El joven Kevin, el niño de once años rescatado esta semana tras ser secuestrado en Barcelona, se encuentra ya junto a su familia que intenta aislarlo de la abrumadora atención mediática que ha despertado su secuestro, sobre todo tras conocerse los crueles planes de sus captores que, según han informado desde los Mossos d'Esquadra—cuerpo de seguridad que se ha encargado de la liberación del niño—tenían instrucciones precisas para matar al pequeño y trocearlo en caso de que la operación se torciera.
El secuestro se produjo cuando el menor y su madre, de origen colombiano, fueron atraídos con engaños hasta la ciudad condal con falsas promesas de regularizar su situación a través de una supuesta trama corrupta policial que facilitaría su nacionalización sin tener que pasar por ningún plazo o examen de requisitos, sin embargo lo único que encontraron allí fue una banda organizada que raptó al niño exigiendo el pronto pago de un rescate económico.
La investigación de los Mossos descubrió que la persona que prometió la regularización mantenía una vinculación con un compañero de celda del padre del niño secuestrado, con lo que los agentes pronto pudieron averiguar todos los detalles de la trama incluído el paradero del niño que era mantenido bajo sedantes en un piso de Barcelona. La operación se saldó con varios detenidos de nacionalidad española.
