La Zona Franca: algunos interrogantes

Escrito por Miguel Ángel Piqueras
Viernes, 07 Diciembre 2012 01:00

Mucha tinta se está vertiendo últimamente a propósito de las pretensiones del equipo de Gobierno municipal de crear en los terrenos de Parc Sagunt una Zona Franca, conectada o complementaria de la proyectada para Paterna. Incluso parece ser que ya se está trabajando en un borrador de convenio a firmar no sabemos con quién. La oposición, como era de esperar, no ha tardado en mostrar sus dudas y reticencias hacia un proyecto que, por lo que parece, adolece de numerosas carencias y surgen muchas y razonables dudas sobre su justificación, conveniencia y oportunidad. Es más, ya se habla por parte del portavoz municipal más autorizado, Sergio Muniesa, de previsiones temporales de urbanización y puesta en marcha, de las dos fases que se contemplarán en el proyecto, y aún no sabemos muy bien de qué va la cosa. Es más, el portavoz del Bloc, Quico Fernández, denunciaba días atrás que se habían enterado por la prensa y que en la Comisión Informativa reunida el 22 de noviembre el único informe que se aportó era urbanístico.

El desempleo sigue creciendo y la preocupación de políticos y trabajadores sobre el futuro va en aumento, pero eso no debe justificar la toma de decisiones precipitadas. Nunca las prisas fueron buenas consejeras y en tiempos de crisis aún menos. Estamos en el Camp de Morvedre muy escarmentados por decisiones faraónicas lanzadas en clave electoral por el muy ilustre señor Zaplana y luego fracasadas (la Ciudad de las Artes Escénicas o Parc Sagunt). No hay más que remitirse al ejemplo de la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) de Valencia, ubicada junto a la terminal de contenedores del Puerto: ocupa una extensión de 683.000 m2, en terrenos de gran valor agrícola expropiados a pequeños propietarios históricos del barrio de La Punta, y nació como «un centro de distribución multimodal dedicado a la logística de la mercancía marítima, completando la oferta de servicios logísticos del Puerto de Valencia».  Pues bien, lleva urbanizada una década y durante ese tiempo no ha vendido ninguna parcela, y la sociedad gestora, Valencia Plataforma Intermodal y Logística, sólo genera pérdidas (ver diario Levante de 8/9/2012). La APV supo atraer hacía ese proyecto financiación procedente del Plan Feder y del Fondo de Cohesión de la UE, pero ese escenario va a cambiar sustancialmente a partir del 2013; las prioridades se trasladarán hacia otros países más atrasados de reciente incorporación.

Dicho esto, la primera pregunta a formularse es «¿qué es una Zona Franca?». Y si ya hay cuatro zonas francas (Barcelona, Gran Canaria, Vigo y Cádiz) más cinco depósitos francos (uno de ellos en Valencia) en España, ¿tiene justificación una quinta? Una nueva zona franca, ¿a quién beneficiaría? ¿qué inversores podrían tener interés en ubicarse en ella? ¿cómo afectaría a las empresas actualmente en funcionamiento fuera de esa zona franca en los diferentes polígonos industriales de Sagunto y su entorno?

Si el instrumento gestor de una Zona Franca se establece mediante la figura del Consorcio, ¿qué Administraciones o entes públicos o privados formarían parte del mismo? Y cuál es la inversión a acometer y cómo se financiaría, en una coyuntura económica en la que las dificultades financieras de las administraciones públicas son bien patentes.

Las Zonas Francas son espacios cerrados dentro de un territorio claramente delimitado —en el caso de Sagunto se habla de una muro circundante de 4 metros de altura—, con control de accesos y vigilancia, con una estructura de polígono industrial y una urbanización completa, en los que se pueden introducir toda clase de mercancías, cualquiera que sea la cantidad, naturaleza, origen, procedencia o destino, sin control aduanero previo ni el pago de derechos arancelarios de importación ni los impuestos indirectos (IVA) o los propios de la importación o exportación de mercancías. En nuestro caso, sólo pagarían aranceles e impuestos los productos vendidos en el mercado español. Resulta muy interesante para las empresas vinculadas al comercio internacional; es por eso que por regla general se vinculan con puertos marítimos. Durante el tiempo que las mercancías permanecen en zona franca pueden ser sometidas a procesos de manipulación simple (mezclas, envasado, embalaje, etc.) o de transformación bajo control aduanero previo a su introducción en territorio de la Unión Europea.

El equipo de Gobierno en el Ayuntamiento de Sagunto se ha arrimado al carro de una iniciativa surgida desde la alcaldía de Paterna -el Parque Logístico Zona Franca Comunitat Valenciana-, como respuesta, según los medios periodísticos, al proyecto, auspiciado desde Catalunya y avalado por el Gobierno del Estado, de convertir la zona franca de Barcelona en «el mayor polo logístico de Europa». Este proyecto –entiende el alcalde de Paterna- «relegaría las aspiraciones de la Comunitat Valenciana en este sector». (Esto me recuerda la famosa «cláusula Camps» en el Estatut, para que «lo que consiga Catalunya nosotros también lo queremos»). Por lo que hemos podido leer en los medios, el proyecto de Paterna  ha nacido vinculado al puerto de Valencia y a la ZAL de Valencia, y no precisamente al puerto de Sagunto.

Nuestro alcalde, Alfredo Castelló, opina que «todos piensan que es un buen proyecto», en alusión a la Generalitat, el Gobierno del Estado y la APV -los socios de la mercantil Parque Empresarial de Sagunto, S.L., agente urbanizador de Parc Sagunt- y que este proyecto «puede dinamizar industrialmente la ciudad». Pero ¿es suficiente para avalar un proyecto de gran envergadura y carácter irreversible como el que se plantea? Al menos el alcalde de Paterna ya ha contactado con empresarios chinos potencialmente interesados, para mostrarles las grandes ventajas fiscales y aduaneras que conllevará la zona franca… ¿Está el Ayuntamiento de Sagunto en condiciones políticas y administrativas para, llegado el caso, «ponerse las pilas» y facilitar que los empresarios interesados no huyan despavoridos y dar cuantas facilidades sean posibles? (lo que no quiere decir regalar suelo público, como ha prometido el presidente Fabra). Veremos en poco tiempo en que queda todo esto.

Miguel Ángel Piqueras es economista.
Modificado por última vez en Lunes, 17 Diciembre 2012 19:25

 

 

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