La mayoría de las palmeras del delta del río Palancia han sido pasto del picudo rojo. Los ciudadanos que habitualmente frecuentaban esta zona veían como iban cayendo, uno tras otro, estos ejemplares. Ahora, apenas queda alguna palmera sana en la zona. La devastadora acción de picudo rojo dejaba únicamente el tronco, al desprenderse todas las ramas.
En el centro del camino que transcurre junto a la orilla del mar, que une la playa porteña con el núcleo costero del vecino Canet, quedaban los troncos y las ramas de dos palmeras muertas, que esta misma mañana han sido retiradas, dejando expedito este tramo de la vereda. La fotografías recogen el momento en el que prácticamente habían concluido los trabajos esta misma mañana.
Las distintas administraciones que tienen competencias en esta zona, Confederación Hidrográfica del Júcar, Costas y Ayuntamiento, han dificultado mucho la toma de decisiones a la hora de actuar para actuar contra la desaparición de estos ejemplares