Comenzaré mi articulo deseando a todos mis conciudadanos un año 2013 con salud, bienestar y felicidad dentro de los pocos márgenes que nos esta dejando el Gobierno del PP. Partido que esta llevando a muchas familias a la época de la dictadura de los años cuarenta, de la pobreza, del nacional catolicismo con su auxilio social para recoger alimentos en frío o en caliente, que mi generación conoció y sufrió.Estamos asistiendo a un empobrecimiento generalizado del país, con mayor incidencia en la clase trabajadora: elevando aumento del paro, aumento de las desigualdades, aumento rápido de la tasa de pobreza como he manifestado en anteriores escritos.

Este es, el panorama al que nos están llevando y profundizando el Partido Popular. Con su habitual prepotencia y creyéndose como dice Aznar en sus memorias iluminado y bendecido por Dios y por tanto en  posesión de la verdad y haciendo lo que en su campaña electoral negaban.  Están aplicando un programa electoral que no votaron los electorales.  Además  el PP desprecia el diálogo social, hace oídos sordos al clamor de la ciudadanía en sus múltiples movilizaciones y desoye  las reiteradas propuestas sindicales  para la recuperación de la economía y el empleo frente a las políticas de recortes.

Es evidente que  votantes  que, demandaban el cambio de partido en el gobierno, lo han logrado, muchos de ellos no pensaban que seguían  agazapados entre los restos del pasado. Hay ciudadanos ingenuos, que creían que la derecha española había evolucionado y se habían quitado la herencia de la dictadura: Pues no, tienen las mismas formas, de gobernar de esos años.  

Por mis largos años de vida el único ser vivo que tropieza en la misma piedra somos el ser humano, conscientes o inconcientes, pero esa es nuestra realidad y a ella nos remitimos. Pues malo es tropezar, pero aun es más grave olvidarnos de donde venimos. Aquí no vale los latiguillos, yo creía, o pensaba; eso en política se paga y con creces, con más pobreza, mas desigualdades, menos democracia. Si a ello le añadimos el fraude y la corrupción, se entiende mejor aún, la escasa vida política y falta de participación así como la desconfianza y el desapego  de la ciudadanía hacia los políticos. Siempre he manifestado que la política es demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos, aunque soy consciente  que ni  todos los políticos son iguales y solo con otra política también votada y con más democracia, se pueden resolver los problemas que nos agobian.

El Partido Popular con el uso y abuso de sus treinta  Decreto Ley  esta estableciendo un método de gobierno que lo convierte de hecho, en dictadura votada que, niega el papel relevante al Congreso de los Diputados  elegido a través de las urnas pero por una Ley Electoral injusta que hace que el citado Congreso no tenga una representación proporcional al numero de votos: Convergencia y Unió tiene con muchos menos votos, mas diputados y diputadas que Izquierda Unida. Cada escaño de Izquierda Unida representa a 152.000 ciudadanos; sin embargo cada diputado del Partido Popular tiene detrás a 58.OOO y el PSOE a 63.OOO. Cada escaño en Madrid o Barcelona le corresponde 129.000 electores censado y en Soria tocaría a 26.120. El Partido Popular esta volviendo a sus orígenes como manifiestan algunos medios informativos. Son asuntos vitales  para ellos la contrarreforma del aborto posiblemente pactado con la Iglesia, eliminar el derecho a una justicia gratuita, eliminar todos los solidarios derechos sociales, la reforma de las pensiones, con proyecto de intentar privatizarlas así como los servicios públicos (sanidad, educación, servicios sociales) para que pasen a manos privadas y por tanto negocios para los amigueles.

 
El  Gobierno del PP lo único que  abarata en el 2013 es el despido. Con el año nuevo, a los ciudadanos nos dan un alza de precios en  productos y servicios básicos gas, electricidad en potencia superior a 3 Kw. que subirá del 3 al 7%. El gobierno da vía libre a Telefónica para incrementar el pago de alquiler de la línea.

 

Unos aumentos que, en su mayoría, superan con creces la revalorización de las pensiones y la de los salarios.