Qué más nos gustaría, en la actual situación política del Ayuntamiento de Sagunto y de nuestra ciudad, referirnos con esta pregunta a la genial serie de libros creada por el británico Martin Handford en 1987. La dificultad de encontrarlo, de saber de él, qué hace, a qué se dedica, por donde se esconde y/o cuales son sus posible preocupaciones o prioridades, lo asemejan al juego, pero me refiero, parece evidente, a Alfredo Castelló Sáez, supuestamente, alcalde de Sagunto.

¿Dónde está Castelló? De verdad estamos tanto o más despistados que con el juego. Wally tiene la libertad de moverse por donde quiera, con el único detalle de mantener su jersey de rayas rojas y blancas, gafas y gorro de lana… pero el esconderse o desaparecer, es la gran creación de Handford. Sin embargo, ese «esconderse» de Castelló que como alcalde tiene obligaciones concretas que cumplir, raya la irresponsabilidad. Él mismo debe entender que no es indispensable para el funcionamiento de la institución local, y pasa su tiempo entre las tareas como Diputado y esa comisión de ética que preside en su partido, en la que —es cierto— se le acumula el trabajo con tantos cargos imputados que se resisten a que les muevan el sillón.

¿Dónde está Wally? Disculpen, ¿dónde está Castelló?… lo vemos reemplazado por su fiel «hereu» Sergio Muniesa Franco que, para dejarse ver, se ha vestido de alcalde prematuro, con el riesgo político que eso implica. Esa forma tan particular de heredar cargos y funciones no es, al parecer, un problema para el Partido Popular pero nosotros tenemos la obligación de reclamar la aparición del alcalde y que asuma las funciones encomendadas que, entendemos, todavía mantiene. Lo que no sabemos es si anda buscando el bastón —Wally lo perdió—, o se lo ha prestado tempranamente a su presunto sucesor. Seguramente lo recuperará y sacará a pasear por Semana Santa, con solemnidad poco creíble. Queremos que aparezca, pero que ejerza su responsabilidad como corresponde.

Hay asuntos relevantes para nuestra ciudad que requieren de su trabajo y sin embargo, lo vemos ausente del Plan de Empleo que estamos elaborando, no responde cuando le pedimos que aclare qué fue de la Zona Franca que vendió como humo, está ajeno a los conflictos de las empresas y destrucción de empleo en nuestra ciudad y, desde luego, lejos, muy lejos  de las necesidades y reclamaciones de la ciudadanía. Sobre el puerto marítimo ni opina ni hace acto de presencia, sobre los proyectos inacabados o mal ejecutados del plan Camps (polideportivo, calle Mayor, fuente de la avenida País Valencià, Museo Industrial) ni reclama ni resuelve, y sobre la ejecución de los convenios suscritos en estos años con la Generalitat o la Autoridad Portuaria no responde y menos exige.

También es cierto que, si nunca ha estado en y por Sagunto, por qué va a cambiar ahora. Cada vez que ha protagonizado alguna acción, hemos terminado perdiendo, véase  Ciudad del Teatro, Red Eléctrica, Paseo Marítimo o el reciente cierre de Galmed. La falta de eficacia de Castelló y su equipo, es una constante que arroja una evaluación altamente negativa como gobierno. A estas alturas del mandato, prácticamente los tenemos que llevar a empujones entre la oposición y las fuerzas sociales, o actúan arbitraria e inconsultamente desde la Junta de Gobierno, dañando aun más, si se puede, la realidad administrativa y social de la gestión municipal.

Queremos, exigimos que se pronuncie y que esté presente es los asuntos de su competencia, ya que con hacer de moderador en los Plenos no es suficiente. Queremos que se haga cargo de su cargo y que esté al tanto de lo que pasa en la ciudad y, si no le es mucha molestia, que nos eche una mano para buscar soluciones para la gente, paliar el creciente desempleo, tratar de revertir la desindustrialización y luchar para radicar empresas en nuestros polígonos vacíos, buscando la generación de inversión y empleo.  Queremos que se ponga a nuestro lado y escuche lo que dice la gente en la calle sobre la situación que muchas familias están pasando. Por eso queremos que aparezca. Por eso nos preguntamos, con toda razón… ¿dónde está Wally? . Parece que oculto en un juego que para nada nos divierte.