Ya han pasado las elecciones gallegas y vascas del 25S y el resultado, tras la mayoría absoluta del PP en Galicia y el “desastre” del PSOE tanto en Galicia como en el País Vasco, el no llegar a donde esperaba Podemos y el desastre total de Ciudadanos, el panorama si quería ser mejor ha llevado más a la confusión y a la indecisión, y lo peor a que se vayan cumpliendo como si fuera un tablero de ajedrez lo que los medios económicos querían y quieren “ acallar la voz del pueblo que se estaba desmadrando según estos” sino que se lo digan a algunos tertulianos de televisión que tenían una cara de alegría tras el resultado del 25S.

 

Se va acercando el final del tiempo para poder formar un nuevo gobierno o tener que ir a terceras elecciones, y mientras este tiempo va pasando los partidos se aferran a sus” mentiras” para justificarse de aquello que nunca han querido y el pueblo decidió: formar un gobierno y un gobierno progresista.

 

El 20 de diciembre, incluso a lo que digan algunos medios económicos y periodísticos interesados también el 26J la ciudadanía española cumplió con su deber cívico al elegir un nuevo parlamento. El mensaje fue claro en ambos comicios: queremos un cambio en las políticas que se han venido practicando en los últimos años y la obligación de los partidos es elegir un Gobierno que sea capaz de llevar la práctica dicho cambio. Partidos que representan a más del 60% de los ciudadanos deberían ser partidarios de abrir una nueva etapa en la política de nuestro país.

 

La voluntad democrática de los electores ha sido configurar un Parlamento plural donde ningún partido goza de mayoría y, en consecuencia, sólo es posible formar un gobierno en base a acuerdos entre diferentes fuerzas políticas. La incapacidad de estas de lograr una investidura por las “ mentiras cargadas de protagonismo y egoísmos personales” supondrá un grave fracaso, un desprestigio de la política y de los partidos, e incluso un desprecio a la ciudadanía pues será tanto como decirnos que nos hemos equivocado al votar.

 

Las opciones de pactos no son infinitas: Por un lado un acuerdo liderado por el PP, apoyado por Cs (lo que se presentó en la investidura del señor Rajoy y con la abstención del PSOE,( lo que quieren algunos barones apoyados por esos medios informativos defensores de los poderes económicos) y que se ha dado llamar el pacto de la gran coalición y que no supondría ningún cambio por cuanto significaría la continuidad de las políticas que han conducido, digan lo que digan los medios económicos conservadores, a la actual situación y que., pienso, son las que hay que cambiar.

 

Por otro lado, tenemos el acuerdo de la izquierda, liderada por el PSOE y Unidos Podemos, con la ayuda de otros partidos “los llamados idependentistas” que deben apurar y hacer un esfuerzo importante para pactar. Hay que recordar al PP y PSOE que ya han gobernado gracias a estos partidos PNV, CIU etc... Incluso que algunos ayuntamientos incluso gobiernan con Bildu?.

 

Será una irresponsabilidad que en los próximos días estos partidos, mayoritariamente de izquierdas, no fuesen capaces de lograr una mayoría suficiente que evite las elecciones , y abrir así una nueva etapa en España. El PSOE debe salir del atolladero en el que está metido, y Unidos Podemos debe negociar sin premisas de antemano, y juntos recabar el suficiente apoyo que haga posible la investidura de un presidente de Gobierno.

 

Este pacto debería contener, como mínimo, los elementos que hoy demanda la mayoría de la sociedad española: crecimiento económico con creación de empleo; plan social contra la desigualdad y por el estado de bienestar; medidas claras contra la corrupción y por la regeneración democrática, negociaciones que reduzcan y encaucen las tensiones territoriales; una política europea efectiva que ayude a la cohesión social y no obstaculice la recuperación económica.

 

Bloquear esta posibilidad frusta los intereses y anhelos de las grandes mayorías e incluso se corre el riesgo de que unas terceras elecciones nos conduzcan a un callejón sin salida o den un resultado que permita perpetuar las actuales políticas. Y quede claro que la culpa de que se vaya a unas nuevas elecciones no las tendría Unidos Podemos, ni otros partidos de de la izquierda que el pueblo voto, sino de aquellos otros partidos que con “ sus mentiras númericas” o con sus “ mentiras de el bien de España”, sólo han pensado en sus intereses egocéntricos o perpetuadores de sus intereses económicos, y sus status sociales, perpetuando con ello en muchos casos “ la corrupción”.

 

Sólo el pacto entre los partidos de izquierda puede volver la esperanza al pueblo y evitar que unas nuevas elecciones que tal vez nos vuelvan a los recortes y la “crisis social humana” a la que el PP, con toda la corrupción de algunos de sus dirigentes y los poderes económicos nos han llevado estos últimos años.