Últimamente, que supongo a todos hartos de falsas polémicas, de simplonas simplicidades respecto al famoso y maldito asunto de las nacionalidades y regiones, voy a intentar razonar sobre ese asunto, pero aplicado a nuestro entorno inmediato, Sagunto.
Si hay algún problema ahora para el desarrollo del Puerto, por el hecho de compartir Ayuntamiento con el núcleo de Sagunto, definámoslo. Insisto en lo de ahora y el futuro, no del pasado.
Como síntesis personal, consideremos que dos asuntos centran las grandes cuitas. Por una parte, está el aburrido problema del reparto del gasto municipal; otro día hablamos de eso. El otro gran problema, y que se comenta desde siempre en todos los corrillos, es el freno administrativo que el Ayuntamiento de Sagunto, históricamente conocido en toda la provincia, pone a la implantación industrial en nuestro municipio. Valga como último ejemplo la polémica sobre el cierre de Asland y las industrias auxiliares. Antes de concluir, de la forma simple habitual, que la culpa del freno a la actividad económica y del paro la tiene Sagunto, repasemos fríamente la realidad.
Primero. - En el Puerto somos el doble de habitantes que en el núcleo histórico, por tanto, la mayoría de los concejales se eligen por los del Puerto. Si no elegimos bien es nuestro problema.
Segundo. - ¿Qué podríamos considerar, a primera vista, que nos diferencia? Diríamos que la cultura empresarial. Que es falso, porque en Sagunto ha habido comerciantes y empresarios desde antes que nosotros existiéramos, como los agricultores de la vid, que exportaban a toda Europa, y luego los comerciantes de naranjas, y los agricultores.
Tercero. – Los del Puerto, que tuvimos una cultura industrial, de la pesada, la siderúrgica y minera, que sabemos que para tener un buen sueldo hay que trabajar en la industria, pese al riesgo, las incomodidades y los turnos, estamos representados mayoritariamente por partidos de la izquierda institucional, es decir, los dirigidos por funcionarios, liberados sindicales o políticos profesionales, los que no pisan la realidad. Odian la explotación, el beneficio y la especulación. Lo confunden todo, pese a las enormes diferencias, y les repugna. Y por ese motivo el departamento de actividades de nuestro Ayuntamiento es reconocido como, aquellos qué para cada solución encuentran tres problemas. Estilo consentido y amparado por la mayoría política de la izquierda y progresistas varios. De hecho, el que fue jefe de actividades durante décadas es un conocido político del PSOE. Esta actitud política ha llenado los polígonos industriales de los pueblos de alrededor. Evidentemente, no podemos hacernos las víctimas; los elegimos nosotros permanentemente.
Cuarto. - ¿Qué pasaría si nos segregamos? En principio, que el nuevo municipio estaría gobernado por la izquierda o los” Indepes locales”. No cambiarían las políticas industriales, aunque los técnicos tuvieran en el Puerto las oficinas y tomaran el café en el Casino en vez de la Viti, seguirían viniendo las empresas a este núcleo a instalarse y saldrían corriendo hacia los polígonos de los pueblos vecinos, como siempre. Por tanto, no echemos la culpa de nuestros problemas a los demás, al estilo nacionalista ramplón.
Y un último apunte, que desgraciadamente corrobora mi opinión, y es el desinterés que ralla con el desprecio, de casi todos los partidos del municipio, hacia el patrimonio Industrial, que es nuestro origen y nuestro mundo. El horno alto no tiene la declaración de BIC y las instalaciones no se pueden visitar por falta de presupuesto; la nave que esta destinada para museo, por defectos de obra mal gestionados por el Ayuntamiento, esta cerrada. El inmenso archivo documental esta apilado y sin catalogar- Etc. Etc.
Se diría que culturalmente se quiere ignorar el pasado y lo que representó, y se quiere vivir en Jauja, la que no existe, como nos lo recuerda nuestro pasado, el que no debe desaparecer.
Alberto García Lario
