Desconectar en vacaciones

Escrito por Vicenta Enguix Torres
Lunes, 02 Agosto 2021 12:46

Los días de descanso pueden ayudar a evaluar el ritmo de vida que nos domina y ver si está en consonancia con lo que deseamos. A lo largo del curso escolar solemos llevar un ritmo de vida rápido que para muchos puede ser incluso frenético, que nos ocasiona un desgaste, y nos genera tensión, irritabilidad, agobio, ante la imposibilidad de no disfrutar de muchas actividades, y llegar a tener una sensación de frustración, de no controlar ni dirigir la propia vida, lo que puede provocar desde un bajo estado de ánimo, depresión, al desarrollo de enfermedades..

En vacaciones es importante darse espacio para recapacitar y dejar pasar el tiempo para poder romper, a ratos, el ritmo de vida y la rutina. Es conveniente reservarse un tiempo para no hacer ni planificar nada y buscar el sosiego que suele faltar el resto del año.

Sin duda, el sistema de vida impuesto que se lleva en las sociedades desarrolladas inflige un desgaste tanto físico como psíquico. Así, los especialistas en salud mental recomiendan buscar espacios en el trascurso del día para dejar pasar el tiempo de manera agradable, pero sin sentido, sentados al aire libre, y dar importancia a la no organización ni planificación exacta del día. En resumen, sacarle beneficio a no hacer nada.

Cuatro consejos para disfrutar de un periodo de descanso sin estrés:

Vivir el descanso sin objetivos y dejarse llevar por el deseo del momento: pasear si es lo que apetece hacer, dormir si se tiene sueño, comer...

Desconectar: olvidarse por unos días de encender la televisión o el ordenador, leer el periódico... Guardar el reloj junto al móvil, el ordenador, la tableta y el resto de tecnología que se utiliza de manera habitual en las jornadas laborales. Dejar las contestaciones de correo, los tuits y otras redes sociales para el regreso.

Disfrutar del "aquí y del ahora", sin preocupaciones ni ocupaciones y sin pensar en el mañana. Poner toda la atención en lo que se siente, no solo a través del intelecto, sino también en el cuerpo, y disfrutar de sensaciones que nos enriquecen y nos alejan del estrés y de la ansiedad. Además, este redescubrimiento de los sentidos ayuda a conectar con nosotros mismos, con nuestros gustos, deseos y anhelos.

Realizar actividades placenteras y relajantes, poniendo plena atención a través de todos los sentidos: pasear por el bosque, por la playa o por el campo; estar en contacto con la naturaleza y respirar aire sano; conversar con los hijos, la pareja o los amigos, con el móvil apagado; leer un libro apasionante (nada relacionado con el trabajo); ir al cine a ver una comedia divertida y desternillarse de risa (proporciona serotonina y endorfinas, hormonas relacionadas con la alegría y la felicidad); hacer manualidades o bellas artes (fotografía artística, pintura, jardinería, modelaje, esculpir); o bailar o practicar algún deporte veraniego con el único objetivo de divertirse y relajarse, no ganar.

Vicenta Enguix Torres
Psicóloga

 

 

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