El miedo en la base de la patología

Escrito por Nacho Montero-Ríos Gil
Lunes, 25 Enero 2021 11:20

El miedo produce cambios fisiológicos inmediatos: se incrementa el metabolismo celular, aumenta la presión arterial, la glucosa en sangre y la actividad cerebral, así como la coagulación sanguínea.

El sistema inmunológico se detiene, la sangre fluye a los músculos mayores especialmente a las extremidades inferiores, en preparación para la huida) y el corazón bombea sangre a gran velocidad para llevar hormonas a las células (especialmente adrenalina). Por ello es importante el ejercicio físico para compensar estas respuestas fisiológicas.

En el estado de miedo la atención consciente queda fijada en el peligro, y si los síntomas fisiológicos como el ritmo cardíaco y la presión sanguínea son interpretados como una confirmación de la realidad de la amenaza, esto provoca una retroalimentación del miedo, lo cual impide medir el auténtico riesgo y deja de ser preventivo.

Tememos a lo desconocido, es un mecanismo innato. De ahí el miedo a morir, ya que desconocemos la muerte.

Este miedo está ligado al pensamiento. Miedo a no tener, a no poder, a sufrir, a la soledad, al vacío, a la muerte…El miedo insano es mental. La mente nos genera sufrimiento, por lo que esta pasando, por lo que pasó y por lo que podría pasar.

Debemos aprender a controlarla para que sus rumiaciones mentales no nos secuestren emocionalmente y nos predispongan a la enfermedad, pues nos debilitan.

La meditación terapéutica es una buena herramienta para aprender a conocer los Secretos de la Mente y controlarla cuando conocemos los Secretos de la Respiración y de las Emociones y todo ello lo podemos aprender, mediante un entrenamiento adecuado. Infórmate.

Si el miedo queda instalado en la personalidad, en la manera de pensar y de actuar, en la percepción de si mismo y del entorno, tarde o temprano se convierte en una enfermedad o bien nos predispone a ella, pues no es un miedo sano, que nos protege o bien nos pre-anticipa o nos previene de un peligro frente al cual actuar y prevenir. Tan solo es un miedo imaginario que sentimos como real y desequilibra nuestro Sistema Nervioso.

Vivimos momentos de inquietud en donde las distracciones externas se han visto confinadas. No podemos distraernos y esto nos lleva al encuentro con nosotros mismos y con nuestra realidad personal. Serán las personas con menores recursos internos las que más van a sufrir en este complicado tiempo socio-sanitario.

Ahora bien: ¿Qué puedes hacer tu, ahora que tienes tiempo? ¿Qué te gustaría aprender? ¿pintura, yoga, pasear, cocinar, meditación…? ¿Es un buen momento para cuidar tu alimentación, iniciarte en el mundo online o bien terminar algo que llevas pendiente hace tiempo? Plantéatelo es importante, pues tu salud mental esta en juego.

Un saludo.

Nacho Montero-Ríos Gil
Psicólogo

 

 

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