Son varias veces que al escribir Zona Franca, me equivoco y escribo Zona Franco, en que estaré pensando. Motivado por ver la forma de arreglar este desajuste viciado, se me ha ocurrido que la puñetera zona, se podría llamar Zona Internacional, tan solo haría falta que se aprobase con consenso en el pleno vacio del ilustre ayuntamiento. Esto, escrito así, sin reflexionar, parece lógico y viable, pero si repaso el tema, deduzco que preferiría que fuese por mayoría simple, el consenso seria misión imposible dado que el espíritu internacionalista de la mayoría de los partidos y concejales ha desaparecido, en ellos y en sus partidos.

Por supuesto, los del Bloc Nacionalista Valenciano votarían todos en contra, los del PSOE y EU como partidos de izquierdas, antaño internacionalistas, hoy son las madrazas del nacionalismo, de estas escuelas han surgido todos los movimientos nacionalistas en España, ya sean partidos legalizados o grupos ilegales, algunos terroristas de muy mala leche. Del PP, único partido de la derecha, tampoco es de esperar que haya apoyos al cien por cien, ya que en este partido se cobija el nacionalismo centrípeto y el minoritario nacionalismo “Del Imperio Hacia Dios”, así, vista la cosa, mi propuesta no conseguiría ni una minoría absoluta.

Zona Franca, puede que lo sea, yo diría que lo será, y este asunto tiene mi opinión a favor aunque solo sea porque haya un pedazo pequeño de suelo “Internacional”. Llevamos casi un mes haciéndonos preguntas sobre que es “Zona Franca”.  Los preguntantes se han dado así mismos las respuestas, unos con positividad y otros con negatividad, otros están a la espera de análisis y consultas. Pero ninguno tendrá respuestas en base a estudios de viabilidad económica, sino de posicionamiento político. ¿Alguien espera más lógica?

Una Zona Franca es una Zona Internacional, pero solo para aranceles aduaneros, una verdadera pena que no lo sea para todo. Zona Internacional es lo que debería ser todo nuestro mundo y no dividido por intereses económicos, religiosos, étnicos, histórico-feudales y, en suma, dominados por el egoísmo nacionalista. No estaría nada mal que en la futura Zona Franca los sindicatos nacionales, yo diría que sindicatos nacionalistas centrífugos o pequeños nacionalistas, se entrenasen en la Zona Internacional de cara al futuro, que se espera internacionalista.

Andan como locos los sindicatos con eso de la “Deslocalización”, como locos y despistados, pues hasta hace unos pocos meses las deslocalizaciones de empresas hacia otras naciones (marruecos, China, Rumania, etc) era lo natural, pero de pronto empieza la re-localización en el juguete, calzado... y ahora en la automoción, lo de Francia, Bélgica, Alemania… viene a España. Son tan localistas o nacionalistas que no se enteran de lo que se cuece en China, una buena propuesta que hoy hacen en el Levante, es que se internacionalicen y des-localicen, en China tendrían un buen trabajo que hacer por los “apañeros” chinos. De paso que a los chinos les ponen las 40 horas, pensiones, derechos, vacaciones y huelgas a gogo, harían subir el sueldo de los chinos, y aquí se localizarían las empresas des-localizadas nacionales y la de los chinos, todo es cosa de ser competitivos, y los chinos comunistas con la mitad de los derechos españoles, ya no son chinos competitivos, son solo chinos.

Concluyendo, la zona debe ser Zona Internacional, para aranceles y personas que llegue hasta Vigo, que es la Zona Franca en Finisterre, todos en una y una en todos. Los nacionalistas, egoístas declarados por nomenclatura y definición de su “estatut”, y los nacionalistas que se abanderan y amagan al “vent” del progresismo casi impertinente, estos no son llamados al nuevo orden paradigmático internacional, la Zona Franco. Que somos y que queremos ser, marxistas, neocapitalistas, eurocentristas, progresistas, de izquierdas, nacionalistas… al parecer los políticos se empeñan en que el ciudadano sea algo, algo homologado a su pregón, y muchos lo que sienten y sentimos, es que lo que queremos es que haya concordia y trabajo, que se pongan de acuerdo. Que no nos roben y que nos dejen en paz, ¡coño!