsables de los mismos».
La diputada autonómica admite que «nuestro error ha sido confiar en que el trabajo del anterior equipo de gobierno podía servir, cuando la realidad ha sido que ha supuesto más que un lastre en su desarrollo». Añade la representante saguntina en Les Corts que para evitar más retrasos, en esta ocasión si que se cuenta con los criterios de trabajo de Costas, «la cual si se siguen las indicaciones que ya han indicado y que se recogen al nuevo proyecto, no debe de demorarse en su autorización».
Por último explica la ex regidora que «se trata de un proyecto sencillo en su ejecución, pero complicado en su tramitación, por lo tanto esperamos superar con rapidez la parte administrativa para poder acometer un obra que adecentará la zona y le dará una mayor proyección turística, en base a una mejora de los valores sostenibles de la zona».
«El convenio único de la SAG no debe sufrir injerencias políticas, ni dogmatismos»
Aunque permanece en el Consejo de Administración, tras su cese como consejera delegada de la SAG, Teresa García opina que una de las claves del éxito en la gestión de la SAG ha sido poder armonizar y conjugar la política de recursos humanos, con la calidad del servicio. «Para ello se ha desarrollado y se desarrolla un trabajo lento y riguroso por parte de la empresa y los comités de representación de los trabajadores desde hace años».
Explica la ex regidora municipal que se está trabajando en un convenio único, ya no desde el actual equipo de gobierno, sino desde la anterior legislatura, servicio por servicio: aseo urbano, jardinería, limpieza de edificios públicos, etc... «Para poder lograr un convenio único, deben adaptarse el resto, y esa es una labor en la que no debe intervenir ningún criterio político, por que su influencia puede ir en contra de los intereses de la empresa y volver a generar los desequilibrios que estuvieron a punto de privatizarla, cuya sombra, afortunadamente ya ha quedado atrás, debido, entre otras cosas a esa armonización acometida en su momento».
Comenta esta representante de Compromís que el Consejo de Administración siempre ha dejado trabajar a la gerencia, a la empresa y a los representantes sindicales para llegar a acuerdos, en beneficio de los trabajadores pero también en pro de la calidad y la eficiencia del servicio. Y apunta que «introducir, cuando ya se está en la parte final de la negociación, dogmatismos puede dar al traste con un trabajo de años. Un buen gestor, no es un representante sindical, sus objetivos y su misión debe estar orientada a la calidad y eficiencia de los servicios que ofrece, sobre todo porque representa al ayuntamiento, que es el principal cliente de la empresa y quien genera más del 95% de los ingresos».
La diputada autonómica, Teresa García, en foto de archivo
Sigue explicando García que la SAG es una empresa cuyos resultados a nivel económico «son excelentes», cuyo número de trabajadores aumenta cada año y cuya flexibilidad permite al ayuntamiento responder de una manera mucho más rápida a sus retos de gestión, como se ha visto en los diferentes programas de empleo. «Esto se debe principalmente a que las labores de gestión interna recaen en la gerencia y la labor del delegado es de tutela, control y coordinación de la misma, como elemento de unión entre el ayuntamiento y la empresa».
Opina la ex responsable de la SAG que el delegado del equipo de gobierno en la empresa debe velar «por la calidad y el desarrollo de los servicios, la política de personal, es un asunto de la gerencia, en la que tanto delegado, como consejo de administración deben respetar la labor de la dirección, recibiendo cumplida información y aportando su punto de vista dentro del propio consejo, para reforzar la acción de la dirección».
A juicio de Teresa García, los principales retos que afronta la SAG en este momento tienen que ver más con la relación con el ciudadano en la que «se debe esforzar más la SAG en hacer ver el trabajo que desarrolla y el grave problema de civismo que tiene nuestra ciudad, y en el espacio que ocupa, que se ha quedado pequeño, y donde de nuevo, los dogmatismos y la falta de flexibilidad no pueden lastrar las posibles soluciones y alternativas en las que es necesario trabajar de forma conjunta con el Ayuntamiento». Y añade: «Sería un error grave sacrificar servicio para capitalizar el traslado a unas nuevas instalaciones, cuando con la colaboración del ayuntamiento se puede realizar de forma mucho más ventajosa. Igualmente hay que encontrar un encaje jurídico, como medio propio del ayuntamiento para poder acometer las ampliaciones necesarias, y sin tener clara esa orientación jurídica, es aventurado, decantarse por una opción u otra».
Afirma la ex consejera delegada que la gestión de la SAG «fracasará tanto si solo se barajan objetivos economicistas, como si se centra en cuestiones internas, hay que mirar y orientar la visión al servicio y sus índices de calidad». Y enumera algunos: En limpieza, donde el personal de barrido de calles recorre 71 Km cada turno, con el refuerzo de barredoras y motocarros.
En reciclaje, donde en el servicio de orgánica somos pioneros, y tenemos una responsabilidad grande en su consolidación, pero también en el resto de materiales, que aunque reciclemos bien -nos situamos en la media y para mejorar, es necesario un mayor número de contenedores y un mayor esfuerzo de concienciación
En el impacto en la imagen de la ciudad, con la introducción de nuevas papeleras y embellecedores de las islas de reciclaje o recogida selectiva. En mejoras sostenibles en jardinería, como la eliminación de los pesticidas o los 16.835 árboles, arbustos y setos plantados, teniendo en cuenta criterios y colaboración con Acció Ecologista Agró.
Afirma García: «Solo así se ha conseguido que la SAG sea una referencia en la gestión directa y 100% pública de los servicios municipales, y la ausencia de conflictos políticos han contribuido a la estabilidad para orientar la misión hacia el servicio público de calidad».
