El concejal de Playas, Paco Villar, ha asistido a la presentación del Estudio sobre Alternativas a la Dinámica Litoral y Procesos Erosivos en la Costa Sur de Castellón y Norte de Valencia, elaborado por el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria. El acto tuvo lugar en la sede de la Subdelegación del Gobierno de Castellón y contó con la asistencia del Director General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar, Pedro Antonio Ríos Martínez, según informan fuentes municipales.
Desde el Ministerio de Medio Ambiente se está barajando la opción de que las playas del tramo de costa comprendido entre Sagunto y Burriana tengan un ancho de treinta metros. Costas también se plantea la extracción de arena de las playas de Port de Sagunt y Canet de Berenguer y la separación de esta parte del litoral por un espigón. El objetivo no es otro que frenar la erosión de estos 26 kilómetros, «los que más tienen y han tenido de todo el Mediterráneo», precisaba Raúl Medina, el director del estudio. Esta alternativa tendría un coste de 30 millones de euros y un periodo de ejecución de entre cuatro y ocho años.
No obstante, cabe destacar que todavía no hay nada decidido y que a principios de agosto se celebrará una reunión en cada municipio para abordar la tipología de cada una de las playas, con el fin de hallar la mejor solución posible. En este sentido, Paco Villar, el concejal de Playas, ha declarado que «Costas no se ha decantado por ninguna opción». También cree que «es pronto para hacer valoraciones y que el Ayuntamiento tendrá que hacer un estudio, porque habrá que ver cómo afecta cada una a la estabilidad de la playa y los impactos».
Desde el Ministerio de Medio Ambiente se está barajando la opción de que las playas del tramo de costa comprendido entre Sagunto y Burriana tengan un ancho de treinta metros. Costas también se plantea la extracción de arena de las playas de Port de Sagunt y Canet de Berenguer y la separación de esta parte del litoral por un espigón. El objetivo no es otro que frenar la erosión de estos 26 kilómetros, «los que más tienen y han tenido de todo el Mediterráneo», precisaba Raúl Medina, el director del estudio. Esta alternativa tendría un coste de 30 millones de euros y un periodo de ejecución de entre cuatro y ocho años.
No obstante, cabe destacar que todavía no hay nada decidido y que a principios de agosto se celebrará una reunión en cada municipio para abordar la tipología de cada una de las playas, con el fin de hallar la mejor solución posible. En este sentido, Paco Villar, el concejal de Playas, ha declarado que «Costas no se ha decantado por ninguna opción». También cree que «es pronto para hacer valoraciones y que el Ayuntamiento tendrá que hacer un estudio, porque habrá que ver cómo afecta cada una a la estabilidad de la playa y los impactos».
