Hace un año, apenas 365 días que se viven como una eternidad desesperante por quienes sufren la adversidad del paro. El Pleno del Ayuntamiento aprobó por mayoría absoluta, un Plan de Empleo Municipal, con el encargo explícito al Equipo de Gobierno de que constituyera una comisión que le diera forma, elaborando y desarrollando esta urgencia social como un mecanismo válido para minimizar el paro y sus efectos y, sobre todo para paliar el impacto sobre aquellos que no reciben ninguna prestación o ayuda. El PP no hizo nada. Y no hicieron nada, enrocados en el conocido informe del secretario sobre un decreto del Gobierno central, que hacía cumplir lo que ya en media España ni los propios ayuntamientos del PP cumplían y que la Federación de Municipios —nada menos—, flexibilizaba y hacía posible contrataciones motivadas. Y no hicieron nada, a pesar de que lo más importante, que era disponer del dinero necesario para su desarrollo estaba en la caja. Pero no, perdimos el tiempo, el dinero se asignó a gasto corriente y, perdimos la oportunidad de dar empleo y ejercer como Corporación Local cercana, solidaria y eficaz.  Hoy, tras los acuerdos de la Comisión Nacional de Administración Local, que permite destinar el superávit a inversión y empleo, se quedan sin argumentos legales a los que aferrarse para no llevar adelante lo que hemos propuesto y la gente reclama: trabajo.

Castelló/Muniesa, como pareja de pilota valenciana, hicieron su juego, aunque el trinquet se llenaba de opiniones a favor de la intervención y de peticiones pidiendo un poco de oxígeno para aquellos a los que la reforma laboral y la pérdida de derechos por los recortes más les faltaba. Lo peor es que creen cargados de razón y que ganaron al no ejecutar el Plan. Y mucho peor, han pasado un año sin escuchar los gritos de la ciudadanía que reclamaba una y otra vez. Nunca convocaron la comisión aprobada en el Pleno, que habría elaborado, a día de hoy,  una estrategia de empleo masivo y de la mayor duración posible, como siguen pidiendo las organizaciones de desempleados.

Perdimos tiempo y empleo, dejamos que el paro siguiera subiendo y no dimos —no dieron, que quede claro—, la mano solidaria que correspondía, por urgencia, en ese momento. Hoy no es tarde, pero la situación se ha agravado. Si se hubiera iniciado la ejecución de aquel plan, el que ahora quiere negociar el Equipo de Gobierno basado en los 5,2 millones de euros de superávit, junto con los presupuestos en un paquete más que discutible, éste sería un segundo gesto, una segunda acción a favor de los parados y sus familias. Sin duda, sería un despropósito insostenible que en nuestra ciudad, ese superávit se diluya en gastos corrientes, y no en la ejecución de políticas activas de empleo que es un clamor político y social que une, al menos, a la oposición y a la gente sin discrepancia alguna.

Ahora, Castelló/Muniesa nos persiguen por los pasillos para poner en marcha su denominado Plan Mixto de Empleo. No nos opondremos frontalmente como hicieron ellos, pero el proyecto debe consensuarse. No se puede jugar con la necesidad de los parados ni generar falsas expectativas, tampoco que se ponga como condicionante la aprobación de los presupuestos, que han venido prorrogando desde 2009, para poder destinar una dotación presupuestaria suficiente a generar empleo. Podemos estar de acuerdo con todo el extenso listado de medidas que quieren recoger de apoyo a Pymes, emprendedores o sectores concretos, profundizar en la orientación laboral y la formación o en las bonificaciones tributarias para estimular la empleabilidad, pero es absolutamente imprescindible apostar de manera urgente por la contratación directa a través de la SAG o el Consell Agrari del mayor número posible de parados, para desarrollar tareas de mantenimiento y obras menores que requieran mano de obra de forma preferente, con un periodo de tiempo suficiente de cotización que permita a los trabajadores acceso a otras prestaciones regladas, y con la implicación del SERVEF y los servicios sociales municipales en el proceso de selección.

Por supuesto que estamos por la labor, el paro es el primer y más importante problema para la sociedad y afecta con dureza a las personas, pero también estamos por que el Gobierno de España cambie sus ecuaciones draconianas, pues de poco servirá un alivio si estamos a pocos pasos de la devastación. Las nuevas previsiones presentadas en el Consejo de Ministros, las del ajuste sobre el ajuste con corrección europea, son absolutamente desalentadoras: destrucción de más de 1.300.000 empleos a lo largo de su legislatura y una tasa de paro próxima al 26 por ciento en el año 2015.  

El PSOE a nivel estatal ha propuesto un plan para reactivar la economía y combatir el desempleo, porque hasta la propia UE comienza a reconocer el error de exigir una exclusiva senda de austeridad y control del déficit que solo conduce a más recesión, más paro y más desigualdad a los países del sur de Europa y, entre ellos, España. Creo que sin apenas leerlo y sin valorar las consecuencias positivas de las medidas propuestas, casi con urgencia, con una premura prepotente y autoritaria, el PP nos ha dicho «de eso nada», cuando ya ha quedado más que demostrado en toda Europa la incapacidad de las actuales políticas, para afrontar una situación de extraordinaria gravedad como la que estamos viviendo y que muchos ciudadanos, desesperadamente y en primera persona, están padeciendo.