La complicada situación económica nacional e internacional que estamos viviendo ha dejado a personas y familias  en situaciones, en ocasiones, muy difíciles; muchos son los están pasando momentos dramáticos por la pérdida de sus puestos de trabajo, de sus ingresos o el embargo de la propiedad más preciada,  su vivienda.

Ver  peligrar el empleo de familiares, amigos y vecinos nos genera mucha angustia. Y esto nos ocurre a todos, al margen de los ideales que tengamos o de afinidades por unos u otros partidos políticos. Todos sufrimos, en mayor o menor medida, los estragos y penurias de esta excepcional situación de crisis económica.  No creo necesario explicarle a nadie, a estas alturas, como se ha llegado a la situación laboral actual, de crisis del sector bancario, de falta de financiación para las empresas.... Pero sí me veo en la necesidad de recordar  que no hemos llegado a esta situación en unos meses.  

Hemos llegado aquí después de años de políticas nefastas llevadas a cabo por el Partido Socialista, en las que ha habido falta de previsión y visión de futuro; de hacer oídos sordos a los que advertían, años atrás, que era  necesario variar el rumbo para no llegar a la situación que hoy sufrimos.

Y ahora, después de todo ello, resurgen muchos de los que en su día permanecieron en silencio  y que ahora se alzan con voz potente y cargados de ira, no para aportar ideas, fórmulas o soluciones; no  para aportar algo positivo, para alentar un sentimiento común de solidaridad, ni  para generar la calma social necesaria para superar esta situación.  De hecho, incluso señalan al gobierno actual, generando una  animadversión y menosprecio hacia los políticos, cuando tras recibir esta nefasta herencia, en el Partido Popular estamos luchando contra viento y marea para  redirigir el rumbo   hacia el  mejor puerto que  posibilite la salida a esta crisis.

A todos ellos, a esos pocos que hacen ahora mucho  ruido pero que nada hicieron para evitar esta situación, a los  vociferantes  les pido que aporten algo positivo o que, al menos,  no entorpezcan a los que de verdad estamos trabajando en positivo para superar esta crisis.

El enfrentamiento y la crispación no ayudan en nada, sólo consiguen crear más pesimismo, más desánimo. Ahora es necesaria la unión, más que nunca, porque  juntos podemos y juntos saldremos de esta situación. Esta singladura la hacemos embarcados en un mismo buque para  aplicar el rumbo adecuado con el único propósito de lograr el bien de todos.