La igualdad de la mujer supone un progreso para todos

Escrito por Davinia Bono
Viernes, 07 Marzo 2014 00:25

Como sabemos, el 8 de marzo se celebra el Día de la Mujer desde principios del siglo XX, momento en el que la defensa de los derechos de la mujer es lo que cuenta, y en el que debemos reivindicarlos públicamente con más fuerza que nunca.

La incorporación de la mujer al trabajo llegó de una forma algo repentina, y por una causa de fuerza mayor: la Segunda Guerra Mundial. Y es que, mientras los hombres se dejaban la vida en los frentes, eran las mujeres quienes tenían que seguir con sus trabajos para que la sociedad siguiese siendo productiva. Así, un gran número de mujeres, de los países aliados principalmente, dejó las tareas del hogar y se lanzó al mundo laboral.

Finalizada la guerra y vueltos sus maridos a casa, las cosas ya habían cambiado. La mayoría de las mujeres que se habían lanzado a trabajar siguieron haciéndolo, con lo cual surgió un modelo de familia que hoy en día es el más común: un padre y una madre trabajando fuera y repartiéndose las tareas del hogar (al menos en teoría).

La incorporación de mujeres a las plantillas de trabajo fue y es, en general, un punto positivo para las empresas, por una razón muy sencilla: generan una fuerte competitividad, que se traduce en una gran eficiencia. ¿Por qué? Porque los hombres, poco o nada acostumbrados a trabajar mano a mano con mujeres, guardaban bastantes ideas machistas, y no querían que una mujer hiciera su trabajo mejor que ellos y los dejara en evidencia. Mientras que las mujeres, por su parte, estaban deseosas de demostrar que podían desenvolverse con la misma o mejor soltura que sus compañeros masculinos. Surge con esto el conocido tópico de la «guerra de sexos», muy explotado por el cine de Hollywood de la época.

No obstante, la incorporación de las mujeres al mundo laboral también ha traído consigo algunos problemas que aún hoy tienen flecos por resolver. Y es que cambiar una situación social es relativamente fácil. Pero no lo es tanto cambiar las mentalidades. En las sociedades occidentales todavía perviven bastantes resquicios de un machismo que no termina de asumir que las mujeres puedan ser iguales que los hombres. Por eso, temas como la desigualdad salarial, las trabas a las bajas por maternidad o el desequilibrio en el reparto de las tareas del hogar siguen afectando a buen número de mujeres trabajadoras.

Como ha dicho el secretario de Naciones Unidas, Ban Ki-moon: «Los países en los que hay más igualdad de género experimentan un mayor crecimiento económico. Las empresas que cuentan con más líderes mujeres logran mejores rendimientos. Los acuerdos de paz que incluyen a las mujeres son más duraderos. Los parlamentos en los que hay más mujeres aprueban más leyes sobre cuestiones sociales clave como la salud, la educación, la lucha contra la discriminación y la manutención de los niños».
Las pruebas no dejan lugar a dudas: la igualdad de la mujer supone progreso para todos.
 
Davinia Bono es edil del Área de la Mujer en Sagunto.
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