La industria de Sagunto y las reformas del PP

Escrito por Ana María Quesada
Viernes, 27 Septiembre 2013 00:29

Ya nos resulta muy triste ver cómo pequeñas y medianas empresas en Sagunto y en toda nuestra Comarca han de cerrar por no poder soportar esta crisis-estafa de la que nos iban a salvar en cuanto llegasen al poder quienes ahora nos gobiernan.
A los autónomos y empleados no les queda otra que sufrir la amarga situación de verse en el paro o peor, sin derecho a nada, cuando han dedicado sus esfuerzos personales, materiales y sus conocimientos y experiencia a levantar pequeñas y medianas empresas familiares, unipersonales, cooperativas,  etcétera.

Estamos viviendo cómo, poco a poco, quienes generan y alimentan esta crisis-estafa van desmantelando y destruyendo el tejido productivo e industrial de nuestra comarca a pesar de la inmejorable situación estratégica y de la muy cualificada y experimentada mano de obra que atesoramos en nuestro municipio.

 Pero que tengamos que leer, escuchar y hablar con nuestros amigos y conocidos para que nos cuenten cómo sus empresas (sin problemas económicos) deciden unilateralmente cerrar, reducir salarios y plantillas, aumentar horas pagando lo mismo, y, en definitiva, abusar de la situación de falta de oferta de trabajos es, más que triste, indignante.

 Tenemos multinacionales como por ejemplo (y sólo como ejemplo) Galmed y ahora AGC que, como hemos leído estos días, no tiene problemas de falta de clientes, ni de bajada de producción, ni pérdidas, que quiere aprovechar la REFORMA del PP «que pretende salvarnos» para asegurarse una mano de obra muy cualificada más barata, con pérdidas de derechos para las trabajadoras y trabajadores de su planta en Sagunto.

 El compañero Alfonso Guerra nos cuenta en su último libro que, «en una conferencia, eché en falta que la limitación del crecimiento del salario en referencia a la marcha de la economía de las empresas no tuviese su correlato en una ley de bronce de los beneficios». Nos relata cómo «un gobierno socialista elaboró un plan de competitividad llamado Pacto de Progreso que preveía que el reparto de dividendos de las empresas no creciera más que los salarios».

 Hubo un tiempo en que empresarios y gobierno pactaron que se equilibrasen las ganancias de las empresas con el nivel adquisitivo de la clase trabajadora. Ahora, ¿qué han pactado?, ¿que las empresas ganen todo lo que puedan aún a costa de empobrecer a sus plantillas? Sólo pregunto...
Soy una trabajadora más, comprometida con mi empresa, con mi trabajo, como muchas y muchos de nosotras y nosotros, que cree injusto este nuevo reparto de ganancias que practican algunas empresas.
 
Ana María Quesada Arias es Secretaria de industria, comercio y turismo
de la Comisión Ejecutiva Municipal PSPV-PSOE Sagunt.

 

 

SUCESOS

SALUD