La ciudad de Sagunto, en sus dos núcleos, tiene una deuda pendiente con el mundo de la cultura por todo lo que le rodea de patrimonio y de legado histórico, y también por ser un municipio con potencial para abanderar la excelencia cultural desde todos los sentidos posibles. Los Ludi Saguntini son una luz en medio de una oscuridad desoladora. Vivimos de la cultureta, de la presentación de obras a las que sólo acuden familiares y amigos, y habitamos en un entorno cultural que hace, poco más o menos, de mirarse el ombligo y mirar a los que no son de su cuerda por encima del hombro. Hemos perdido la oportunidad de acogernos a los planes de transformación que la Unión Europea desarrolló desde 2005 a 2015 para la transformación de las ciudades que basaban su economía en la industria y transformar esos activos en desuso hacia la industria de la creatividad y la cultura que han sabido aprovechar bien ciudades como Bilbao o Glasgow y ahora no nos quedara más remedio que hacerlo por nuestra cuenta, o al menos no perder la oportunidad de acogerse a alguna de estas iniciativas de desarrollo.

 

En Podemos queremos que como dice el anuncio “el frotar se va a acabar” y estamos por buscar opciones, como la del Ayuntamiento de Barcelona, que subvencionan el acondicionamiento de locales para conciertos, la consolidación de la Noche blanca con entradas a museos y actividades gratuitas, o incluso otras propuestas más atrevidas e innovadoras como la ser una ciudad gay friendly en general y en el sentido cultural.

 

El hartazgo por los modelos actuales de palmeros a los de siempre nos repulsan. Apostamos por proyectos movilizadores que inviten al desafío y que tengan como objetivo principal la implicación y la participación del conjunto de las estructuras culturales de la ciudad y la participación de los ciudadanos que son el eslabón que debe unir la cadena de producción, distribución y consumo de usos culturales. Ideas como el Food truck, con una gran aceptación pusieron a Sagunto en el mapa de los lugares en las que otras culturas son posibles (y necesarias).

 

Actualmente en nuestra ciudad existe una demanda creciente de arte en directo. Espacios municipales como el Casal Jove, el Mario Monreal, la oferta privada del Green Espai, la Taverna de la Serp, el Calipso, el espacio teatral de Cami de Nora o la sala Kakkerlakken son buena muestra de que el consumo de arte en directo se encuentra entre las preferencias de nuestros vecinos y vecinas.

 

Talento no nos falta y propuestas tampoco,por eso debemos apostar por concienciar a la ciudadanía de la importancia de la cultura y concretamente del arte en directo, crear un producto turístico poniendo en valor el uso de la música y las artes plásticas en espacios singulares y reclamar ordenanzas municipales que regulen la creatividad y el arte en directo así como fomentar el producto creativo local como el tesoro mas importante que tenemos.

 

Me he pasado toda mi vida deseando vivir de mi producción artística y ahora que prácticamente lo había conseguido me he metido en este fregao de la política. Valga mi experiencia para conseguir desde la posición que ahora me encuentro que la cigarra ocupe el lugar que se merece.