Manifestantes ante la puerta del BBVA
Afectadas por el desalojo
En total fueron unas 80 personas las que se reunieron a las puertas de la entidad bancaria logrando cortar el tráfico durante casi una hora. La protesta fue en todo momento pacífica, permitiendo pasar el autobús de línea, evitando así que los ciudadanos sin coche se vieran afectados por el corte, e incluso conviviendo a la perfección con un equipo de rodaje que grababa una película en plena gerencia, y para el que los manifestantes guardaron un respetuoso silencio cada vez que tenían que grabar una toma. La rápida intervención de la policia local permitió evitar que el corte se convirtiera en un caos de tráfico.
A pesar del tono pacífico de la protesta, la directora del banco mandó bajar la persona de seguridad de la sucursal desde prácticamente el inicio de la concentración llegando incluso a quedar algún cliente dentro. Este hecho no fue muy bien tomado por los manifestantes, que intentaron, sin éxito, que les abrieran la puerta mostrando cartillas y tarjetas del banco. A pesar de que, gracias a la mediación de la Policía Nacional, la directora de la sucursal por fin accedió a reunirse con los manifestantes, comprometiéndose a hacer llegar el manifiesto leído en la concentración a la urbanizadora Anida, e incluso facilitando a los manifestantes datos de contacto del agente urbanizador; desde Toma la Plaza Morvedre no gustó mucho la actitud de cierre del banco y preparan denuncias contra la entidad ante la Oficina de Información al Consumidor e invitan al resto de los presentes a sumarse a la iniciativa.
«Exigimos que se cumplan los
compromisos del ayuntamiento»
Los manifestantes utilizaron la megafonía de un coche para informar a los empleados de dentro de la sucursal que no habían acudido con ánimo violento, sino, textualmente «para defender a todos, incluídos vosotros que también tendréis hipoteca».
Durante la lectura del texto, se recordó que la urbanizadora es propiedad de un banco, el Banco Bilbao Vizcaya, que fue beneficiado, en opinión de los manifestantes, al adquirir la banca pública Argentaria, «a precio de regalo» según los presentes en la concentración. Además, también se incidió en el hecho de que cuando Anida se hizo cargo del PAI, el ayuntamiento le regaló un aumento en la volumetría, que permite edificar más viviendas de lo previsto y, por lo tanto, obtener más beneficios «y ni aún así nos ha podido dar una solución digna al problema de los afectados» según se recoge en el manifiesto.
«Lo que pedimos no es una locura, simplemente exigimos que se cumplan los acuerdos adoptados por el Ayuntamiento» con esta frase los portavoces de los manifestantes denunciaban que hace ya tres meses desde que el Pleno Municipal se comprometiera a mediar entre afectados y la urbanizadora, «sin que se haya dado ni un sólo paso en ese sentido. ¿Para que se toman las decisiones en el ayuntamiento, para cumplir con sus compromisos o para que se los lleve el viento? ¿O es que pueden más las decisiones de las entidades que las de los ciudadanos» se preguntaba el portavoz de los manifestantes.
Durante la sentada los participantes aprovecharon el parón del rodaje de la película, para hacer ruido (armados con botellas de plástico, tapas de cacerolas e incluso con unas castañuelas), y lucir pancartas con lemas como «No hay pan para tanto chorizo», «La banca al banquillo», o incluso una recortada con forma de ataúd donde se leía la consigna «Sin piso y sin dinero, a mi entierro porque muero». Aunque la pancarta principal, que llevaron las tres familias de afectados, que montaron incluso sillas en plena carretera, reclamaba «Negociación casa por casa» como forma de pedir que no se les trate como suelo rústico y que se les indemnice como lo que consideran que son desde hace décadas: casas de vecinos de Puerto de Sagunto.
