El envejecimiento puede causar cambios en el corazón y en los vasos sanguíneos

La mortalidad cardiovascular en los mayores de 65 años se puede reducir a la mitad con chequeos preventivos y un estilo de vida saludable

Lunes, 12 Febrero 2024 18:48

Las enfermedades cardiovasculares, entre las que se incluyen las enfermedades cerebrovasculares, la cardiopatía isquémica y la vasculopatía periférica, son la principal causa de muerte en España. Tal como explica el doctor Julian Abdala, cardiólogo del hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, «el riesgo cardiovascular es la probabilidad que tiene un individuo de sufrir una enfermedad cardiovascular, dentro de un periodo de tiempo determinado y esto va a depender fundamentalmente del número de marcadores y factores de riesgo que estén presentes en cada individuo». Estos factores de riesgo son la edad, el tabaquismo, la hipertensión arterial, dislipemias, diabetes mellitus, sobrepeso y obesidad, sedentarismo o hábitos tóxicos entre otros.

Según el especialista, «el hecho de coincidir en una misma persona varios factores de riesgo, implica que el riesgo se multiplique de forma exponencial. Por tanto, es importante tratar todos y cada uno de los factores de riesgo que están presentes para que así disminuya el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.Estos factores de riesgo cardiovascular causan daño de manera progresiva en los pacientes aunque no presenten síntomas. Por lo que esperar a la aparición de los mismos para ir al cardiólogo suele ser un error ya que el daño a los órganos puede haber comenzado».

¿Cómo cambia el corazón?

El envejecimiento puede causar cambios en el corazón y en los vasos sanguíneos. «Por ejemplo, a medida que una persona envejece, el corazón no puede latir tan rápido durante la actividad física o en momentos de estrés como lo hacía cuando era más joven. Sin embargo, la cantidad de latidos por minuto (frecuencia cardíaca) en reposo no cambia significativamente con el envejecimiento normal», comenta.

Para el doctor Abdala, «los cambios que ocurren con la edad pueden aumentar el riesgo de una persona de desarrollar una enfermedad cardíaca. Una de las causas principales de la enfermedad cardíaca es la acumulación de depósitos de grasa en las paredes de las arterias durante muchos años. Además, aumenta la rigidez de las arterias mayores, llamado arteriosclerosis o endurecimiento de las arterias. La arterioesclerosis causa presión arterial alta o hipertensión, que se vuelve más común a medida que las personas envejecen».

Factores de riesgo

En este sentido, «el sobrepeso predispone a sufrir enfermedades cardiovasculares como cardiopatía y accidente cerebrovascular (ictus), así como diabetes, osteoartritis –una enfermedad degenerativa de las articulaciones– y algunos tipos de cáncer», afirma.

Por otra parte, la hipertensión es un factor de riesgo para sufrir cardiopatía isquémica, arritmias, trombosis y arteriosclerosis al igual que el hipercolesterolemia ya que según la Fundación Española del Corazón (FEC), una persona con una cantidad de colesterol en el torrente sanguíneo superior a 240 mg/dl tiene el doble de probabilidades de sufrir un infarto que aquellas que bajan de 200 mg/dl. «Recientemente se han identificado marcadores lipídicos genéticos heredados como la lipoproteína A que pueden aumentar el riesgo cardiovascular de un paciente a pesar de tener controlado el resto de los factores de riesgo, por lo que en estos casos el control debe ser más estricto», subraya el doctor Abdala.

Estilo de vida

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inactividad física está detrás de hasta el 25% de cánceres de mama y de colon, del 27% de los casos de diabetes y del 30% de las cardiopatías isquémicas, es decir, de la angina de pecho y el infarto agudo de miocardio, provocadas, ambas, por el estrechamiento (arteriosclerosis) de las arterias coronarias. Para el doctor Abdala, «el sedentarismo provoca un gran daño al sistema cardiovascular y contribuye a incrementar la obesidad, la hipertensión o los niveles de colesterol».

Un estilo de vida saludable provocará un gran impacto en la prevención de este tipo de enfermedades. «Con pautas simples como evitar los alimentos procesados; disminuir el consumo de bebidas azucaradas, no abusar del alcohol, dejar de fumar y realizar al menos 3 veces a la semana actividad física aeróbica mejoraría nuestro estado cardiovascular», afirma el doctor Abdala. Y subraya que «en los mayores de 65 años una buena alimentación y la práctica de ejercicio moderado reduce un 48% la mortalidad cardiovascular».

Estamos en una época de múltiples avances en el tratamiento de la diabetes, la hipertensión, la obesidad y la dislipemia con un claro aumento del número de medicamentos. Por ello, la evaluación integral por una unidad de cardiología permite definir cuáles son los estudios necesarios a nivel individualizado para cada paciente, así como el momento oportuno para efectuarlos y la interpretación por parte de un especialista de los resultados obtenidos. «Es de vital importancia el tiempo y la forma; ya que una detección precoz y un inicio del tratamiento adecuado permite controlar los factores de riesgo», concluye.


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